Finalmente, Ucrania comienza con el entrenamiento de sus pilotos en aviones Lockheed Martin F-16. En los pasados días, el ministro de Defensa de ese país, Oleksiy Reznikov, confirma el inicio del proceso que tomará al menos seis meses.
Reznikov no informa dónde se están realizando los entrenamientos. Sin embargo, los trascendidos de defensa señalan que al menos ocho pilotos están Dinamarca con la Real Fuerza Aérea de ese país. Además, los Países Bajos y Grecia también colaborarían con el entrenamiento. Posteriormente, el entrenamiento se realizaría en Rumania.
El ministro confirma que por el momento sólo se está procediendo con la instrucción a los pilotos, por el sentido de urgencia. Todavía falta sumar a los equipos técnicos y mecánicos. Reznikov también señala que la barrera idiomática es un desafío a superar por el bajo nivel de inglés de los miembros de la Fuerza Aérea Ucraniana.
El entrenamiento es el paso previo para recibir los aviones F-16. Ucrania espera recibir este material de los Países Bajos y Dinamarca. No se espera que los aviones cambien el curso de la guerra, pero sí que aporten para suplir las bajas de material.
De acuerdo con los reportes, Ucrania habría perdido el 53% de sus cazas en los distintos combates con Rusia.
F-16 para el invierno
Pese a la decisión de los Estados Unidos de autorizar la transferencia de F-16, no se espera que la Fuerza Aérea Ucraniana los reciba inmediatamente. Las razones se explican primero por los tiempos procesos de entrenamiento y porque la desprogramación de aviones / transferencias no son inmediatas.
Las estimaciones más optimistas señalan que los aviones podrían ser enviados a Kiev en invierno 2023-2024. Otras proyecciones consideran que estarán en 2024. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) considera que con el entrenamiento en curso la utilización de los cazas está prevista para comienzos de 2024.
Incertidumbre
Pese a lo mediático de la transferencia de aviones a Ucrania, las expectativas no son muy altas. Por el contrario, hay elementos que pueden jugar en contra.
En primer lugar, está la familiarización rápida en aviones de fabricación occidental. Por décadas, los pilotos ucranianos operan en cazas de fabricación soviética por lo que la transición puede tomar más del tiempo debido y demorar la habilitación.
Otro factor que puede jugar en contra es la presión. Por la pérdida de más de la mitad de su flota, Ucrania demanda con urgencia contar con los F-16. El interés su Gobierno y de cambiar el curso de la guerra, pueden influir negativamente en la asimilación de información y desarrollo de habilitades por la mayor presión que tienen los pilotos. A esto, se agrega la barrera idiomática.
También juega un papel incierto la antigüedad de los F-16 que Ucrania podría recibir. Muchos son de la primera generación, lo que pueden ser una desventaja frente a los cazas más modernos de Rusia.
Por lo anterior, las opiniones coinciden que los F-16 no cambiarán el curso de la guerra. Si serán un aporte para la resistencia y defensa, favorecido por la mayor facilidad para transferir armamento por la compatibilidad de materiales de fabricación occidental.
Fotografía portada - OTAN