Si algo que caracteriza a los viajes aéreos durante 2022 son los altos precios de los pasajes. Después de años de bajas tarifas, especialmente en 2021 cuando las líneas aéreas salen desesperadas a buscar pasajeros ante la falta de estos por las restricciones de viaje impuestas por los Gobiernos, los precios de los pasajes vuelan como los aviones. Pese a ello, la demanda se mantiene sólida en un escenario auspicioso para el sector.
Sin desconocer la realidad, Willie Walsh, director general de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), señala que es difícil el sector obtenga beneficios con un escenario altamente volátil. Sus comentarios apuntan directamente al alza del precio del petróleo, uno el segundo gasto más importante de las líneas aéreas después de los salarios.
“Vemos precios de boletos altos porque hay costos altos”, sentencia. “No se puede esperar que una industria que genera una ganancia promedio de US$1 por cliente absorba los aumentos que hemos visto”.
En un lenguaje directo, Walsh dice que estos temas son difíciles de entender y es algo que no a todo el mundo le gusta escuchar. Advierte que si los costos siguen aumentando, especialmente en lo que respecta al precio del petróleo también habrá un aumento en los precios de los pasajes aéreos.
La respuesta es lógica y es similar para cualquier industria. Si los costos suben, los servicios suben porque no es sostenible en el tiempo mantener congelados los precios para dar una aparente sensación o un beneficio. En ese sentido, tarde o temprano alguien tiene que pagar y probablemente sea de la peor manera.
Para los grupos que protestan contra la aviación, como los ecologistas que buscan limitar los vuelos de corto alcance como argumento para sostener sus intereses, las tarifas altas son un desincentivo para volar y optar por medios alternativos de transporte como el tren -su favorito, en una perspectiva de absurda rivalidad-. Sin embargo, ello pareciera no ser preocupación de los viajeros quienes continúan optando por el avión para sus viajes, tal como lo demuestran las tendencias sólidas de las ventas durante 2022 con tarifas altas.
Walsh también señala que además del petróleo hay otros costos que impactan en los precios de los pasajes. “Están los cargos de los proveedores de navegación y control de tránsito aéreo (ANSP, por sus siglas inglés), especialmente en Europa y los costos aeroportuarios”, agrega.
A medida que la crisis económica se extienda en el tiempo, es probable que los altos precios de los pasajes aéreos impacten en la demanda, especialmente en aquellos sectores de la población más sensibles al precio. En ese sentido, se anticipan posibles cambios en los precios con una baja o un mayor endeudamiento para compensar los aumentos de costos en el corto plazo y así poder desarrollar estrategias comerciales que mantengan alta la demanda.
Realidad latinoamericana
El último reporte de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) concuerda que el impacto del combustible está elevando el valor de los pasajes. También muestra variables en la región como la devaluación de las monedas locales frente al dólar estadounidense y la inflación.
“El combustible continúa teniendo precios históricamente altos”, sentencia ALTA. El 24 de octubre de 2022 el precio del Jet fuel alcanzó 186% por encima de enero de 2021, mientras que el precio del crudo Brent incrementó un 82% su precio frente al mismo período.
Como consecuencia, establecen que la incidencia del factor combustible en la estructura de costos de los operadores llega al 37%, según el último dato disponible. Sin embargo, algunas líneas aéreas señalan que incluso durante 2022, el combustible llega a representar el 50% de sus costos operacionales.
ALTA añade que algunos países como Brasil y Colombia avanzan en hacer más competitivos los de precios de combustibles. Para ello, cambian el marco regulatorio para permitir el uso de JetA frente al JetA1, que es un poco menor en precio. “La diferencia entre uno y el otro es que el JetA1 tiene un punto de congelación a temperaturas más bajas, lo que lo hace apto para operar en regiones con clima invernal extremo. Es importante resaltar que, aunque el cambio normativo ya está vigente en Colombia, su implementación ha sido lenta y todavía el combustible comercializado es el A1”, explican.
Por diversos factores, principalmente políticos, los países de América Latina y el Caribe presentan fluctuaciones en sus tasas de cambio. Los cambios son relevantes, ya que la mayoría de los costos de las líneas aéreas están en dólares estadounidenses, por lo que las devaluaciones de las monedas locales impactan y obligan a compensar.
Además, está el tema de la inflación. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que en América Latina y el Caribe, la inflación continuará en aumento hacia finales de 2022 alcanzando un 14,1%. Bajo este contexto, se espera un aumento de los precios de bienes y servicios que tanto las personas como las empresas -incluidas, las líneas aéreas- adquieren por lo que también deben traspasar estos costos a los clientes (pasajeros).
Fotografía portada - Chicago Airport (referencial)