En 1982, una misión calificada como secreta por parte de Argentina en las Malvinas asegura cambiar la estrategia británica durante la guerra. La operación implica el aterrizaje de un Lockheed C-130 (registro TC-68) con armas en las islas, hecho que por parte de la historiografía argentina es considerado un hecho histórico.
La misión secreta en Malvinas por parte de Argentina busca reemplazar los aviones Neptune de la Armada de ese país. Se decide por el C-130 para suplantarlos en la tarea de interdicción de la flota. La acción en el conflicto se guarda bajo siete llaves por dos décadas tanto por argentinos como por parte de los ingleses.
El TC-68, es el primero en aterrizar en las islas Malvinas el 02 de abril de 1982. Para la operación, la aeronave es acondicionada en la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba (FMA). El comodoro VGM (R), Roberto Mario Cerruti, es el navegador del sistema de armas del avión que consigue el logro histórico. Son varios los C-130 configurados.
Para la misión secreta en Malvinas, al avión se le instalan cuatro tanques de combustible en la bodega. De esta manera, se consigue que el C-130 pueda tener hasta 19 horas de autonomía. Bajo los tanques de las alas, se colocan dos portas-bombas múltiples que podían transportar hasta seis bombas de 250 kilogramos cada una. En el tablero del piloto, se colocan una mira de tiro que usan en ese entonces los IA-58 Pucará y un botón para lanzar las bombas. Sobre el lugar del copiloto, el control del sistema de armas.
Los objetivos ideales eran el Queen Elizabeth II, que navegaba con cinco mil efectivos a bordo para reunirse con la flota. La lógica indicaba que lo harían protegido con fragatas. El segundo, más adelante, es atacar Grytviken en las Georgias, donde creían que estaban reparando al portaaviones Invencible. El C-130 modificado cumplió siete misiones y siempre desde la I Brigada Aérea de El Palomar.
Cambio británico
De acuerdo con la recopilación realizada por la Fundación Marambio, el accionar de estas misiones, obliga a la totalidad de los buques logísticos británicos a corregir sus rumbos. Se había demostrado que la Fuerza Aérea Argentina tenía aviones con un radio de acción suficiente para alcanzarlos.
También se suspenden los envíos de buques logísticos hacia el sur. Ningún barco consigue llegar a su destino con provisiones de algún tipo que se necesitaban con urgencia para mantener a los barcos, aviones y hombres en acción. La pérdida de cualquiera de los petroleros o barcos de provisiones habría tenido un impacto negativo en la campaña.
Las primeras acciones de la misión secreta argentina en Malvinas llevan material bélico y tropas a las islas. Las siguientes -calificadas como heroicas-, y obligan a los británicos a cambiar sus tácticas. Esos vuelos se catalogan como "secreto militar" durante casi 20 años. El motivo es ocultar el ataque a un "súper petrolero" que se encontraba en alta mar en el Atlántico Sur, pero en plena navegación hacia la ubicación de la Task Force británica.
De estas acciones participan, además del C-130 Hercules argentino, otros cuatro Canberra MK-62/64 con el apelativo de Negro 1. A la primera misión, se agregan varias acciones más. La misión secreta en Malvinas desata un conflicto internacional acallado durante dos décadas.
La misión secreta en las islas Malvinas del TC-68 se reconoce muy tardíamente. En 2018, el Congreso de la Nación, por ley 27465/18, condecora a las tripulaciones con la medalla que lucen con orgullo: "La Nación Argentina al Valor en Combate", por sus relevantes méritos, valor y heroísmo en defensa de la patria.
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Texto original y fotografías - Fundación Marambio