La Fuerza Aérea de Chile (FACh) recupera el más importante avión de transporte de pasajeros. Después de estar por varios meses fuera de vuelo, el Boeing 767-300ER (registro 985) regresa a Chile desde los Estados Unidos.
La aeronave se encontraba en mantenimiento en ese país tras agotar sus horas de vuelo tras las emergencias naturales que azotan a Chile en enero. De acuerdo con otras versiones, no sería el único problema ya que también habría registrado otros inconvenientes que obligan a la Institución a no contar con este equipo. Algunos ejemplos: las giras presidenciales a Europa y China, y la evacuación de chilenos de Israel, tras el inicio de la guerra en Palestina contra el grupo Hamas.
Prácticamente, el B767-300ER se encuentra casi un año fuera de vuelo lo que lleva a maximizar el uso del B737-300QC (registro 922) y el B737-500 presidencial. Su ausencia vuelve a colocar en evidencia la falta de capacidad de Chile en aviones de transporte.
Ayer a últimas horas del día, el 985 habría iniciado su retorno a Chile, según consta en la aplicación Flightradar24. El regreso no se hace directamente desde Atlanta, donde se encontraba estacionado, sino desde Miami.
Regreso parcialmente positivo
La recuperación del principal avión de transporte es una buena noticia para la FACh como para Chile. Se vuelve a disponer de una aeronave de una capacidad considerable para movilizar pasajeros para distintos propósitos, incluyendo los viajes de la Presidencia de Chile, misiones humanitarias o traslados que el Estado requiera.
Sin embargo, no termina con el inconveniente de contar con un solo avión de estas características con varios años de uso. Al ser un equipo con varios años de fabricación y una alta tasa de uso, la probabilidad de fallas o de mantenimientos no programados se vuelve más frecuente. Fuentes cercanas a la FACh que señalan que el avión de transporte tiene la fama de ser un equipo complejo o un “verdadero dolor” de cabeza.
Para Chile, la situación del B767-300ER vuelve a colocar sobre la mesa la necesidad de contar con un avión presidencial exclusivo y/o una flota nueva de aviones de transporte. Se trata de un asunto que las autoridades tienen con pendiente de solución -de carácter indefinido- o con una solución “a la medida”. La razón no son los recursos, sino la falta de capacidad de quienes toman las decisiones para asumir los costos políticos y justificar ante la población las inversiones que el país demanda.
El país sudamericano no tiene otras aeronaves alternativas. Las opciones disponibles son utilizar los B737-300QC o B737-500. Ambos implican un aumento de costos para traslados de largas distancias o necesidades de transporte para una gran cantidad de personas. En caso extremo, se podrían utilizar los dos KC-135 para transportar pasajeros o los Lockheed C-130 Hercules. En ambos casos, son aeronaves tanqueras o de carga más que de transportes de personas. La FACh no tiene capacidad para instalar asientos en los tanqueros.
Principal avión de transporte de la FACh
El 985 es el único avión de transporte de personas de mayor capacidad que tiene la FACh y Chile. Se utiliza como avión de transporte del personal, avión presidencial y para vuelos humanitarios o necesidades especiales. Entre estas últimas está la deportación de personas o transporte de carga.
El B767-300ER es una aeronave con una reconocida versatilidad y alcance. Por lo tanto, es una aeronave de transporte estratégico para un país como Chile, cuya ubicación geográfica demanda aviones de largo alcance.
Fabricado por Boeing a fines de 1992, con primer vuelo en 1993, es utilizado por varias líneas aéreas con una extensa operación. Tras su alquilar a GPA, Aeroflot es su primer operador (1994-2000). Luego pasa a Trans World Airlines (TWA) (2000-2001), American Airlines (2001-2004) y Euro Atlantic (2005-2007). Bajo el arriendo que realiza esta última empresa, los registros muestran que opera para Southern Winds e Air India, antes de pasar la FACh.
Actualmente, la aeronave cuenta con 31 años y su extensa operación indica que también cuenta con varios ciclos. Como consecuencia, la aeronave debe ser sometida a mantenimientos programados con mayor frecuencia y también está sujeta a una mayor probabilidad de fallas.
Fotografía portada - Simón Blaise