Los viajes en avión anticipan continuar subiendo de precios. Pese a los esfuerzos por implementar más alternativas de viaje, leyes al consumidor que no aportan valor, poco claras sin homologación y la amenaza de más impuestos, advierten de más castigo para los pasajeros.
Recientemente, en los Estados Unidos se busca establecer que las aerolíneas hagan reembolsos inmediatos a sus clientes en caso de cancelaciones o retrasos de vuelos. Se trata de una situación que afectará a todos los pasajeros y operadores que tengan servicios con ese país por lo que genera preocupación.
Para Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) lo que ocurre en ese país no es muy distinto a lo que se conoce. Si bien manifiestan su preocupación, no les extraña que el fenómeno se repita en otras regiones con una clase política que no entiende cómo funciona el transporte aéreo.
“Con o sin los Estados Unidos, creo que también con Europa, ya estamos viendo este fenómeno”, dice Peter Cerdá, vicepresidente para las Américas de IATA. “Varios comités están intentando pasar leyes en los Congresos bajo el argumento de proteger a los consumidores”.
Desde la perspectiva de la industria, se trata de sólo un engaño. Las líneas aéreas traspasarán esos costos a los pasajeros y los problemas continuarán, simplemente, porque no son de su atribución.
Al respecto, la industria pide a los Gobiernos responsabilidades compartidas. Básicamente, se trata de que cada parte sea responsable cuando no se cumple un servicio. Si se trata de la compañía aérea sea esta la que asuma los costos, pero cuando se trata del aeropuerto o del servicio de control o incluso de la meteorología, no corresponde.
“Debemos tener una responsabilidad compartida”, enfatiza Cerdá. “En muchos casos, se le echa la culpa a la línea aérea por no cumplir con las expectativas, aun cuando la demora el incidente ha sido causado por efectos externos”.
Casos concretos
Para explicar lo de los factores externos, el vicepresidente de IATA para las Américas pone como caso el del aeropuerto de Santiago. Las largas filas en migración demoran los embarques y el turn around de la aeronave generando una cadena de retrasos. Incluso el pasajero arriesga perder su vuelo.
En este caso, el problema no está en la línea aérea, sino en el aeropuerto y, específicamente, en los servicios de migraciones. Sin embargo, ni el aeropuerto ni los servicios públicos se hacen responsables.
“Los Gobiernos son muy rápidos para crear propuestas de leyes de consumidor, pero son los primeros que no quieren tomar responsabilidades cuando el sistema falla”, dice.
El caso de Santiago se repite en muchos aeropuertos. Hace un par de años, la falta de personal en las terminales aéreas de Europa genera numerosos problemas a los pasajeros con pérdidas de vuelos y equipajes. En los Estados Unidos, están las demoras por la falta de controladores aéreos en las torres de control.
Para la industria, el escenario de sobrerregulación en este tema es una lucha desde hace años. Sin embargo, las nuevas olas políticas amparadas en respuestas populistas de quienes ejercen cargos públicos o buscan ser electos constituyen un riesgo para la industria y los pasajeros quienes tendrán viajes en avión más caros.
¿Está en riesgo la democratización de los viajes en avión?
Los nuevos modelos de negocios de las líneas aéreas permiten sumar nuevos pasajeros, especialmente con las bajas tarifas. Con las excesivas regulaciones, exigencias y la amenaza de los impuestos, son estos pasajeros los que se verán más afectados.
“Todos los Gobiernos de nuestra región (Latinoamérica) hablan de la importancia que tiene transporte aéreo y el turismo, pero son los mismos que aumentan los impuestos”, agrega Cerdá.
Por el momento, no habla de que la “democracia de la aviación” esté en riesgo de terminar. Sin embargo, si se verá afectada si el marco regulatorio no da valor o no establece responsabilidades compartidas.
Cerdá es enfático en señalar que las aerolíneas deben cumplir con lo que prometen a sus pasajeros. En caso contrario, atentan contra su propio negocio.
“Nuestro sector es responsable o sabe que tiene una responsabilidad que no siempre cumple, pero la intención de una línea aérea es salir y llegar a tiempo brindando un buen servicio que el cliente contrata”, sentencia.
Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano