Mujeres en la flota de transporte FACh: méritos al servicio del país

Demostrando que no hay límites al momento de seguir anhelos, las mujeres de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) tienen un protagonismo cada vez mayor. El motivo no es su género, sino la capacidad de demostrar por mérito propio que pueden desempeñar cualquier tarea al igual que sus compañeros. Como los primeros aviadores, hoy se las considera pioneras de una nueva era de verdadera inclusión.

La Capitán de Bandada, Karin Bauer, y la cabo Katherine Vergara, son hoy una representación de un grupo grande de mujeres que forman parte de la FACh. Dos verdaderas águilas de la Institución, cuyo trabajo las lleva a desempeñar múltiples misiones clave al servicio al país y a su población. Precisamente, al mencionar su rol ambas destacan su pasión y el gusto por servir, tal como expresan antiguos pioneros aeronáuticos.

La capitán Bauer, se desempeña actualmente como comandante del avión Gulfstream IV de la FACh. Por su parte, la cabo Vergara es tripulante de Boeing 737 y 767-300ER. Ambas realizan misiones estratégicas para el país transportando autoridades, vuelos humanitarios, traslado de brigadistas y las necesidades del país en el momento y lugar que lo requieran. En sus vuelos también tienen el honor de llevar hasta el propio Presidente de la República, cayendo sobre sus hombre importantes responsabilidades.

Ambas sienten que no marcan diferencia con sus pares. Sin embargo, saben que son parte de una nueva era, en la que sin apoyo particular pueden salir adelante en cualquier rubro tal como es el de transporte estratégico.

"Vimos las mismas oportunidades"

Tanto para la capitán Bauer como la tripulante Vergara el tema de la inclusión es algo natural y se da porque por su propia voluntad como mujer deciden estar en la FACh. Ambas concuerdan que son sus méritos y capacidades las que llevan estar en el lugar que tienen con proyección a mucho más.

“Nunca vi alguna diferencia que fuera importante que dijera hoy están incluyendo más a la mujer”, dice la capitán Bauer. “Obviamente, sabía que en la historia de la Fuerza Aérea -y de la aviación- siempre hubo más hombres porque postulaban menos mujeres, pero la FACH nunca ha hecho diferencia alguna. Lo que ha hecho es integrar -a la mujer- más prontamente y de la mejor forma posible”.

La capitán Bauer es de familia de aviadores, pero del mundo civil. Prácticamente se puede afirmar que lleva el ADN aeronáutico en sus genes, lo que la hace sentir desde pequeña el deseo de estar sentada al mando de un avión surcando los aires. Sin embargo, a diferencia de sus familiares es la primera en ingresar a la FACh.

“A mí nunca me criaron con alguna diferencia”, añade la cabo Vergara. “Mi familia es casi toda uniformada. Mi padre es oficial del Ejército (retiro). Él siempre me crio que tenía que hacer las cosas bien y demostrar que yo no necesitaba que me trataran distinto al resto. Cuando llegué a la Escuela (de Especialidades) no sentí ninguna diferencia (con los hombres)”.

Camino de servicio

Como cualquier integrante, las mujeres siguen la educación, entrenamientos y promoción básica de la FACh. Una vez finalizadas, viene la separación por áreas donde se elige la especialidad. En el caso de Karin y Katherine, ambas escogen el sector transportes.

“Me fui al área de transporte. Fue lo que siempre quise”, dice la capitán Bauer. “Finalmente ,por las capacidades que uno tenga, incluyendo el inglés que es súper importante, a uno lo pueden elegir para llegar a distintas unidades”.

La capitán Bauer cuenta que el rubro de transportes en la FACh es altamente exigente el dominio del idioma inglés por el tipo de operaciones que se realizan y por los entrenamientos que muchas veces son en el extranjero.

“Cuando llegué al Grupo de Aviación N°10, a finales de 2016, me pusieron a Gulfstream IV, después volé B737. Y bueno, todo ese proceso significó una capacitación en Flight Safety en los Estados Unidos”.

Aunque mucha gente lo ignora, la flota de transporte de la FACh tiene una operación muy activa y diversa. La mayoría está dedicada al servicio de la población civil desde el traslado de una autoridad para alguna actividad como la evacuación aeromédica o traslado de órganos. “También hemos apoyado cuando se registran incendios forestales”, añade la capitán.

Como piloto al mando y a veces de primer oficial, son múltiples misiones que se realizan dentro y fuera del país. Hay variedad en las operaciones, lo que lo hace muy entretenido. Sin embargo, siempre está consciente de la enorme responsabilidad que su profesión conlleva, porque a veces toca llevar a un ministro o a un Presidente.

“Es una gran responsabilidad, pero que es hermosa”, añade destacando el aporte que de alguna u otra forma hace al país. “La Fuerza Aérea entrega todas las herramientas para que uno se pueda desempeñar de la mejor forma”.

Desde la Escuela de Especialidades, la cabo Vergara también llega al área de Transportes de la FACh por su propio interés. En ese sentido, cuenta que siempre quiso ser parte de la tripulación de los aviones de transporte de la Institución.

Como parte de la carrera, señala que las habilitaciones se entregan cuando uno pasa los cursos correspondientes en el Grupo de Aviación N°10. Después de los cursos, a los pocos meses comienzan los vuelos en distintas rutas en las que se completan las evaluaciones.

“Nosotros somos y cumplimos como un equipo”, afirma la cabo Vergara. Como cualquier tripulante, la principal función es brindar seguridad a las personas que viajan en cada vuelo. Si bien advierte que hay responsabilidades distintas, dependiendo de los roles, todo funciona coordinadamente para que el vuelo se realice en óptimas condiciones.

“Hay una cantidad variada de cosas que realizan los tripulantes. Todo lo realizamos como un trabajo de equipo”, añade.

En entre las misiones resalta la variedad. Está la carga del avión, el calibre de combustible, ver a los pasajeros, tenemos que atender emergencias, entre muchas funciones.

La cabo Vergara comienza su carrera como tripulante en el B737. La FACh cuenta con dos unidades un B737-300QC (Quick Change) y un B737-500 en configuración VIP para transporte presidencial. A pesar del cariño que le tiene al “siete tres siete”, realiza también su habilitación en B767-300ER lo que la lleva a ampliar el alcance de su especialización.

Entre sus anécdotas, además de la variedad de misiones, siempre destaca el aporte que se hace con cualquier operación. Una de las últimas misiones que le asignan a la cabo Vergara es el traslado de brigadistas para combatir los incendios forestales en la V Región.

“Como Grupo N°10 estamos alerta cualquier llamado inmediato. A mí me pasó, me activaron y en 10 minutos tuve que llegar a la base porque teníamos traslados de brigadistas”, cuenta. “Intentamos hacer todo en un tiempo óptimo para poder trasladar a las personas en el menor tiempo posible, en este caso, cumplir con la labor que tenían que hacer”.

Al reflexionar de su actividad, valora el aporte que hace desde la FACh al país. Prácticamente, reconoce que si su rol no existiese sería imposible atender las múltiples necesidades que se presentan. “Es reconfortante para nosotros aportar, aunque sea un granito de arena en las cosas que están sucediendo en el país”, dice.

Incentivando a las nuevas generaciones

Tanto la capitán Bauer como la cabo Vergara resaltan la maravillosa experiencia de servicio que sus tareas les conllevan. Desde sus respectivos puestos, invitan a que más mujeres se sumen a las filas de la FACh y que no sientan temor de hacerlo.

“Para mí, estar acá significa poder dar a conocer a las demás mujeres que quieren entrar a la aviación que es maravilloso y que pueden lograrlo. Hay muchas formas de estar, como piloto en los aviones de transporte, la aviación militar, etc. Obviamente, la mujer tiene que tener la vocación de servicio como cualquiera que quiera estar dentro de las Fuerzas Armadas”, relata.

Independiente del género, la capitán Bauer señala que no hay diferencias. Los logros se consiguen por mérito y parte de ello, está en la voluntad y ganas que uno coloca en cada puesto. “Si te apasiona algo y quieres lograrlo, se puede. Eso es lo que a mí me gusta demostrar en el puesto en que estoy”.

La cabo Vergara también destaca el orgullo de ser parte de las mujeres que con la FACh sirven al país. En sus comentarios, insiste en el trabajo en equipo y en los aportes que uno termina realizando, a veces directamente en una misión u otras de manera indirecta.

“Estoy totalmente orgullosa de lo que hago, A la vez siento que mi familia también lo está. Sin ellos no hubiese podido hacerlo”, dice.

Para las futuras mujeres que quieran ingresar a la FACh, simplemente les dice que se atrevan. No hay límites ni diferencias, simplemente están las ganas, la pasión, el esfuerzo que uno se coloca para cumplir sus objetivos. “Uno tiene que tener vocación”, finaliza.

Fotografías - Simón Blaise O / Aero-Naves

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