Probablemente, el rescate aéreo es una de las actividades de cooperación público-privada más necesaria en los países. Sin discriminación alguna, son el más claro ejemplo de la importancia de contar con medios aéreos para salvar vidas.
Con un origen estrictamente militar, hoy el rescate aéreo es sinónimo de integración de todos los elementos y actores sean estos públicos o privados. Su evolución es reflejo también del cambio que vive la aviación en las pasadas décadas. De cara a la aparición de nuevas aeronaves y tecnologías, el rescate aéreo se apresta para dar un nuevo salto al servicio de la población.
Por rescate aéreo entendemos cualquier evacuación de un determinado lugar o situación. En los albores de la aviación, el servicio comienza con un enfoque estrictamente sanitario en los territorios del Norte de África. Posteriormente, se consolida el servicio durante la Segunda Guerra Mundial con la evacuación de soldados y tripulaciones derribadas.
En 1944, bajo las directrices de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), los países acuerdan extender este servicio para atender las emergencias aéreas. Prácticamente, todos los servicios están a cargo de las respectivas Fuerzas Armadas o en organismos estatales especializados, pero mantienen la coordinación con el lado militar.
Si bien se asocia al rescate aéreo a un accidente de una aeronave, son múltiples las misiones que están asociadas a esta tarea. Entre las más importantes están las evacuaciones de zonas de catástrofe, rescate de personas extraviadas, rescate marítimo.
Rescate aéreo en Chile
En Chile, el rescate aéreo está a cargo del Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR, por adoptar la denominación en inglés) de la Fuerza Aérea de Chile (FACh). La unidad se crea el 10 de mayo de 1950 quedando bajo la estructura de la Institución.
De acuerdo con las estadísticas publicadas, entre 1955 y 2021, el SAR realiza más de 6.372 misiones con casi dos mil operaciones de rescate. De ese total, 977 corresponden a accidentes de aeronaves y el resto a otras misiones. Las cifras no consideran los días de búsqueda que también forman parte de las misiones.
La capacidad de búsqueda y salvamento aéreo SAR de la FACh es altamente admirada a nivel mundial. Por un lado contar con la infraestructura y tecnología para dar alertas de búsqueda para todo el cono sur, y por otro destaca las capacidades de rescate en sus misiones considerando lo extenso del territorio chileno y su diversidad grográfica: desde grandes porciones de mar, hasta las altas cumbres, desde el territorio insular, hasta la antártica.
“Tenemos una capacidad de respuesta satelital, que es casi inmediata”, señalan desde el SAR.
Si bien el SAR es una unidad que depende de la FACh, su directriz es de carácter civil a cargo de la OACI, organismo que constantemente está capacitando y auditando la labor. Además, cualquier aeronave o medio, sea civil o militar puede participar de una búsqueda o rescate aéreo, lo importante es llegar a tiempo.
Medios aéreos en Chile para tareas de rescate
Una de las características de poder ejecutar una exitosa misión de rescate es la capacidad polivalente de la Fuerza Aérea de Chile con sus distintos medios ya sean aviones, UAV, imágenes satelitales, pero donde el helicóptero destaca y desempeña una labor esencial. Un caso emblemático a nivel mundial es el rescate aéreo de los sobrevivientes uruguayos en la Cordillera Los Andes en 1972 en la que los protragonistas son los legendarios Bell UH-1H.
Actualmente, la FACh cuenta con helicópteros Bell UH1-H, Bell 412 y los Sikorsy-PZL MH-60 Blackhawk que han desempeñado tareas de rescate. En el corto plazo, espera renovar su capacidad polivalente con nuevas aeronaves. Además del medio aéreo, se agrega la capacidad satelital. Se trata de una aplicación práctica e inmediata de la tecnología espacial al servicio de la población.
Sin embargo al momento en que se da la señal de alarma del SAR, todos los medios quedan a disposición de la misión, tanto medios pertenecientes a otras FFAA, e incluso medios civiles cercanos a las zonas de búsqueda y puedan apoyar en las labores.
En ese sentido, los operadores civiles asumen un necesario rol complementario. Aerorescate es un operador histórico en el rubro desempeñado labores desde Arica hasta la Antártida Chilena. Para estas misiones, se apoya en sus helicópteros ambulancia equipados con Unidades de Tratamiento Intensivo (UTI) con equipos de soporte sanitario y camillas certificadas.
Desde DAP Helicópteros, filial que realiza las operaciones de Aerorescate, señalan que en más de 30 años de operación se registran sobre 1.000 rescates o evacuaciones médicas. Las misiones demandan más 100.000 horas de vuelo desempeñadas por tripulaciones altamente profesionales.
Otros operadores civiles también destacan entre los que están Aerocardal y Ecocopter. Ambos se asocian con centros asistenciales como la Clínica Alemana y la Clínica Las Condes (CLC) en Santiago, ampliando la cobertura en caso de emergencias.
La importancia del helicóptero
El rescate aéreo está directamente asociado a la evolución de la aviación, siendo el punto de inflexión la introducción del helicóptero. Por su capacidad de vuelo vertical, el helicóptero se convierte en la herramienta esencial al momento de salvar vidas pudiendo operar prácticamente en cualquier lugar, incluso en operaciones en altura y aproximarse lo más posible a la zona de rescate.
En Chile, Airbus, Bell y Leonardo son los principales proveedores de helicópteros en el ámbito privado como público. La presencia de varios modelos y con distintas capacidades permiten al país contar con múltiples recursos para atender emergencias en cualquier escenario.
“Los helicópteros de Airbus prestan un apoyo esencial a la sociedad chilena, incluyendo Búsqueda y Rescate (SAR), Servicio Médico de Emergencia (EMS), extinción de incendios, respuesta a desastres naturales, entre otros”, señala Pierre Marie Gout, gerente de Airbus Chile. Añade que el helicóptero es insustituible a la hora de salvar vidas y llegar a zonas aisladas.
Si bien ante una emergencia cualquier helicóptero puede ser útil. La complejidad de la misión obliga a contar con herramientas adecuadas. En ese sentido, resalta la evolución que realiza la industria aérea en el material.
Desde Leonardo indican algunas características básicas que debe tener un helicóptero. “Deben presentar características clave como una cabina amplia para albergar a pacientes/rescatados y personal, además de equipos específicos”, señalan. “Es preferible que los helicópteros no sean demasiado grandes para su propósito, con el fin de reducir el downwash (empuje del aire desde el rotor principal hacia la superficie inferior) y, sobre todo, cuando deban operar en zonas confinadas o urbanas”.
El fabricante italiano señala que tienen dos modelos en funcionamiento que resumen todas estas características: el AW169 y el AW139. “En la reciente catástrofe que azotó el sur de Brasil, ambos modelos están activos en la recuperación de personas y el transporte de productos de primera necesidad”.
Otras características valoradas en estas misiones son los sensores de identificación y navegación y piloto automático moderno. A estos se agregan sistemas avanzados de seguridad y para evitar colisiones, estabilidad e interiores insonorizados o de bajas vibraciones.
Un factor que tanto Airbus y Leonardo destacan la importancia de la potencia, carga útil y autonomía. La combinación de estos tres factores es esencial para un correcto rescate aéreo.
Desde el SAR señalan que los helicópteros para desarrollar tareas de rescate deben tener una gran capacidad de potencia para operar en altura. Por la geografía y las actividades que se realizan en Chile, son aspectos claves para considerar.
“Tenemos una amplia gama de productos que se destacan en el cumplimiento de estas misiones”, dice el gerente general de Airbus Chile. Como ejemplo, menciona al H145 como el único helicóptero bimotor que aterriza en el Aconcagua en la Cordillera de los Andes (22.840 pies) y el H125, el único helicóptero de la historia que ha conseguido posarse en la cima del Everest.
Desde Leonardo añaden que la tendencia en aeronaves de rescate aéreo está en la versatilidad. “Cada vez más operadores e instituciones privados tienden a adquirir helicópteros polivalentes, ya que deben cumplir más funciones. Por ejemplo, a menudo se espera que una agencia encargada de hacer cumplir la ley o una Fuerza Armada realice servicios médicos de emergencia, búsqueda y rescate, socorro en casos de desastre y extinción de incendios”.
Fotografía portada - Fuerza Aérea de Chile