Pese a los desafíos, la aviación mundial valora el aumento de la producción de combustibles sostenibles de aviación (SAF). Reunidas en Dubái, las aerolíneas indican que las proyecciones para este año van por “buen camino” y poder alcanzar los 1.900 millones de litros.
De acuerdo con datos de IATA, si la proyección se cumple para este año representaría el 0,53% de las necesidades de SAF que requiere la aviación mundial. Nuevamente, pide a los Gobiernos trabajar en políticas públicas para agilizar los esfuerzos de descarbonización.
“SAF proporcionará aproximadamente el 65% de la mitigación necesaria para que las aerolíneas alcancen cero emisiones netas de carbono para 2050”, dice Willie Walsh, director general de IATA. “Todavía tenemos un largo camino por recorrer, pero los aumentos exponenciales (de producción) está empezando a vislumbrarse”.
Esfuerzos en camino
La producción de SAF que requiere la aviación es compartida por muchas industrias. La contribución inmediata que puede entregar este tipo de combustibles lo convierten en la principal herramienta para reducir aún más las emisiones.
En la Asamblea General de IATA, la aviación mundial anuncia que estarán en producción 140 proyectos de SAF. Si todo se mantiene bajo una tendencia de desarrollo, la capacidad total de producción de este tipo de fuentes de energía podría alcanzar los 51 millones de toneladas para 2030. Lo más interesante es una capacidad de producción distribuida para casi todas las regiones.
El potencial de producción de combustibles renovables podría superar esta estimación a medida que crezca el interés de los inversores en SAF. Con un desfase típico de tres a cinco años desde la planificación hasta la producción, los anuncios de inversión en 2027 podrían estar en producción para 2030. Al mismo tiempo, también está claro que no todos los anuncios llegan a decisiones finales de inversión.
“El interés en SAF está creciendo y hay mucho potencial”, agrega Walsh.
A través de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), los Gobiernos establecen compromisos para lograr una reducción del 5% de las emisiones de CO2 de la aviación internacional con SAF para 2030. Para alcanzar ese objetivo, se necesitaría alrededor del 27% de toda la capacidad de producción disponible en 2030. Actualmente, los SAF representan sólo el 3% de toda la producción mundial.
Buen camino, pero falta
A pesar de la valoración positiva, Walsh dice que los planes concretos todavía no son suficientes. Urge que los Gobiernos implementen políticas públicas para garantizar a las líneas aéreas acceso a los SAF. Para los países de América Latina, las políticas públicas son un desafío ante el escaso avance en una región que debe liderar la transformación energética.
“Ahora necesitan implementar políticas para garantizar que las aerolíneas puedan realmente comprar SAF en las cantidades requeridas”, dice el director de IATA.
Para ampliar la producción de SAF y atender los desafíos de la aviación mundial, IATA señala que se deben diversificar las materias primas. Además, se deben acelerar el uso de otras fuentes como residuos agrícolas, forestales y municipales.
Otra solución es trabajar con las refinerías de petróleo para coprocesar SAF. Se trata de una medida de rápida implementación, pero también requiere de políticas públicas.
IATA plantea que para incrementar la producción de SAF se debe también recurrir a la política de incentivos. Para conseguirlo, se requiere en un consenso político para facilitar el cambio de diésel renovable a SAF. Como ejemplo de este tipo de iniciativas, es la que desarrolla los Estados Unidos con US$3.000 millones.
“Los créditos fiscales estables y a largo plazo maximizarían aún más la capacidad de producción de SAF tanto en las instalaciones existentes como en las nuevas”, dicen desde el gremio de las líneas aéreas.
Fotografía portada – United