A pesar de que el ministro de Transportes de Argentinas, Mario Meoni, asegura que espera “encontrar un camino que permita que LATAM pueda seguir operando en Argentina y los trabajadores no pierdan su trabajo”, la decisión de la compañía es hasta el momento definitiva: la filial argentina no volverá a levantar vuelo. No obstante, la empresa continúa sometida al Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) en el país trasandino, según establece la normativa legal.
Al término de la reunión de accionistas extraordinaria, Roberto Alvo, CEO de LATAM Airlines Group, reitera que no se ven condiciones para llegar un acuerdo para permitir un desarrollo sustentable de la filial argentina, pese a los esfuerzos desplegados. Si bien la empresa está disponible para atender conversaciones, como indica la autoridad de Transportes de Argentina, por ahora se mantiene el cese de operaciones.
El cese de operaciones es considerado como necesario para conseguir la transformación del grupo y adaptarse a la nueva realidad del transporte aéreo. Para ello, LATAM aprovechará al máximo las sinergias que posee a través del resto de sus filiales para continuar atendiendo el mercado internacional desde y hacia Argentina. Sin embargo, la figura legal de la empresa se mantiene, dado que la empresa no será liquidada.
Por consiguiente, todos los aviones de LATAM Argentina se devuelven a sus propietarios, pese a las amenazas del líder de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró, quien llama a impedir la salida de los equipos del país. También se devuelven a sus propietarios todos los bienes. El cese de operaciones afecta a 1.756 empleados.
Según consigna La Nación (18/06/2020), la directora ejecutiva de LATAM Argentina, Rosario Altgelt, cada iniciativa de la empresa para volverse más competitiva “fue consistentemente” resistida. “Se impidió la ejecución de los cambios estructurales necesarios para garantizar nuestra continuidad”. Además de los factores particulares que acompañan a la filial durante toda su historia, la resistencia gremial hace que la filial quede atrás respecto a otras compañías del grupo.
En sus 15 años de desarrollo, la cuestión política es la determinante de la falta de desarrollo de LATAM Argentina. Desde los problemas iniciales, con la herencia de incorporar a los ex trabajadores de la figura de Líneas Aéreas Federales S.A. (LAFSA) que agrupaba a empleados de las desaparecidas LAPA y Southern Winds, hasta los intensos conflictos generados por la administración de Cristina Fernández y La Cámpora, los problemas políticos limitaron cualquier intento de crecimiento.
Pese a que LATAM Argentina pudo tener un momento de alivio con la liberalización aérea impulsada con la administración de Mauricio Macri, el eclipse de las operaciones desde Brasil (tras la fusión LAN-TAM) y la crisis económica argentina con la devaluación significativo del peso argentino frente al dólar, no favorecen un desarrollo sustentable.
En La Nación, Altgelt señala que el gran desafío en la Argentina “siempre fue conseguir la sustentabilidad de las operaciones, para lo cual resultaba imprescindible acordar nuevas dinámicas en materia de productividad, competitividad y eficiencia”.
LATAM espera continuar atendiendo el mercado aéreo argentino con las operaciones internacionales debidamente autorizadas para el resto de las filiales desde Brasil, Chile y el Perú. Si bien la recuperación de las frecuencias depende del levantamiento de las restricciones en los respectivos países, la demanda y la reestructuración general del holding, se suma un condicionante político.
Con una intervención más allá del rol gremial, Biró solicita al Ministerio de Transportes de Argentina que se retiren los derechos de operación de las rutas internacionales operadas el resto de las filiales de LATAM Airlines Group. Además, pide que no se continuidad a las rutas nacionales e internacionales concesionadas a la ahora detenida filial argentina.
Fotografía portada – Mariano Guido