La Unión Europea se encuentra realizando lobby con distintos Gobiernos para presionar por un impuesto global al combustible de aviación. Según expone Financial Times, las conversaciones se están realizando en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP28) y anticipan más desafíos para el sector aéreo y también las personas, quienes asumirían estos costos.
Para Wopke Hoekstra, comisionado de Clima de la Unión Europea, la colocación de un impuesto es una especie de “justicia” desde una perspectiva ambiental. Si bien no se específica el monto, la medida anticipa nuevas controversias.
Hoekstra representa al bloque europeo en la COP28. Según el Financial Times está realizando una serie de reuniones con ministros y diplomáticos asociados al tema medioambiental para avanzar con colocar el impuesto al combustible de aviación.
El principal argumento del comisionado es que el combustible de aviación está exento de impuestos en todo el mundo. No especifica la cantidad, pero si menciona que los Estados pueden aumentar la recaudación fiscal.
“Gravamos todo lo que está vivo, lo que comemos, cuando trabajamos y luego, en el último momento, cuando morimos, pero no la aviación, y eso está fuera de lugar”, dice el comisionado.
La Unión Europea quiere aprovechar el escenario político con varios gobiernos de corte “progresista” que están a favor de estas medidas. Menciona que Brasil, China, Zambia e incluso los países del golfo Pérsico estarían a favor de una medida de este tipo.
En Sudamérica, países como Chile también han mencionado la posibilidad de colocar un impuesto a los combustibles de aviación. Por el momento, esta opción está en pausa hasta 2024.
Una medida contradictoria
La colocación de un impuesto al combustible de aviación es contradictoria con los esfuerzos por avanzar en temas de inclusión, otra de las prioridades de la agenda política de los Gobiernos. De implementarse, anticipa más segregación ya que elevaría el precio de los pasajes aéreos que dejaría a fuera a sectores con menor capacidad de pago.
El concepto de “justicia” que promueve el comisionado del Clima de la Unión Europea sería desigual y dudosa. Los sectores menos favorecidos serían quienes tendrían más dificultades para pagar los costos, a diferencia de los más ricos que pueden asumir con mayor facilidad el incremento de los precios.
Durante la última década, los nuevos modelos de negocios en la aviación y las estrategias comerciales permiten reducir el precio de los pasajes aéreos. Como consecuencia, más personas pueden acceder al viaje en avión generando una serie de beneficios económicos y sociales para los países.
En América Latina, por ejemplo, el precio de los pasajes cae un 60% en los últimos 12 años, según se expone en la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA). La reducción del precio permite brindar más accesibilidad a personas que antes no tienen esa posibilidad propiciando oportunidades de desarrollo.
“El trabajo que hemos hecho en las líneas aéreas por buscar eficiencia y por dar accesibilidad es tremendo”, señala Adrián Neuhauser, CEO de Avianca y presidente de ALTA.
El incremento de la demanda favorece la generación de empleos directos e indirectos. En la industria aérea se habla de un efecto catalizador. Por cada puesto de trabajo que se crea en la aviación se generan otros cuatro e incluso más en distintos sectores.
Chile es un ejemplo de inclusión y accesibilidad a través de la aviación. Desde 2013, el país es líder en inclusión con la tasa per cápita de viajes. La tendencia es positiva para los próximos años, siempre y cuando, no existan regresiones como la colocación de un impuesto al combustible.
Para la industria aérea, cualquier idea de impuestos representa un duro golpe para la economía de los usuarios. Con una menor demanda, la capacidad se contrae lo que eleva los precios y reduce toda la cadena. Como resultado, el empleo se ve afectado y los ingresos de las familias.
En ese sentido, la agenda es contradictoria y no exenta de cuestionamientos. Mientras los Gobiernos hablan de generar oportunidades de desarrollo, medidas como impuestos al combustible u otros rubros constituyen sólo barreras para ello.
La visión de la industria aérea
En la aviación, organizaciones como la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) o ALTA piden que en lugar de pensar sólo en impuestos se puede avanzar con una agenda conjunta. Si la justificación es la lucha contra el cambio climático, se puede avanzar más en la materia sin gravar más a las personas, especialmente, a los menos favorecidos.
“¿Por qué no trabajamos Gobierno e industria para hacer que el sistema sea menos difícil?”, se pregunta Peter Cerdá, vicepresidente de IATA en junio. “¿Por qué no trabajamos conjuntamente para hacer que las operaciones aéreas sean mucho más eficientes?”.
Para la aviación, los Gobiernos tienen una gran deuda pendiente por el trabajo medioambiental. Como ejemplos, se mencionan la falta de eficiencia en los espacios aéreos o el desarrollo de infraestructura. En los últimos años, se evidencia la falta de políticas públicas en temas claves para la descarbonización como son los combustibles sostenibles de aviación (SAF).
En el sector aéreo anticipan que ante la falta de soluciones de los Gobiernos el costo de la sostenibilidad la pagarán los usuarios. El motivo serán los costos asociados a la inversión en tecnología, compra de combustibles a precios más caros, impuesto por este tema o asuntos asociados a “la lucha” a favor del clima.
“No hay manera que con márgenes del 4%-5% que esta industria tiene pueda absorber los costos adicionales (como la compra de SAF), por lo que tiene que trasladarse al consumidor”, señala Willie Walsh, director general de IATA en el Simposio de Sostenibilidad Global de IATA en octubre. “Significará precios más altos de los boletos y claramente eso tendrá un impacto efecto sobre la demanda”.
Objetivo europeo COP28
En la COP28 se busca establecer un fondo para pérdidas y daños relacionados con el calentamiento global. Sin embargo, los Gobiernos no han conseguido avances significativos.
La Unión Europea expresa su voluntad de hacer una contribución "sustancial" al fondo en el contexto de "un resultado ambicioso" en la COP28. Uno de sus intereses es incluir el principio de “quien contamina paga” como parte de su posición negociadora.
Fotografía portada - United Airlines (referencial)