Las auditorías encargas por la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) a Boeing continúa acentuando la crisis del fabricante. De acuerdo con reportes preliminares, el fabricante presenta una serie de irregularidades en los procesos de producción.
El caso para Boeing se complica ya que no sólo está enfrentando a la FAA. Ahora, también debe enfrentar al Departamento de Justicia (DOJ) que inicia una investigación criminal por la emergencia del 05 de enero que afecta a un vuelo de Alaska Airlines.
De acuerdo con medios como New York Times citando a la FAA, Boeing no logra pasar la verificación de la tapa de la salida de emergencia del B737-9. Una falla en el proceso de verificación sería la causa determinante en el incidente de enero.
Desde Boeing señalan que los inspectores de la FAA visitan las fábricas en Renton (donde se fabrica el B737 MAX) para realizar auditorías de control de calidad. En el proceso, examinan las instrucciones de trabajo, monitorean las labores de los mecánicos e inspeccionaron la producción en búsqueda eventuales anomalías.
El fabricante reconoce que hay incumplimientos. Sin embargo, la mayoría no logran detener la producción y continúan aprobados.
Boeing en proceso correctivo
A fin de revertir la crisis, Boeing indica que independiente de las auditorías y exigencias de la FAA está tomando medidas en lo que respecta a control de calidad de la producción. Entre las medidas destacan el seguimiento al trabajo de los empleados, implementar controles de cumplimiento, auditar las cajas de herramientas, planificación de auditorías adicionales, etc.
A lo anterior, se agrega una revisión adicional de un panel de expertos. Según los comentarios publicados por Stan Deal, director de Boeing Comercial, el sistema de gestión de seguridad (SMS) cumple con los estándares globales. No obstante, menciona que los procedimientos son “demasiado complejos” y que se “cambian demasiado”.
“Nuestros equipos están trabajando para simplificar y optimizar nuestros procesos y abordar las recomendaciones del panel”, dice Deal.
Irregularidades también en proveedores
Las auditorías de la FAA a Boeing también se extienden a los proveedores. Entre los que levantan mayor interés es Spirit AeroSystems por ser la empresa que fabrica los fuselajes de los aviones.
Los reportes preliminares hablan de que Spirit AeroSystem no pasa seis de 13 auditorías. Las fallas incluyen partes críticas como el funcionamiento de la puerta de las bodegas o la instalación de ventanas.
Boeing todavía no puede aumentar la producción hasta que no se aprueben los cambios exigidos por la FAA. Para el fabricante y los operadores, la situación no es favorable ante la mayor demanda por renovar flota para los próximos años.
Líneas aéreas advierten retrasos
Ryanair es una de las primeras compañías que se ve obligada a recortar capacidad por la crisis en Boeing. De los 57 equipos B737-8 200 que tienen contemplados, ahora les aseguran entregas por alrededor de 40. Como consecuencia, planifica un menor crecimiento para la próxima temporada alta del hemisferio Norte.
En los Estados Unidos, los problemas de Boeing también generan preocupación en las líneas aéreas. Las principales tienen importantes encargos por la familia B737 MAX para atender rutas medias y renovar parte de la flota de fuselaje angosto.
United es la primera en generar la alerta tras sacar de su plan de flota al B737-10 y estudiar un posible reemplazo en el pedido. La compañía está estudiando alternativas con Airbus a través del A321neo, pero la alta demanda complica la posibilidad de reemplazos inmediatos.
Southwest y Alaska Airlines también aseguran que no tendrán los aviones que tienen comprometidos. Como resultado, no se descarta una menor capacidad prevista para 2024.
Otras compañías como Delta anticipan que el esperado B737-10 tendrá un retraso significativo para varios años producto de la crisis. Recientemente, sus directivos indican que el avión podría estar listo para 2027. American Airlines tiene también encargos por esa aeronave tras un reciente pedido, pero las entregas están planificadas para fines de década.
Para América Latina todavía se desconoce el impacto. La mayoría de las líneas aéreas de la región opera una flota Airbus, por lo que el impacto de la crisis en Boeing es menor. Las compañías que podrían tener inconvenientes son Aeroméxico, Copa Airlines y GOL, principales operadores de la familia B737 MAX. No se descarta que Arajet también pueda estar afectada dado que espera la recepción de nuevos equipos.
Fotografía portada - Boeing