El 16 de marzo marca un punto de inflexión en la historia aeronáutica militar de Chile. A través de un Decreto Supremo, el Presidente Arturo Alessandri Palma crea la Aviación Naval de Chile. A través de este documento hace realidad los deseos de la Institución por utilizar el avión como herramienta complementaria para la defensa marítima del país.
En la ceremonia conmemorativa realizada el jueves 16 de marzo de 2023, presidida por la ministra de Defensa Nacional Maya Fernández y el comandante en jefe de la Armada, almirante Juan Andrés De La Maza, más otros miembros del alto mando naval, autoridades e invitados, se reconoce el trabajo iniciado en la década anterior a su creación. Precisamente, se honra a los primeros aspirantes con uniforme naval que en 1916 deciden enrolarse en la entonces Escuela Aeronáutica Militar para tomar su curso de vuelo.
“Estamos conmemorando los 100 años de la Especialidad de la Aviación Naval, ya que surcamos los cielos desde mucho antes. Durante la ceremonia condecoramos a los aviadores navales que tenían más edad y aún nos acompañan y son la historia viviente de lo que ha sido la Aviación Naval”, dice el comandante de la Aviación Naval, Contraalmirante César Delgado.
La Aviación Naval es una unidad de la Armada de Chile. Con una flota de aviones y helicópteros presta apoyo a las fuerzas navales en tierra y mar, incluyendo a la Infantería de Marina. Además, realiza misiones de exploración aeromarítima, vigilancia costera, guerra anti superficie y anti submarina y apoyo a la comunidad.
En ese contexto, la ministra de Defensa resalta la labor de apoyo a la comunidad permanente, incluyendo en episodios de emergencia. “Hemos podido ver todo el apoyo que ha prestado la Aviación Naval en los incendios, por ejemplo, teniendo un rol fundamental en apoyo a la ciudadanía en momentos que lo pasan muy mal como son las emergencias. Más que felicitarlos es agradecer la labor que realizan”, señala.
La Aviación Naval depende del Comando de Operaciones Navales de la Armada de Chile. A través de esta división, se administran los aviones y helicópteros de la Institución, junto a toda la infraestructura terrestre y de apoyo correspondiente. La base principal está ubicada en el aeródromo de Viña del Mar, donde están los escuadrones que cumplen los distintos roles.
El verdadero auge de la Aviación Naval
A pesar de que se crea en la primera mitad del siglo XX, no es hasta la década de 1950 cuando esta división comienza a prosperar. Hasta 1953, carece de una estructura orgánica lo que limita su funcionamiento. En el marco de la reorganización de la aviación chilena de ese año -que también incluye a la aviación comercial-, el Presidente Carlos Ibáñez del Campo autoriza la compra de aviones y helicópteros. Por lo mismo, se habla de un “renacer de la Aviación Naval”.
Bajo una nueva institucionalidad, se adquieren tres Beechcraft D18S y tres helicópteros Bell 47G, número que es complementado por otros aviones y helicópteros. Destacan los Sikorsky SH-34J, Bell 47J, Mentor T-34 para instrucción.
En las décadas de 1960 y 1970, la Aviación Naval crece. Como reflejo de este progreso, se suman los Douglas C-47 y los primeros Bell 57 Jet Ranger con capacidad para portar un torpedo MK44 reforzando las capacidades de defensa. También se suman un Piper Navajo PA-31 para misiones aerofotogramétricas y aviones Embraer P-111 para patrullaje aeromarítimo. Hacia fines de la década se reciben 10 helicópteros SA-319 Alouette III ASW y cuatro Casa (hoy Airbus) C212-100 Aviocar de procedencia española.
La década de 1980 comienza con la renovación. Los T-34 dan paso a los nuevos Pilatus PC-7 con capacidades de instrucción y también para realizar ataque a tierra.
En la década de los 80 se compraron 10 Pilatus PC-7 en Suiza, con ciertas capacidades de ataque a tierra, se da de baja con ellos los Beechcrat T-34 Mentor, en tanto se siguen adquiriendo helicópteros Bell 57 Jet Ranger en el mercado civil.
La consolidación
Las décadas siguientes están marcadas por la incorporación de capacidades para la guerra electrónica y con una alta capacidad de ataque. Para lo primero, se adquiere un IAI Westmind y más adelante la incorporación de ocho Lockheed P-3A Orion. En el caso de las capacidades de ataque destacan la llegada desde Francia de dos Falcon 200 y los Aerospatiale Super Puma Cougar con capacidad de ataque anti-buque y antisubmarino.
Además se compran siete helicópteros BO105 CBS para la autoridad marítima, así como para búsqueda y rescate. También llegan los Cessna O-2A Skymaster.
En la década de 2000, la modernización de la flota llega con los ocho AS-365 Dauphin y tres Airbus C295 a partir de 2010. Dos años después, se compra dos AS-332L Super Puma de transporte y siete aviones Vulcanair P-68 Observer II, algunos de los cuales incorporan cámaras Flir.
En la década 2020, la Armada renueva la flota de helicópteros con el proyecto “Gaviota” para sustituir a los Jet Ranger. El resultado del concurso es Airbus con el H125, un helicóptero multipropósito altamente utilizado en Chile, el cual marca una nueva etapa en la Aviación Naval.
Fotografía de portada – Luis Colima