Una nueva hipótesis aparece en medios que podrían explicar la emergencia del vuelo de LATAM LA800 el pasado 11 de marzo. El suceso que deja heridas a alrededor de 50 personas a bordo del Boeing 787-9 en ruta Sydney – Auckland está bajo investigación por parte de las autoridades de Chile y Nueva Zelanda.
Según publica The Air Current, una nueva hipótesis para explicar la emergencia del vuelo de LATAM estaría asociada a un movimiento del asiento del piloto. El medio cita a un “alto funcionario de seguridad de la línea aérea” que indica que el asiento se habría movido de manera no inducida.
De acuerdo con esa hipótesis, el movimiento del asiento se habría producido hacia adelante a tal punto de mover la palanca de mando y colocar al avión con la nariz ángulo abajo generando la emergencia del vuelo de LATAM. El supuesto -materia de investigación- permitiría explicar el “fuerte movimiento” y los relatos de los pasajeros que hablan de un fuerte descenso.
Las declaraciones de la tripulación de vuelo son elementos claves en el aporte de antecedentes de la investigación. La publicación también menciona que no se descarta que pueda tratarse de un posible corto circuito. Dicha hipótesis también podrían encajar con “evento técnico” mencionado por LATAM tras la emergencia.
La hipótesis podría derivar a Boeing a tomar acciones preventivas. De proceder, supone que el problema podría presentarse en otros aviones de la familia B787.
Hipotésis asociada
Muy en línea con lo anterior, The Wall Street Journal, menciona que una tripulante de cabina (TCP) habría presionado el interruptor en el asiento del capitán del vuelo mientras sirve la comida. Dicho interruptor se encuentra en la parte superior del asiento y habría provocado su movimiento que hace que el piloto choque con el mando.
El botón no estaría diseñado para funcionar con el piloto, pero una sospecha -según señala el medio neoyorquino- es que el capitán habría estado con las piernas cruzadas. Como consecuencia, se generaría el brusco descenso mencionado por los pasajeros.
La hipótesis de la TCP debe ser investigada por las autoridades competentes. Del mismo modo, será materia de análisis la activación de dicho mecanismo del asiento así como las circunstancias previas a la emergencia.
Una sospecha que parece alejarse
Otra de las hipótesis que podría explicar la emergencia del vuelo de LATAM es un posible falla de software. Las declaraciones vertidas a la prensa en Nueva Zelanda por uno de los pilotos por una posible falla de los indicadores levanta sospechas con un error de software del B787.
Se trata de un problema encontrado en 2015. Ese año, la Administración Federal de Aviación (FAA, por su siglas en inglés) emite una directiva de aeronavegabilidad por un error de software en los B787. La falla podría provocar un apagado eléctrico completo del avión y hasta una posible pérdida de control.
Según la directiva de aeronavegabilidad de la autoridad aeronáutica estadounidense, los generadores del B787 entran en un “modo de seguridad” si están encendidos continuamente durante 248 días. La aeronave tiene cuatro unidades generadores que si se encienden simultáneamente podrían fallar y provocar un apagado eléctrico completo, independiente de la fase del vuelo. En fases críticas, una falla podría derivar en una situación catastrófica.
Boeing señala en esa ocasión que lo mencionado sólo ocurre en durante una prueba. Sin embargo, la FAA obliga al fabricante a corregir ese error.
El B787-9 involucrado en la emergencia (registro CC-BGG) se construye para LATAM en 2015, siendo entregado a fines de ese año a la empresa. Desde 2016, la aeronave opera en la línea aérea hasta julio 2020. En ese años, queda almacenado en Victorville, California, debido a la drástica reducción de capacidad que generan las restricciones impuestas por los Gobiernos. Posteriormente, se vende a Wilmington Trust Company para volver a operar en LATAM en julio de 2021.
Chile a cargo de la investigación
Según el Convenio Internacional de Aviación, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de Chile es responsable de investigar la emergencia del vuelo de LATAM lo que supone analizar cada hipótesis. Los primeros trabajos están a cargo de la Comisión de Investigación de Accidentes de Transporte (TAIC) de Nueva Zelanda entidad que solicita las llamadas “cajas negras” del avión.
Por ser una aeronave fabricada en los Estados Unidos, este país también tiene participación en el incidente. En ese sentido, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) se espera que sea parte con un representante, además de la propia Boeing.
Chile tiene un mes para emitir un informe preliminar sobre la emergencia con los antecedentes recopilados. Para el informe final, no hay plazo establecido ya que depende de la complejidad de los incidentes o accidentes.
Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano