Hacia la década de 1950, aparecen las primeras aerolíneas privadas en Chile. Por primera vez, los pocos pasajeros que se movilizan por vía aérea tienen parcialmente la oportunidad de escoger. El periodo coincide con la primera desregulación del mercado aéreo chileno.
Las primeras aerolíneas privadas tienen un factor común. Comienzan a entender zonas extremas del país y rutas específicas que con el paso del tiempo se amplían a los tramos troncales. Casi ninguna de estas empresas tiene una larga duración, tampoco una flota considerable.
Las primeras aerolíneas privadas de Chile son el resultado de aventuras de empresarios locales que buscan probar suerte en el transporte aéreo con muy pocas intenciones de establecer una empresa seria. En sus intentos, se nutren de aviones de segunda mano aprovechando la cantidad de equipos de la Segunda Guerra Mundial y de otros operadores.
Las primeras
Air Chile es la primera aerolínea privada que aparece en Chile. Se crea en 1948 por Atileo Biseo, un aviador italiano que se establece el Norte de Chile. Presta servicios aéreos para atender a las compañías salitreras. Su flota está conformada por un birreactor C-87 en versión “combi” de pasajeros y carga, un B-24 bombardero modificado de la II Guerra Mundial y un Cessna Bimotor “bambú” (T-50 Bobcat), también una versión modificada de avión militar. Posteriormente, suma cuatro aviones Curtiss C-46D.
Las rutas de Air Chile son Santiago – Antofagasta – Iquique. Tanto desde Antofagasta como Iquique realiza vuelos a las empresas salitreras.
En 1950, nace Lyon Air. Es una compañía aérea de carga dedicada a atender a las empresas mineras. También realiza incursiona en los vuelos internacionales a países vecinos, pero de carácter irregular. Su flota la conforman tres C-46D. Las rutas que atiende son similares a las de Lyon Air hasta 1954 cuando extiende sus operaciones hasta Arica con escalas en Ovalle y Potrerillos.
Tanto Air Chile como a Lyon Air, tienen un éxito en sus vuelos de carga y pasajeros. Por la similitud de sus operaciones, a fines de 1954 comienzan un proceso de fusión que termina en 1955 con el nombre de Sociedad de Transportes ALA Ltda. La compañía jugará un papel clave en la aviación chilena en la segunda mitad de la década.
En 1956, con una desregulación del mercado aéreo encaminada, comienza la expansión internacional en servicios de pasajeros, carga y correo. Con cuatro Douglas DC-4 realiza vuelos a La Habana vía Lima, Guayaquil y Ciudad de Panamá.
Para atender las rutas internacionales con equipos más adecuados, arrienda un Lockheed Constellation a Cubana de Aviación, que por esos años es una de las empresas aéreas más admiradas de Latinoamérica. Posteriormente, esta aeronave es reemplazada por Lockheed Super Constellation, convirtiéndose en la primera aerolínea chilena en poseer este modelo de avión. En 1956, también compra cuatro C-46D uno de los cuales queda inutilizado tras un accidente en Panamá.
Principal competidora
En 1951, aparece la Compañía Nacional de Turismo Aéreo (CINTA). Sus primeras operaciones son de taxi aéreo, utilizando aviones Beechcraft Bonanza monomotores. Realiza vuelos a distintos puntos del país.
El taxi aéreo le reporta grandes utilidades. Con el resultado de otros emprendimientos también deciden servir a las mineras en el Norte de Chile con cuatro Lockheed Electra 10-A. Una de las principales rutas es Santiago – Ovalle – Potrerillos – Calama.
Siguiendo con el éxito de los vuelos a las empresas mineras, compra a LAN tres Lockheed Lodestar C-18. Con el crecimiento de la flota, incrementa operaciones al sur de Chile. En 1956 llega hasta Puerto Aysén, año en que también adquiere los DC-3 y C-46F, más dos DC-4 en 1957.
Con los DC-4 lanzan los primeros de una compañía aérea chilena a los Estados Unidos. Miami y Nueva York son los destinos. Para LAN, este logro representa una importante afección dado que una compañía más pequeña y joven logra superara la empresa de bandera. Con CINTA se puede afirmar que comienza la competencia directa.
En 1958, CINTA se fusiona con ALA. La nueva línea aérea se denomina ALA-CINTA como segundo operador del país. La red combinada es extensa. Desde el Norte atiende Nueva York, Miami, La Habana, Ciudad de Panamá, Guayaquil y Lima, además de las rutas nacionales.
La flota de ALA-CINTA se conforma por cuatro Lockheed Lodestar, cinco C-47D, un Lockheed Constellation, tres DC-3 y siete DC-4. Si bien las empresas están fusionadas, las operaciones se realizan de manera independiente. Esto, no quita que un pasajero podía iniciar un viaje en una empresa y seguir después con otra.
ALA-CINTA es rentable hasta 1959. El alto costo de mantención de la flota diversa y ya antigua comienza a incrementar a lo que se suma la expansión internacional de LAN como respuesta competitiva. Ese año la empresa se declara en quiebra dejando un gran vacío en el mercado aéreo chileno.
Como resultado, existe una gran disponibilidad de aeronaves que son utilizadas por varias empresas para crear diversas aerolíneas privadas. La compra de este material aéreo es conveniente por ser aeronaves inscritas en Chile y de rápida adquisición, además de ser más baratos que en el extranjero.
Otras aerolíneas
Transa-Chile es otra compañía que aparece en 1956. Comienza con tres C-46D volando dos rutas: Santiago – Antofagasta – Iquique – Arica y Santiago – Puerto Montt – Balmaceda – Punta Arenas.
Hacia 1956 y 1957, Transa-Chile, adquiere otros dos C-46D a Lidia Colombia y a Aircraft Instrument Corporation. Uno de estos termina es operado por LASA otra empresa aérea. Posteriormente, incorpora dos PBY 5A Catalina y un PBY 6A Catalina, con los cuales inician vuelos a Juan Fernández para transportar carga, especialmente con langostas. En 1958, la empresa se declaró en quiebra.
En paralelo, surge Sociedad de Transportes Aéreos Interpolar utilizando dos aviones C-46A. Realizan vuelos de carga nacional y algunos servicios chárter al extranjero para traer maquinaria a la industria nacional.
También nace la Línea Aérea Sudamericana (LASA) con C-46A adquiridos en los Estados Unidos, al que se agregaron dos más en 1959 y 1961 adjudicados en remates de los bienes de Transa-Chile. LASA durante la década de 1960 recibe otros C-46A y alcanza una flota de seis aviones.
De los restos de Transa-Chile, el capitán Roberto Parragué, famoso por su travesía a Isla de Pascua, una vez retirado de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), forma su propia empresa aérea. Con los PBY 5A y 6A Catalina, inicia vuelos al archipiélago Juan Fernández, transportando carga y pasajeros. Posteriormente, crea Aéreo Servicio Parragué (ASPAR). Además de la ruta al Pacífico, opera también desde Puerto Montt a Alto Palena para abastecer al Cuerpo Militar del Trabajo.
Otra empresa de la década de 1956 es la Línea Aérea Cóndor. Formada con parte de la flota de Transa-Chile y de ALA-Cinta opera dentro de Chile. En las décadas siguientes, algunos aviones pasan a otras pequeñas compañías que se crean como LATISA.
Hacia 1958, surge el que se convertirá en el principal operador privado y el de mayor duración hasta la fecha. Se trata de la Línea Aérea del Cobre (LADECO) que en varias ocasiones desafía a LAN en vuelos domésticos e internacionales.
Fotografía portada - Sergio Barriga Kreft