Tras el fin de la compra y fusión por parte de JetBlue, Spirit reconoce que está frente a dificultades ante un complejo escenario financiero. Los problemas más inmediatos son las millonarias deudas que la compañía tiene con vencimientos inmediatos.
A diferencia de otras líneas aéreas estadounidenses, la firma de ultra bajo costo (ULCC, por sus siglas en inglés) no estaría beneficiándose de la recuperación de la demanda de viajes. Después de una intensa disputa con Frontier, sus accionistas votan la propuesta de compra y fusión que ofrece JetBlue, oportunidad que sería una salida para la empresa, pese al fin de la marca.
Para 2024, Spirit tiene un escenario con varias dificultades. Las más importantes son las de índole financiero con pérdidas proyectadas por US$310 millones. La compleja situación hace que la empresa esté “bajo vigilancia”. Además, también tiene que enfrentar problemas operacionales con la paralización de la flota por las inspecciones preventivas de los motores Pratt & Whitney PW1100G.
Actualmente, Spirit tiene una flota conformada por 14 A319, 64 A320, 85 A320neo, 30 A321 y 11 A321neo. Por las inspecciones preventivas de los motores tiene detenidos 16 A320neo y un A321neo.
La ULCC tiene deudas por US$1.100 millones que vencen en septiembre de 2025 y 2026. Hace algunas semanas, Fitch señala en un informe que Spirit tiene un riesgo importante de refinanciamiento para el próximo año.
Asesorías
Las dificultades financieras de Spirit llevan a los controladores como sus tenedores de bonos a buscar asesores para futuras negociaciones de las deudas. Según publica Bloomberg Law, un grupo de tenedores de bonos pide asesoría legal a Akin Gump Strauss Hauer & Feld. El 12 de febrero, Bloomberg News informa que los acreedores también recurren a la firma de asesoría en banca de inversión Evercore. Otros medios también reportan que la compañía consulta a distintos bancos de inversión y otras consultoras especializadas.
El escenario levanta incertidumbre en el mercado aéreo y a futuro también en los usuarios. Sin embargo, Scott Haralson, CFO de Spirit señala que la compañía tiene una suficiente liquidez para asegurar las operaciones propias en los próximos meses en un intento de dar tranquilidad. Hasta el momento, la compañía no está recortando operaciones por conceptos financieros.
Respecto al vencimiento de deudas, Haralson señala que la empresa es consciente de sus compromisos para 2025 y 2026. Al respecto, agrega que está evaluando alternativas para abordarlos cuando sea el momento apropiado.
Tras el fin de la fusión con JetBlue, Spirit asegura que podrá superar sus dificultades. Confía en sus puntos fuertes y destaca que está centrada en volver a la rentabilidad. Para está tomando medidas prudentes para garantizar el balance financiero y las operaciones en curso. También considera evaluar opciones para refinanciar el vencimiento de la deuda.
En un comunicado, Spirit dice que ya contratado a Perella Weinberg & Partners L.P. y Davis Polk & Wardwell LLP como asesores. Como parte de la rescisión de la propuesta, JetBlue pagará a Spirit US$69 millones y mientras rige el acuerdo de fusión, sus accionistas reciben en total US$425 millones en pagos anticipados.
Fotografía portada – Spirit