La investigación del incidente del Boeing 787-9 de LATAM en vuelo a Auckland continuará por los próximos meses. Se trata de un proceso extenso propio de cada tratamiento de incidentes o accidentes a fin de determinar las causas del suceso y acciones preventivas.
Recientemente, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) traslada las llamadas cajas negras a Washington DC para su análisis. Se trata del Flight Data Recorder (grabación de datos de vuelo) y Cockpit Voice Recorder (grabación de voces en cabina) de la aeronave (registro CC-BGG) para su análisis por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB).
“Nos permitirá determinar las causas y acciones preventivas”, dice Claudio Pandolfi, director de Prevención de Accidentes de DGAC Chile.
Paralelamente, otro equipo de la DGAC se trasladará hasta la fábrica de Boeing. La intención es trabajar en conjunto con el fabricante en soluciones tecnológicas a fin de explorar mejoras a la seguridad en la cabina.
Los tiempos de la investigación sobre el vuelo LA800 de LATAM son variables. Todo dependerá del análisis de las “cajas negras” del avión y de las acciones que el NTSB junto con DGAC y Boeing determinen. Dado que el traslado se realiza en el mes de junio, se espera que los resultados finales aparezcan en el transcurso del segundo semestre.
Hipótesis apunta al asiento
Las primeras conclusiones del informe preliminar del vuelo LA800 de LATAM hablan de un “movimiento involuntario hacia adelante” del asiento. Se descartan hipótesis relacionadas con efectos meteorológicos que podrían haber provocado el “descenso repentino” del cual es objeto la aeronave que deja a 50 personas afectadas y 13 en recintos hospitalarios.
The Air Current -ligado a Boeing- publica en marzo que “un alto funcionario de la línea aérea” dice que el asiento izquierdo de la cabina se habría movido de manera no inducida al tal punto que coloca al piloto contra el mando de la aeronave. Como consecuencia, la nariz del avión se coloca ángulo abajo generando el descenso repentino.
El supuesto permitiría explicar el “fuerte movimiento” y los relatos de los pasajeros que hablan de un “fuerte descenso”. Las declaraciones de la tripulación de vuelo son elementos claves en el aporte de antecedentes de la investigación. La publicación también menciona que no se descarta que pueda tratarse de un posible corto circuito. Dicha hipótesis también podría encajar con “evento técnico” mencionado por LATAM tras la emergencia.
La hipótesis podría derivar a Boeing a tomar acciones preventivas por lo que la investigación es seguida muy de cerca en medio de un cuestionado escenario para el fabricante. Al estar a cargo de la investigación, DGAC mantiene diligencias con todos los actores involucrados.
La investigación también revisa boletines de Boeing y directivas de aeronavegabilidad, información del operador y el historial de la aeronave. Por el momento, se descartan problemas técnicos de la aeronave asociados con el mantenimiento.
Críticas del informe preliminar
El informe preliminar de la DGAC es visto como un avance lento de la investigación dado que las conclusiones prácticamente eran conocidas con anterioridad. Además, hay puntos que todavía no están del todo esclarecidos.
Para el abogado que asesora a los pasajeros que van en ese vuelo todavía hay muchas preguntas vitales por responder. El director de Carter Capner Law, Peter Carter, dice que las fotografías de los asientos del piloto y del primer oficial del informe revelan una diferencia significativa en la posición de descanso de las cubiertas de los interruptores de los asientos.
Agrega que el informe preliminar no comenta sobre las diferentes posiciones excepto para decir que las investigaciones están en curso. Al respecto, menciona que cierre incompleto cuando está en reposo la cubierta del interruptor del asiento del piloto plantea la posibilidad de que este se active cuando se presiona inadvertidamente.
Fotografía portada - Ricardo J. Delpiano