La Unión Europea señala que alrededor de 20 aerolíneas investigadas por posibles greenwashing. La denuncia aumenta la presión política que tiene el sector aéreo respecto a la disminución de emisiones de CO2 en medio de desafíos para la transición energética.
El greenwashing es la práctica de llevar al marketing la adquisición de compromisos en materia medioambiental. La acción se puede dar a nivel de la empresa o en las relaciones con terceros, pero sin haber introducido cambios significativos en políticas medioambientales.
El alto número de aerolíneas cuestionadas por greenwashing en la Unión Europea responde a que muchas pertenecen a grupos aeronáuticos. Durante las últimas décadas, las líneas aéreas en el Viejo Continente están afectas a un proceso de consolidación con tres importantes grupos aeronáuticos.
De acuerdo con la Unión Europea, las compañías investigadas son Air France – KLM Group, Lufthansa Group, Finnair, Norwegian, Ryanair, SAS, Vueling y Wizz, entre otras. Por la cantidad de compañías que administra, aparentemente, Lufthansa Group es el caso más complejo. Bajo el juicio de las autoridades están Austrian, Brussels Airlines, Lufthansa, Eurowings Discover, y Swiss.
La denuncia nace de la Organización Europea de Consumidores (BEUC). De acuerdo con el organismo, serían 17 aerolíneas que estarían practicando greenwashing.
La Unión Europea acusa a las aerolíneas de crear impresiones incorrectas para financiar proyectos climáticos con menor impacto ambiental. También se acusa de utilizar el término combustibles sostenibles de aviación (SAF) así como las palabras "verde", "sostenible" o "responsable" de manera absoluta.
Otra práctica que se acusa es la presentación a los consumidores una comparación de vuelos en cuanto a sus emisiones de CO2. Sin embargo, no se proporciona información suficiente sobre los elementos comparativos que demuestren una reducción de contaminantes.
Desde la Unión Europea, piden que las líneas aéreas envíen información respecto a las lucha contra las emisiones de CO2. Para ello, piden información respecto a proyectos medioambientales en curso, sistema de compensaciones offset o la utilización de combustibles sostenibles (SAF). Cada una de las acciones deben estar respaldadas por pruebas científicas.
Problema de normativa
Para el gremio Airlines For Europe (A4E) que representa a las líneas aéreas de Europa dice que las diferencias pueden responder a un problema de normativa. Como ocurre en distintos países del mundo, las diferencias en las regulaciones y la falta de políticas públicas complican los avances en la agenda medioambiental.
Una diferencia que A4E planea guarda relación con divulgación de nombres de las compañías aéreas investigadas. Según indican la Unión Europea no revelaría las aerolíneas mientras las investigaciones todavía están en una etapa preliminar. En ese sentido, señalan que todavía no está claro que líneas aéreas están investigadas.
En ese sentido, TAP Portugal señala que a pesar de las mencionas aparecidas en prensa no están incluidas en las investigaciones. Según la agencia Reuters, están alineados con la posición de A4E.
Fotografías portada - Lufthansa Group