Contar con vuelos internacionales un desafiante anhelo para las ciudades de regiones en Chile, especialmente, las del sur. Por años, la conectividad depende la oferta aérea de Santiago, realidad que parece no cambiar pese al crecimiento del mercado aéreo.
En diciembre 2019, el sur de Chile marca un punto de inflexión en conectividad aérea con la inauguración histórica de los vuelos Lima – Concepción. Por primera vez, se abre la ruta y explotada simultáneamente por dos operadores: JetSMART y LATAM. Sin embargo, el freno político-sanitario decretado por las autoridades de la época no permite explorar más allá. Como resultado, la conectividad queda suspendida tras la abrupta caída del tráfico aéreo que Chile tardíamente recupera.
A fines de marzo 2024, aparece un nuevo intento de conectividad internacional para el sur de Chile. JetSMART retoma desde Buenos Aires (EZE) los vuelos internacionales a Concepción. Sin embargo, los bajos niveles de demanda fuerzan a levantar la ruta.
La cancelación de este servicio es uno se suma a una serie de infructuosos intentos por desarrollar una conectividad internacional del sur de Chile. Por factores de cercanía y una supuesta demanda, Argentina aparece como el mercado natural de expansión, pero también el que reporta más fracasos.
Desde la década de 1990, han intentado desarrollar varias rutas entre el sur de Chile y Argentina. Las más emblemáticas son Puerto Montt – Bariloche, Temuco – Neuquén, ambas con pocas operaciones. Incluso, exploraciones en la Patagonia -pese al “aislamiento geográfico” y a los mayores vínculos en la zona, no resultan.
Aerovías DAP es una compañía que intenta explorar la conectividad apostando por el turismo y la integración en la Patagonia. En 2017, lanza un ambicioso plan de conectividad en el sur que prospera por la falta de una demanda rentable. Su propuesta considera conectar Punta Arenas – Puerto Natales – El Calafate, Punta Arenas – Ushuaia – y Balmaceda – Comodoro Rivadavia. Sólo las dos primeras rutas se logran materializar por la temporada de verano 2017 – 2018, pero sin continuidad.
Más al Norte, aparecen los casos de Puerto Montt y Temuco. En la década de 2000, la argentina LAPA explora la conectividad Buenos Aires (AEP) – Bariloche – Puerto Montt. La ruta se suspende al poco tiempo por la baja demanda. En la Araucanía ocurre algo similar con el intento por parte de American Jet en 1016 en el tramo Neuquén – Temuco. A pesar de que las operaciones se realizan con aviones pequeños (Fairchild Metro 23), se suspenden al poco tiempo.
Factores que se repiten
Los escasos resultados en los intentos de vuelos internacionales desde la ciudades del sur de Chile están relacionados a una demanda insuficiente y a la falta de polos de desarrollo, un problema histórico que arrastra el país. La centralización demográfica, económica y política en torno a Santiago condiciona que la oferta se gestione a través de la capital.
A nivel de industria, también agregan la falta de elementos catalizadores que apoyen el desarrollo de nueva conectividad. Otros países, logran impulsar rutas para activar economía creando ofertas atractivas e incentivos a los operadores para fomentar los vuelos. Se trata un punto que hasta la fecha no logra ser abordado por las autoridades políticas en el tiempo.
Otros factores no menores son el comportamiento de los viajeros y la economía. Para los argentinos, el sur de Chile presenta escaso atractivo considerando la oferta similar de su país que aparece más asequibles y otras alternativas en la región. Una situación distinta ocurre para el viajero chileno que si tiene a Argentina como destino tradicional o aspiracional.
Los cambios en la situación económica ambos lados de la Cordillera de los Andes también influyen. Sin embargo, la escasa demanda no permite compensar los ciclos.
Concepción es el centro económico y demográfico más importante del sur de Chile y el segundo a nivel país después de Santiago. Pese a esto, los vuelos a Buenos Aires no logran tener un sustento. En los escasos meses de operación, las operaciones de JetSMART no consiguen niveles completos incluso con vuelos con apenas 55 o 60 pasajeros.
La realidad de la capital de la región del Biobío se considera como preocupante a futuro. Si para el segundo centro demográfico del país no puede conseguir vuelos internacionales, los desafíos sin mayores para otras ciudades con menor densidad de población y actividad económica más específica.
Perspectivas
A corto plazo, no se esperan cambios significativos manteniendo el escenario actual en medio de una situación económica incierta a ambos lados de la Cordillera. Si bien el reciente memorándum de entendimiento (MOU) para liberar frecuencias entre Argentina y Chile brindan oportunidades de crecimiento, todavía faltan elementos catalizadores que permitan aumentar la conectividad fuera de Santiago.
Las oportunidades de crecimiento parecen estar más al otro lado de la Cordillera a través de operaciones desde Santiago, más que desde otras regiones. Esto se manifiesta con los últimos enlaces abiertos por LATAM antes de 2019 y recientemente por SKY (Santiago – Bariloche, por ejemplo).
Se trata de un punto compartido en el sector aeronáutico transandino. En ese sentido, genera preocupación la posibilidad de que líneas aéreas chilenas crezcan en rutas en Argentina, pero no que las compañías argentinas lo hagan en ciudades y rutas en Chile.
Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano