Problemas siguen golpeando la imagen del aeropuerto de Santiago y IATA pide soluciones en Policía Internacional

Los problemas del aeropuerto de Santiago siguen siendo un tema pendiente de solución. Además de ineficiencias en el área de movimiento, para la industria preocupa la falta de solución en el procesamiento de pasajeros. Por ejemplo, con los largos tiempos de espera en Policía Internacional.

En Dubái, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) menciona que los problemas que tiene Santiago hacen que sea un aeropuerto poco eficiente. Esto, pese a la nueva infraestructura. El lugar poco favorable se suma a los inconvenientes que también presentan Ciudad de México (LIM) y Lima.

En abril, el ministro de Transportes y Telecomunicaciones de Chile, Juan Pablo Muñoz, anuncia la puesta en servicio de los kioscos de auto atención en migraciones como una solución al problema de las filas. Después de un año de estar sin funcionar, se menciona una puesta en funcionamiento parcial a modo de prueba.

“Con alegría quiero contar que por fin hoy día vamos a estar empezando la atención del sistema de autoservicio control de la Policía de Investigaciones (PDI) en el aeropuerto (de Santiago)”, dice el ministro Muñoz.

Un problema histórico del aeropuerto

Las largas filas de migraciones en Santiago con uno de los problemas importantes de gestión que arrastra por años el aeropuerto. Revela una falta de coordinación y trabajo conjunto efectivo entre entes públicos y privados, así como también una voluntad dar solución definitiva.

Mientras las reuniones y los discursos van y vienen, los viajeros siguen sin solución. Independientemente de que la menor dotación de personal de la PDI puede ser un factor presente este problema, la ausencia de una gestión provoca una experiencia incómoda para los viajeros.

Hoy, casetas vacías en horarios de alta afluencia de los pasajeros, funcionarios en lugar de realizar controles se dedican a organizar filas y un personal de la concesionaria casi inexistente es la característica del control en Santiago. Los flamantes kioscos de autoatención parecen sólo un elemento decorativo de la terminal.

Desde IATA señalan que es tiempo de que esta nueva tecnología se ponga en pleno funcionamiento. En caso contrario, se seguirán desaprovechando oportunidades y el pasajero, así como toda la industria, continuará sufriendo las consecuencias.

“Seguimos operando con procedimientos anticuados”, sentencia Peter Cerdá, vicepresidente para las Américas de IATA. “Estamos impulsando el uso de tecnología biométrica en los quioscos para facilitar un procesamiento más rápido del pasajero y mostrar que podemos hacer que la experiencia sea mucho más amigable. Tenemos que asegurarnos de que estamos utilizando la tecnología que tenemos con los recursos adecuados y satisfacer la demanda”.

El vicepresidente de IATA señala que hay una comunicación abierta de parte de la industria aérea con las entidades del Estado, tal como las mantienen en cada país. Al conversar con Aero-Naves, es sincero y pide trabajar en incrementar la eficiencia de las terminales.

“Santiago no es un aeropuerto eficiente”

A pesar de la inauguración de la nueva terminal, para la industria aérea la situación prometida por las autoridades y la concesionaria no se estaría incumpliendo. Prueba de ello, están el arrastre de problemas históricos del aeropuerto que siguen sin solución.

Desde la concesionaria del aeropuerto, señalan que el problema de PDI no les compete. Sin embargo, aseguran que están comprometidos con soluciones.

“Para Nuevo Pudahuel la experiencia de viaje positiva del pasajero es un objetivo central”, señalan. “Hemos brindado refuerzos con personal de servicio desplegado en el ingreso de las zonas de control migratorio para entregar información oportuna a los pasajeros y gestionar y agilizar los flujos. Asimismo, hemos instalado soportes con información sobre la documentación requerida, antes del ingreso al control migratorio”.

Sin embargo, los viajeros y la industria aérea contradicen los comentarios positivos que entrega la concesionaria. El personal del aeropuerto es casi inexistente, así como también la información de cómo usar las nuevas máquinas.

“Hemos visto como la ineficiencia se ha instalado el servicio de pasaportes para chilenos”, sentencia Cerdá. “Hay muy pocos chilenos que están utilizando los (kioskos) o no saben usarlo porque no hay programa de información”.

Para el sector aéreo hay un mal uso de los recursos públicos. Se invierte en tecnología, se pagan los dineros que corresponden y después no se utilizan.

Otro de los problemas que tiene el aeropuerto de Santiago es la ineficiente conexión entre terminales. A pesar de que hay dos terminales operativas, cada una funciona de manera independiente lo que obliga a los pasajeros a pasar por los controles y arriesgarse a perder un vuelo por las largas filas que provoca la ausencia de personal y no uso de la tecnología.

En la industria aérea, enfatizan que todavía hay mucho por hacer para que la experiencia aeroportuaria en Santiago esté a la altura del cliente y de las principales terminales del mundo. Más allá de discursos autocomplacientes, urge una voluntad de querer dar soluciones y de realizar una verdadera gestión.

Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano

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