Desde 2014 que Delta no ve números rojos en sus balances. Determinado por el impacto inicial del COVID-19, reporta pérdidas netas por US$534 millones para el primer trimestre (1Q2020). El balance financiero considera las reducciones parciales en los mercados de Asia y Europa, además de una suspensión gradual hacia otros mercados, pero será el período abril-junio el más crítico para la compañía.
“Estos son tiempos realmente sin precedentes para todos nosotros”, dice Ed Bastian, CEO de Delta. “Las restricciones de viaje del Gobierno y las órdenes de quedarse en casa han sido efectivas para frenar la propagación del virus, pero también han afectado gravemente la demanda a corto plazo de viajes aéreos, reduciendo nuestros ingresos esperados del trimestre de junio en un 90%, en comparación con el año anterior”.
En el 1Q2020, la pérdida ajustada antes de impuestos es de US$422 millones o US$0,51 por acción. Los ingresos totales alcanzan los US$8,6 mil millones, un 18% menos que el mismo periodo del año anterior con ingresos totales por unidad un 13% menos. Debido a la paralización parcial de la flota y menos vuelos, la utilización del combustible disminuye un 19%. Para Delta, el precio del combustible del periodo señalado es de US$1,81 por galón que incluye un beneficio de US$29 millones de la refinería que posee.
Los negativos resultados son compensados por años de trabajo minucioso en la creación de una compañía cada vez más eficiente y pensada en la sostenibilidad a largo plazo. No obstante, la crisis derivada de la pandemia del COVID-19 impone una situación extremadamente adversa que pone en riesgo el trabajo realizado. Para enfrentarlo, Delta está timando una serie de medidas para proteger el negocio, reforzar la liquidez y proteger la seguridad de los empleados y usuarios.
Como respuesta a la crisis, Bastian señala nuevas medidas en la red de Delta y la experiencia al pasajero. Hasta junio se tiene considerada una reducción promedio de 85% en la red respecto a 2019 como resultado con un recorte en capacidad (ASM) de 80% en vuelos domésticos y de hasta 90% en vuelos internacionales. Se han adoptado nuevos procedimientos de limpieza para los aviones antes del abordaje, así como medidas para ayudar a empleados y pasajeros a practicar el distanciamiento social. En ese último punto, destaca el bloqueo de los asientos centrales, los procesos de embarque y cambios temporales en el servicio de comidas y bebidas.
Para asegurar la fidelización, Delta extiende el estado Medallion 2020 por un año adicional y las millas de dicha categoría hasta 2021, así como los beneficios de la tarjeta Delta SkyMiles American Express y las membresías de los Delta Sky Club. Además, se amplía la flexibilidad para planificar, reservar y viajar, con una extensión por dos años del vencimiento de los créditos de viaje.
A fecha de hoy, Delta tiene estacionados más de 650 aviones en distintos aeropuertos de los Estados Unidos. Debido a la baja demanda y a las restricciones impuestas, se han consolidado espacios en los aeropuertos, salas de embarque y cierres temporales de los salones VIP. Cuando las condiciones lo permitan y dependiendo de su viabilidad, se espera que la línea aérea vuelva abrir espacios después de junio.
Internamente, la compañía de Atlanta tiene paralizadas todas las contrataciones en todas las áreas y ofrece opciones a los empleados de tomar licencias voluntarias. Actualmente, 37.000 trabajadores se han acogido a este programa sin goce de sueldo a corto plazo. Además, se han recortado gastos salarias con reducciones en las remuneraciones de directores y altos ejecutivos, además de aplicar reducción de horarios de trabajo en toda la empresa.
Administración de gastos y balance
Delta espera una disminución de gastos total del 2Q2020 (abril-junio) en un 50% o US$5 mil millones, respecto al mismo periodo del año anterior por la reducción por ASM y costo de combustible, entre otras acciones. Para garantizar el dinero en efectivo y mejorar la liquidez en este periodo adverso, la compañía destaca la recaudación de US$5,4 mil millones en capital desde principios de marzo que incluye la obtención de un préstamo garantizado por US$3,0 mil millones, el cierre de US$1,2 mil millones en contratos de arriendo de aviones, financiamiento por US$150 millones en hipotecas de aviones privados, entre otras medidas.
También se han mitigado US$3 mil millones bajo las líneas de crédito renovables existentes y una cifra similar en gastos de capital planificados que incluye trabajo con fabricantes para optimizar las futuras entregadas, retraso de programas de retrofit de los aviones, actualizaciones de equipos, etc. Con los aeropuertos y empresas de leasing se han extendido las condiciones de pago.
Para los accionistas, Delta tiene suspendidas las devoluciones, incluyendo el programa de recompra de acciones y pagos de futuros dividendos. Esta medida está determinada para proporcionar la mayor liquidez a la empresa durante un periodo que no está registrando ingresos.
A fines de marzo, la compañía disponía de US$6,0 mil millones en liquidez sin restricciones.
Ayuda del Gobierno
Como resultado de las acciones de ayuda emprendidas por el Gobierno de los Estados Unidos, Delta espera recibir los beneficios de la ley CARES (Coronavirus Aid, Relief and Economic Security) los que distribuirá en US$5,4 mil millones de apoyo al pago de nómina. Los directivos de la línea aérea aseguran que ya recibieron US$2,7 millones de los fondos y el resto lo esperan recibir en tres meses. También se incluye US$3,8 mil millones de ayuda directa y un préstamo a 10 años sin garantía y con bajo interés de US$1,6 mil millones. Además, está la opción de solicitar US$4,6 mil millones en préstamos garantizados si la empresa así lo decide y acepta los fondos.
A cambio de las ayudas, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos recibe garantías para comprar más de 6,5 millones de acciones comunes de Delta a un precio en ejercicio de US$24,39 con un vencimiento a cinco años.
“Me gustaría agradecer al Presidente, a los miembros del Congreso y a la Administración por su respaldo bipartidista al Programa de Apoyo de Nómina bajo la ley CARES, que reconoce el importante papel que juegan las aerolíneas en la economía de los Estados Unidos. El Programa de Apoyo de Nómina ayudará a proteger los trabajos en Delta mientras posiciona a nuestra nación hacia la recuperación”, dice Bastian.
Paul Jacobson, CFO de Delta, destaca los años de trabajo en la construcción de una compañía sólida. Caso contrario, el impacto inicial del COVID-19 sería significativamente mayor, aunque hay un reconocimiento de la situación adversa generalizada que se enfrenta. “Imprimimos una década de experiencia de trabajo en el balance general para reducir la deuda y construir activos no gravados, lo cual ha sido fundamental para nuestro éxito en la obtención de capital y esperamos terminar el trimestre de junio con aproximadamente US$10 mil millones de dólares en liquidez", puntualiza.
Gráfica portada: Aero-Naves