Hace medio siglo, el 20 de enero de 1974, el F-16 Fighting Falcon realizó su primer vuelo, marcando el inicio de una era en la aviación militar. Diseñado por la compañía estadounidense General Dynamics, este avión de combate se ha convertido en un ícono de agilidad, versatilidad y eficiencia en el campo de batalla aéreo.
Se han construído más de 4.600 aviones F-16 Fighting Falcon en sus diversas variantes, en un número que sigue en aumento con su línea de fabricación activa. Este avión de combate ha experimentado numerosas modificaciones y mejoras a lo largo de estos 50 años. La producción del F-16 ha involucrado a varios fabricantes, incluyendo a Lockheed Martin, que adquirió la división de aviones de combate de General Dynamics en la década de 1990.
El inesperado primer vuelo del F-16
El 20 de enero de 1974 corresponde una prueba en tierra del YF-16 (como se denomina al primer prototipo), donde debía realizar un taxeo a alta velocidad. El piloto de pruebas, Phil Oestricher, fue el encargado de llevar adelante la prueba.
Sin embargo, en un momento del taxeo el avión comienza a levantar su rueda que se traduce en una inestabilidad por la sensibilidad de los mandos del F-16. Frente a la situación, Phil determina que es más seguro levantar vuelo que intentar controlar el avión en tierra.
Luego de un vuelo controlado el F-16 realiza un aterrizaje de emergencia sin tren de aterrizaje, pero que la pericia y experiencia del piloto permiten detener el avión de combate sin tener heridos. El piloto logra salir ileso del avión.
F-16 Fighting Falcon, el avión más popular de occidente
Entre los hitos más destacados del F-16 se encuentra su capacidad para ser operado por una amplia gama de países, convirtiéndose en uno de los aviones de combate más exportados del mundo. Por años fue el avión estándar de gran parte de los países Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), actualmente siendo reemplazado por los más modernos F-35 Lightning II. Además, su constante evolución tecnológica, con mejoras en sistemas de aviónica y armamento, ha asegurado su relevancia a lo largo de las décadas.
Este avión ha sido la elección de numerosas fuerzas aéreas alrededor del globo, consolidándose como una herramienta esencial en la preservación de la superioridad aérea. Son 27 Fuerza Aéreas que optaron por el F-16, siendo Eslovaquia lo últimos en recibir la versión más moderna del F-16, Block 70. El número de usuario sigue en aumento, con pedidos pendientes de entrega y traspaso para Bulgaria, Ucrania y Argentina.
El F-16 Fighting Falcon ha alcanzado una presencia global significativa, siendo operado por una extensa lista de países alrededor del mundo. Entre ellos se encuentran Estados Unidos, donde el avión fue originalmente desarrollado, así como naciones de Europa, Asia, Oriente Medio y América Latina. Eslovaquia es el último en recibir la versión más moderna del F-16, Block 70. El número de usuario sigue en aumento, con pedidos pendientes de entrega y traspaso para Bulgaria, Ucrania y Argentina.
A lo largo de su historia, el F-16 protagoniza numerosos conflictos y misiones, destacando su participación en la Guerra del Golfo y en las operaciones de la OTAN en los Balcanes. Su versatilidad ha permitido su adaptación a diferentes roles, desde combate aire-aire hasta ataques a tierra, consolidándolo como un pilar fundamental en la defensa aérea de diversas naciones.
F-16 en Latinoamérica
Por años el F-16 Fighting Falcon fue una tecnología que no estaba a disposición de los países latinoamericanos por restricciones de Estados Unidos. El primer país en poder acceder a esta tecnología fue Venezuela. En 1980, adquirió 24 aviones, 18 F-16A y 6 F-16B. En esa época en que el país sudamericano era un aliado estratégico de Estados Unidos en la región. Con el cambio en la situación política de Venezuela y las tensiones entre ambas naciones, llevaron a Estados Unidos a cortar los suministros de F-16.
En la actualidad se desconoce con certeza la cantidad de F-16 venezolanos que se encuentran en vuelo o bajo que situación de mantenimiento. Los cambios políticos de Venezuela han llevado al país a adquirir armamento de origen Ruso en sus distintas Fuerzas Armadas. En ese país el F-16 queda en un segundo plano.
Chile es el segundo país en poder optar a la tecnología del F-16 adquiriendo 6 F-16C y 4 F-16D a finales del año 2000. Además la flota se complementa con 36 F-16A/B adquiridos de segunda mano a Holanda.
En 18 años de operación, la Fuerza Aérea de Chile (FACh) ha demostrado un alto profesionalismo en la operación de la aeronave. La flota se mantiene constante en vuelo con una cadena de abastecimiento que no se detiene. A lo largo del tiempo, ha llevado a cabo programas de modernización para mantener estos aviones alineados con los estándares tecnológicos más recientes. De esta manera, se asegura su relevancia en las operaciones de defensa.
El tercer país en optar con la tecnología del F-16 es Argentina. En los próximos días debiera anunciar la decisión de compra por aviones F-16A/B de segunda mano a Dinamarca. La adquisición del avión de combate será un paso significativo en las capacidades de Argentina, que se han visto reducidas en las últimas décadas.
La presencia del F-16 en Latinoamérica es tardía en comparación a otros países aliados de Estados Unidos. Sin embargo las prestaciones demostradas por el avión en sus años de operación se traducen en un avance tecnológico para cualquier país que lo opera. Pese a los altibajos políticos y económicos de la región, estos aviones desempeñan un papel clave en la mejora de las capacidades de las Fuerzas Aéreas latinoamericanas. En los países brindan un componente esencial en la vigilancia y protección de los espacios aéreos nacionales.
Fotografía de Portada – Simón Blaise