Ante algunas declaraciones respecto al combate aéreo nocturno de incendios forestales, la Asociación Chilena de Helicópteros (ACHHEL) advierte de varias complejidades asociadas y pasos previos que el país debe evaluar antes de su implementación. Se trata de una solución no sencilla e involucra múltiples análisis, tanto de seguridad como de costos adicionales, además de la efectividad.
“Hay que evaluar con mucha responsabilidad”, dice Loreto Moraga, presidente de ACHHEL “No tenemos un dato concreto que nos diga que el combate aéreo nocturno de incendios sea realmente más eficiente”.
Desde ACHHEL ponen como ejemplo los casos en los Estados Unidos y Australia. Ambos países si realizan combate aéreo nocturno de incendios forestales, pero no es masivo. Se hacen en zonas muy específicas.
Moraga dice que la Asociación que representa realiza las consultas para explorar eventuales operaciones en Chile. Sin embargo, les advierte que son operaciones altamente complejas con muchas variables de riesgo, especialmente por la geografía que tiene el país y los lugares donde se producen los siniestros.
Además, se requieren de equipamiento especial para aeronaves y las tripulaciones que no es sencillo de adquirir y tienen un alto costo. Esto, también está unido a una serie de restricciones que tienen estos equipamientos por ser de uso militar.
Decisiones y plan de acción
Para implementar el combate aéreo nocturno de incendios forestales, la ACHHEL plantea que es necesario que como país se definan áreas específicas de trabajo. En esa línea, es fundamental definir el objetivo de la operación: salvar vidas más que contener incendios forestales.
“Se define en un plan con zonas específicas en las cuales se pueden desarrollar potencialmente estas operaciones”, dice la presidente de ACHHEL. “El tema no está en la cantidad de hectáreas que se queman, sino de todo aquello que necesitamos evitar que se queme, partiendo por las vidas humanas, luego infraestructura e industrias”.
Para elaborar este plan, es fundamental las decisiones que se tomen a nivel de Estado porque de ahí derivan otras acciones. Entre estas están las inversiones que se deben realizar para atender las zonas definitivas y las facilidades para incorporar los equipos necesarios para esas operaciones.
La definición de las zonas específicas para el combate aéreo nocturno de incendios forestales no responde a una emergencia en particular. Se trata de un trabajo a largo plazo que involucra la recopilación de datos, evaluación de objetivos y también implica la planificación urbana.
También se deben definir operaciones que deben ser en conjunto con las Fuerzas Armadas. Mucho del equipamiento requerido para el combate aéreo nocturno de incendios forestales es de componente militar como el casco con visión nocturna para los pilotos. Por su calificación, tiene restricciones de exportación lo que involucra directamente la gestión del Estado.
“Hay que planificar a largo plazo porque aquí hay que hacer muchos cambios muchas inversiones”, agrega.
Licitaciones con respaldo
Considerando la alianza público-privada que Chile utiliza para adquirir aeronaves para combate de incendios forestales, la presidente de ACHHEL plantea que el Estado debe asegurar la inversión a los operadores. La razón responde a los costos adicionales que involucran las operaciones nocturnas.
“Los operadores por sí solos no pueden hacer eso. Se necesita el respaldo del Estado para poder adquirir la tecnología a instalar en aeronaves y tripulaciones”, dice Moraga. En ese sentido, vuelve al tema anterior: la necesidad de contar con un plan definido de acción.
Además de las aeronaves, se necesitan equipamiento que debe estar certificado, tripulaciones entrenadas en combate aéreo nocturno que son distintas a las que operan en el día. Los operadores también demanden más tripulaciones lo que aumentan los costos en comparación con una “temporada tradicional”. Por ejemplo, en el combate aéreo nocturno de incendios no se usan los bambi bucket por el peligro de carga colgante en la oscuridad.
La implementación requiere tiempo de planificación para realizar las inversiones correctas. En ese sentido, es fundamental contar con las definiciones que realice el Estado.
“Deben tener ciertas certezas del Estado en cuanto a la contratación del servicio para poder hacer esa inversión. El Estado tiene que saber dónde quiere usar esos recursos, para qué fin. Todo eso demuestra que esto tiene que ser un trabajo público-privado de largo plazo”.
El desafío es complejo y no pasa por soluciones rápidas frente a una emergencia. En ese sentido, señala que no se necesita vender algo que puede ser políticamente correcto comunicacionalmente. Se trata de un trabajo de largo plazo y de carácter técnico que escapa a los periodos de un gobierno. ACHHEL pide enfocarse en políticas de Estado.
“Hay que comunicar la real utilidad del combate aéreo nocturno de incendios y no crear falsas expectativas”, puntualiza Moraga. “La política hace que se exacerben las expectativas y eso es muy peligroso. Pasó con el Super Tanker. Como Asociación queremos ayudar y promover una política seria en la materia con la seguridad operacional en primer lugar”.
Fotografía portada – Kestrel Aviation (a modo de referencia)