Entregas de aviones nuevos disminuye pese a la gran cantidad de pedidos

Las entregas de nuevos aviones en 2023 alcanzan a las 1.378 unidades lo que representa un aumento de 11% respecto a 2022. Las cifras muestran como la industria aérea se va recuperando tras la crisis de 2020 impulsado por una alta demanda y la necesidad de reemplazar las flotas por modelos más eficientes.

Las aerolíneas de todo el mundo han continuado recibiendo los aviones. En su mayoría, las incorporaciones corresponden a pedidos realizados antes de 2020. Las entregas se concentran en las principales regiones: Asia-Pacífico, Europa y Norteamérica.

Marcado por la recuperación, 2023 destaca a nivel de industria por el aumento en los pedidos de nuevos aviones con 4.745 unidades más. La cantidad es una señal de confianza de las líneas aéreas respecto a las perspectivas futuras, pero condicionada por la fuerte presión política por el tema de sostenibilidad.

Sin embargo, los problemas en la cadena de suministro están generando cuellos de botella que limitan el crecimiento de la industria aérea. En ese sentido, a pesar del optimismo, la industria aérea enfrenta desafíos significativos.

Los problemas persistentes en la cadena de suministro limitan la capacidad de los fabricantes para cumplir con los calendarios de entrega. Para 2024, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) espera que el número de entregas de aviones sea de 1.583 unidades. Se trata de un 11% menos respecto a las estimaciones previas de 1.777 aviones de hace seis meses.

Como consecuencia, las nuevas órdenes de aeronaves implicarán un impacto en la edad promedio de la flota mundial. Asociado a esto, habrá un retraso en la disminución del consumo de combustible y emisiones de CO2.

El escenario también anticipa afecciones en la cantidad de vuelos disponibles, es decir, menos oferta para los pasajeros respecto a los planes originales. En Dubái, IATA espera que en 2024 estén disponibles 38,7 millones de vuelos o 1,4 millones menos de lo estimado en diciembre de 2023.

En respuesta a estos desafíos, las aerolíneas están adoptando diferentes estrategias para mitigar el impacto de la reducción en las entregas. Una de las medidas es el despliegue de aviones de mayor capacidad, lo que implica saber dónde ubicar dichos aviones. Con la presión de asegurar la rentabilidad, las aeronaves quedan asignadas en mercados con mayor capacidad de retorno en desmedro de mercados con una situación más débil.

Otra consecuencia que afecta al sector es que pese a la recuperación todavía hay aviones almacenados. En 2023, hasta el 14% de la flota mundial estaba almacenada en comparación con el 10% promedio en el período 2019-2020. Para IATA, la cifra muestra “una tensión” entre la capacidad y la demanda operativa.

Perspectivas

A pesar de estos desafíos, la industria de la aviación sigue mostrando signos de recuperación y adaptación ante ciclos más frecuentes e inciertos. Las aerolíneas continúan comprometidas con la modernización de sus flotas y la mejora de la eficiencia operativa.

Pese a la menor cantidad de entregas, el escenario continúa siendo positivo después de los años anteriores. El principal desafío está en solucionar la cadena de suministro, tarea no sencilla en un ambiente geopolítico altamente convulsionado. Para IATA, las líneas aéreas tienen capacidad para atender la demanda de viajes aéreos.

Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano

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