La seguridad en aviación es la prioridad número uno de la industria aérea. Gracias a un conjunto de elementos, factores y sistemas complementarios, la industria de la aviación está constantemente incrementando los niveles de seguridad. En ese proceso de mejora continua, un equipo que resulta fundamental es el sistema de alerta de tráfico y anticolisión (TCAS, por sus siglas en inglés) que brinda información de posición de otras aeronaves en vuelo y aumenta la conciencia situacional de los pilotos en el espacio aéreo que los rodea.
Hacia la década de 1950, una serie de colisiones en el aire entre aviones comerciales genera la necesidad de buscar una solución definitiva: la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) promueve la investigación que condujo al desarrollo del sistema TCAS. Al mismo tiempo, por esos años se trabaja en una tecnología relacionada, conocida como transmisión automática de vigilancia dependiente o ADS-B.
Desde su implementación, el TCAS ha ayudado en gran medida a mantener la seguridad de la aviación comercial y militar. El sistema estándar mundial de prevención de colisiones para aviones comerciales comienza su desarrollo a mediados de la década de 1970 por la FAA y el Laboratorio Lincoln del MIT (Massachusetts Institute of Technology). Sin embargo, su uso se hace prácticamente una obligación a medida que los espacios aéreos comienzan a saturarse.
Una de las características principales es que el TCAS funciona de forma independiente al sistema de radar de tráfico aéreo terrestre que es utilizado por el control de tránsito aéreo. El TCAS funciona con la información de distancia, rumbo y altitud de los transpondedores de radar a bordo de las aeronaves para predecir cuándo estas se convierten en una amenaza por estar demasiado cerca de otra. Con una alerta e instrucciones, insta a los pilotos a realizar maniobras evasivas.
Anteriormente, y sin tales capacidades, los vuelos eran una propuesta mucho más peligrosa. El TCAS es una de las muchas mejoras del sistema de gestión del tráfico aéreo que ayuda a que los viajes aéreos se vuelvan más seguros. En términos comparativos, funciona como “ojos electrónicos” para las tripulaciones de vuelo al proporcionar una vista mejorada del tráfico aéreo.
El TCAS consiste en hardware y software integrados con otros sistemas en la cabina que incluye una pantalla que muestra las posiciones relativas y las altitudes de las aeronaves de hasta a 40 millas de distancia. Cuando las aeronaves se encuentran dentro de un cierto rango entre sí, el sistema emite una alarma auditiva y en una presentación en pantalla, ordena instrucciones de resolución y advertencia de conflictos de tráfico. Actúa como respaldo para los procesos de separación del sistema de control de tráfico aéreo (ATC).
En lo que respecta al cumplimiento de un asesoramiento de resolución (RA, por sus siglas en inglés), se establece como norma internacional que las tripulaciones de vuelo deben cumplir de forma inmediata con la totalidad de instrucciones TCAS, incluso si los RA se contraponen a las autorizaciones del ATC. Si un piloto recibe un RA, está obligado a seguirlo, a menos que hacerlo ponga en peligro la aeronave.
El ATC, por otro lado, puede no tener conocimiento del RA hasta que el piloto informa el desvío de la autorización inicial a causa del procedimiento TCAS. Una vez que el piloto informa el RA, se requiere que el ATC no busque modificar la trayectoria de vuelo de la aeronave involucrada en el encuentro.
En lo que respecta al futuro de los sistemas de prevención de colisiones, el ACAS III corresponde al sistema que, además de proporcionar alerta de tráfico, entrega resolución de conflictos en el plano vertical como horizontal. El ACAS III aún no se implementa en el sistema TCAS. Otra alternativa al futuro del TCAS, corresponde a NextGen, proyecto en el cual trabaja la FAA, que permitiría a los pilotos asumir algunas tareas que hasta ahora manejan los controladores de tráfico aéreo. Mediante nuevas herramientas de cabina que brindan mejor información a las tripulaciones de vuelo, se pretende garantizar operaciones aéreas más libres, directas y sin problemas en el espacio aéreo.
Por ahora, el TCAS sigue siendo quizás la mejor solución disponible a la necesidad de buscar sistemas de prevención de colisión. De acuerdo con datos de la industria, las 11.000 aeronaves que aproximadamente cada minuto cruzan los cielos en el mundo lo tienen incorporado.
Fotografía portada – Felipe Hidalgo