Tras un mes imposibilitada de operar, Amaszonas se encuentra a un paso de la suspensión definitiva de sus vuelos. La decisión del gobierno boliviano de hacerse parte del conflicto entre privados al retirar los registros de sus aviones y la exigencia a pagar las deudas pone a la empresa en jaque.
Amaszonas sigue con la suspensión de sus vuelos. Su deuda continúa acumulándose, sobrepasando los US$17 millones (monto dado a conocer en enero) y sin alternativas para generar ingresos para cumplir con sus compromisos. Tampoco puede atender a sus pasajeros.
El conflicto e incertidumbre inmediata daña también la confianza de los usuarios. En el caso de que la empresa pueda reanudar sus vuelos, es probable que no todos los pasajeros decida optar por la línea aérea. La posibilidad de que exista nuevas irregularidades o problemas podría incluir a la decisión del consumir a preferir otras alternativas aéreas.
Sin cambios
No hay muchas novedades en la suspensión de vuelos de Amaszonas. La empresa tiene el amparo judicial, pero que no es reconocido por las autoridades de transporte de Bolivia.
La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de Bolivia señala que la línea aérea debe pagar sus compromisos al arrendador GY Aviation Lease 1816 por los cuatro Embraer E190 de la flota. Una vez que esto ocurra puede regresar los registros de las aeronaves y volver a operar.
Para el arrendador (o lessor como se lo conoce en la industria aérea), la operación de los cuatro Embraer E190 que hace Amaszonas es inapropiada. Además de la deuda pendiente, asegura que el contrato finaliza el 22 de junio pasado.
Amaszonas señala que el contrato de las aeronaves se extiende hasta 2026. Mauricio Souza, propietario brasilero de la empresa, demanda al Estado boliviano por las acciones cometidas. A través de la acción judicial solicita una indemnización por US$50 millones por el daño ocasionado.
Mal precedente
El conflicto de Amaszonas con el Estado boliviano sienta un negativo precedente. En primer lugar está el involucramiento directo de los organismos públicos en un conflicto entre privados. El retiro de las matrículas es un hecho poco frecuente, generalmente ocurre en casos de fuerza mayor o cuando el prestador de servicios deja de operar.
Otro punto que preocupa es la verdadera independencia de poderes en Bolivia. El poder ejecutivo continúa sin acatar la decisión judicial que concede el amparo a la línea aérea. La intención estrictamente política da la señal que los fallos judiciales no siempre se respetan en ese país. El actuar de las actuales autoridades puede comprometer la decisión de invertir en el país.
¿Cambio de opinión?
El gobierno boliviano continúa con su postura de que es Amaszonas la que debe solucionar sus problemas para devolver las matrículas. Sin embargo, aclara que la empresa sigue con su Certificado de Operador Aéreo (AOC) vigente hasta 2024.
“Se trata de un problema interno de Amaszonas que tiene que resolver junto a la otra empresa. En ningún momento, la aerolínea ha sido desprovista de su certificado aéreo", dice Edgar Montaño, ministro de Obras Públicas.
Wilfredo Gutiérrez, viceministro de Transportes, agrega que la empresa podría volver a operar si alquila otras aeronaves a otro proveedor. También señala que el retiro de las matrículas por parte de DGAC no es impedimento para buscar otros aviones y operar.
Hasta el momento, no se conoce públicamente si la línea aérea está en la búsqueda de una nueva flota. La suspensión forzada de operaciones, las deudas acumuladas, el conflicto con el proveedor y la incapacidad inmediata de obtener liquidez, dificultan posibles negociaciones para adquirir material de vuelo en el corto plazo.
Fotografía portada - Ricardo J. Delpiano