Para los próximos años, LATAM sumará más Boeing 787-9 a la flota. Con incorporaciones en arriendo ya consideradas y un nuevo pedido al fabricante estadounidense por cinco unidades, la línea aérea planea avanzar en la renovación de la flota de pasajeros de fuselaje ancho.
Para los próximos años, LATAM espera contar con hasta 46 B787. El aumento de las unidades permitirá a la compañía no sólo recuperar la capacidad perdida en aeronaves, sino también, sumar más asientos a la red.
A diferencia de equipos más antiguos y menos eficientes, los B787-9 cuentan con una capacidad de 303 asientos lo que se traduce en más disponibilidad por vuelo. A esto se agrega, el aumento en la tasa de uso de la flota lo que permite una operación más eficiente, es decir, cubrir más rutas y frecuencias.
"Estas acciones están completamente alineadas con el compromiso con la sostenibilidad y acercan a LATAM a la meta de convertirse en un grupo carbono neutral para el 2050", dice Ramiro Alfonsín, CFO del Grupo LATAM.
Los cinco B787-9 serán los primeros en contar con motores General Electric GENx. Hasta ahora, LATAM sólo utiliza motores Rolls Royce Trent 1000 para equipar a los B787. "La incorporación de motores GEnx es una decisión brinda mayor flexibilidad y opciones para el crecimiento de la flota de largo alcance", agrega Alfonsín.
Necesidad de más B787
LATAM necesita de más B787 para compensar el retiro de los A350-900 y también para culminar el retiro de los B767-300ER que todavía operan en el Perú. La flota también es clave para aumentar las frecuencias en las rutas de larga distancia y alta densidad que actualmente se operan.
Además, no se descarta posibles nuevas rutas de larga distancia desde otros hubs en la región. La operación Bogotá – Madrid prevista para mediados de 2024, es un anticipo de las acciones que puede realizar la línea aérea. Colombia es uno de los mercados que muestra un mayor dinamismo en su transporte aéreo en los últimos años.
Como otras líneas aéreas, LATAM precisa de más aviones. La recuperación de la demanda en varios mercados y las proyecciones de aumento de los viajes, son algunos factores que explican la urgencia. Además de las frecuencias pendientes de recuperación en algunas rutas, la principal línea aérea lanza en los últimos años nuevas rutas con interesante proyección. Algunos aspectos son Sao Paulo (GRU) – Los Ángeles o Lima – Atlanta, inauguradas junto con Delta en el marco de su acuerdo de negocio conjunto (JBA, por sus siglas en inglés).
Con relación a la salida de los B767-300ER, todavía hay nueve unidades basadas en el Perú que atienden rutas dentro del continente. Los nuevos B787 reemplazarán a parte de estos aviones. La otra parte estará a cargo de los futuros Airbus A321XLR que llegan a la flota a partir de 2025.
Inicialmente, todos los B767-300ER serían reemplazados por los B787. Sin embargo, con los cambios en la demanda, el aumento de la competencia y el auge de las rutas medias, el reemplazo queda dividido en dos flotas. Por un lado, los B787 para rutas de larga distancia y alta densidad. Por otro, los A321XLR para tramos medios con menor densidad de pasajeros y escaso volumen de carga.
A mediano plazo, LATAM necesitará reemplazar a los B777-300ER que operan desde su hub en Sao Paulo (GRU) en rutas de mayor densidad. Hasta el momento, no está definido el modelo específico para su reemplazo, pero considerando la estandarización de la flota emerge el B787-10 como probable opción.
Fotografía portada - LATAM