Columna de Opinión
Ricardo Delpiano
Enero 2024 quedará registrado como un mes complejo para la aviación. Varios accidentes aéreos, incidentes significativos y nuevas amenazas a la seguridad de los vuelos, están generando nuevos desafíos para la aviación.
El año comienza con el trágico accidente e incendio Airbus A350 de JAL tras chocar en fase de aterrizaje con un De Havilland Canadá Dash 8 de la Guardia Costera de Japón. Las investigaciones preliminares revelan que el suceso se produce por la incursión en pista de la segunda aeronave. Todos los pasajeros del A350 logran evacuar en un excelente comportamiento y procedimiento de la tripulación.
Días después, una emergencia en un vuelo de Alaska Airlines que despega de Portland sufre la pérdida de la tapa de una puerta de emergencia. La situación provoca la despresurización del avión que está en fase de ascenso y obliga a la tripulación a volver al aeropuerto. Pese a volar con un espacio abierto en el fuselaje ningún pasajero resulta herido o fallecido. La emergencia si genera complicaciones a Boeing con nuevos cuestionamientos a sus controles de calidad. Las repercusiones están lejos de acabar.
A mediados de mes, un Dash 8 Q-400 sufre el daño en el tren de aterrizaje principal tras aterrizar en un aeropuerto de Etiopía. El resultado una salida de pista y daños a la aeronave. Casi en paralelo, otro avión de la sudafricana Airlink también sufre una salida de pista por aterrizar bajo una meteorología adversa, al igual como ocurre días después con un Embraer ERj145 operado para American Eagle en Rochester, Estados Unidos. En estos estos casos, está presente un elemento común: todos los pasajeros u ocupantes logran salir ilesos.
No son los únicos casos. También hay otras emergencias que hacen que enero sea muy complejo en materia de seguridad. Chile no escapa con dos sucesos relevantes que están bajo investigación.
Para algunos, el panorama puede ser muy sombrío. Sin embargo, eso no es correcto. Considerando la gran cantidad de operaciones aéreas que se registran todos los días en todo el mundo, son casos específicos. La mayoría de los vuelos siguen llegando de manera segura a sus destinos.
Lo anterior nos demuestra que, pese a todo, la aviación sigue siendo el medio de transporte más seguro en el planeta. Pese a la gravedad de los accidentes e incidentes que se registran muy pocas personas pierden la vida. Incluso, se puede afirmar que, en casi todas las situaciones, prácticamente no se registran lesionados.
Esta realidad es un ejemplo claro del aprendizaje de la industria y como, en conjunto con las autoridades aeronáuticas, se trabaja para hacer aún más segura la aviación. Mientras décadas atrás cualquier incidente o accidente se traducía en una gran cantidad de muertes, hoy son casos muy puntuales.
La seguridad es la prioridad número uno de la industria aérea. Las estadísticas y los avances en la aviación lo confirman. Para 2022, el riesgo de fallecer en un accidente aéreo es de 0,11 de acuerdo con datos de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA). La cifra significa que en promedio necesitaría tomar un vuelo todos días durante 25.214 años para experimentar un accidente aéreo fatal.
Pese a las estadísticas, la aviación no debe dejar de trabajar en función de la seguridad. Para ello, urge que los operadores cumplan con la normativa de los países y adopten las buenas prácticas adhieriendo a programas estandarizados de auditorías. IOSA e ISAGO son un ejemplo. También los aeropuertos deben trabajar por mejorar los estándares con el fin de que todos los vuelos como operaciones terrestres no tengan contratiempos. Por su parte, los Gobiernos en conjunto con la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) deben adecuar y aplicar las normas y recomendaciones. Un trabajo asignado a cada actor, pero también implica un diálogo permanente, cooperación y trabajo conjunto.
Un tema que si preocupa son las nuevas amenazas. Se trata de los pasajeros disruptivos cuya actitud obligan a las tripulaciones a actuar. También están aquellos pasajeros que no hacen caso a los procedimientos de seguridad como al evacuar un avión haciéndolo con equipajes. Son situaciones que van en aumento y no deben quedar en el olvido.
Conversando con Willie Walsh, director de IATA, sobre este punto resalta la importancia de reforzar siempre los procedimientos y atender alertas que aparecen como estos casos. A cargo del organismo que representa a los operadores responsables de más del 82% del tráfico aéreo de pasajeros, reflexiona que es algo que se debe trabajar muy de cerca.
A futuro, los accidentes e incidentes seguirán ocurriendo porque forman parte de la convivencia y uso con máquinas. Sin embargo, cada vez existen más herramientas para prevenirlos. Depende de nosotros aplicarlas y respetarlas.
Fotografía portada – Simón Blaise