“Hay que ponerse a trabajar” es la frase con la que Andrés Herrera, director del Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) responde a las críticas que hace Roberto Alvo, CEO de LATAM, por el informe de quejas de usuarios contra las líneas aéreas. Una polémica menor, pero que merece atención ante los desafíos actuales y futuros.
La frase es acertada y es válida para toda la región. Especialmente para Chile, país que en los últimos años parece vivir una perdida de dinamismo. Sin duda, un tema preocupante del cual nadie está dispuesto a revertir, comenzando por su cada vez más decadente elite política. Por ahora, no se ven cambios.
Lo anterior aplica también en temas aeronáuticos. Después de ser líder en la región, las malas decisiones de las autoridades hacen retroceder al país en términos de conectividad, cuestiones pendientes de resolver, falta de políticas públicas y ejercicios para generar un cada vez más urgente crecimiento económico.
Hay que trabajar más. Sí, no hay duda de eso, comenzando por el propio SERNAC al publicar un estudio parcializado que no refleja la realidad de la industria aérea. Sólo al 0,11% de los viajeros de 2023 mientras el 99,0% demuestra estar satisfecho con el servicio o no manifiesta disconformidad alguna. Sin embargo, ello no quita que existan casos que merezcan atención.
Una idea quizás para ponerse a trabajar es conocer el funcionamiento de la industria aérea, la realidad en Chile y sus desafíos que son varios. Una tarea inicial que el propio SERNAC puede comenzar a incluir para este año.
Son varios los temas pendientes de Chile y que aguardan que las autoridades e instituciones del Estado se pongan a trabajar. Mejoramiento de la infraestructura de los aeropuertos, inversión en equipamiento garantizar aún más la seguridad aérea, optimización del espacio aéreo, promover la inversión y recuperar la conectividad perdida con el país, entre otros temas.
También hay que ponerse a trabajar en los temas que la propia política impone. Uno de estos es el medioambiente, ámbito que muchos incluyen en sus discursos, pero con escasa acción. De hecho, a mediados de 2023, la propia Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) critica la lentitud con la que los Gobiernos de la región trabajan en temas “prioritarios” como son los combustibles sostenibles de aviación (SAF) u otras alternativas.
Preocupa también la falta de avance en una mayor promoción turística o incentivos para posicionar a Chile en el exterior. Mientras tanto países vecinos como Argentina, Perú, Colombia y recientemente Ecuador, entre otros, nos van superando.
La reciente tragedia de los incendios forestales en Viña del Mar y la demanda por mayores políticas de combate también nos muestra otro ámbito donde hay que ponerse a trabajar. ¿Cuánto hay de avance para ampliar la acción de la Corporación Nacional Forestal (CONAF)? ¿Cuánto avance hay para posibilitar el publicitado combate aéreo de incendios durante la noche? ¿Qué estado tienen la actualización de los planos reguladores de las comunas para prevenir las emergencias?
Y si seguimos pensando en el futuro, también falta de definir cuál será la posición de Chile en la carrera espacial. La falta de decisión del Estado hace por ejemplo que todavía no se definan una postura en temas de exploración donde el país tiene mucho que aportar. Tampoco hay avances para crear una agencia espacial como tienen otros países.
Pero el Estado no es el único que tiene que ponerse a trabajar. La propia industria aérea tiene tareas pendientes.
Las líneas aéreas continuar trabajando para cumplir con la oferta que hacen a usuarios y mejorar aquellos aspectos deficientes como la tan criticada atención post venta o ante contingencias. Hay avances, sin duda, pero siempre se puede hacer más. En ese sentido, el polémico informe debe ser un punto para continuar mejorando. Lo mismo ocurre para los aeropuertos. Comenzando por el de Santiago, puerta de entrada a Chile, cuyos servicios destacan más por sus quejas que por su calidad. Una realidad que algunas terminales de regiones tampoco escapan.
Son varios los temas pendientes que tiene Chile y que merecen una verdadera agenda pública-privada que vaya de los discursos a la acción. Simplemente, hay que ponerse a trabajar.
Fotografía portada - Simón Blaise