Conoce a la primera mecánica aeronáutica chilena con licencia FAA

Loreto Casanova es la primera mecánica aeronáutica chilena que tiene licencia de la Administración Federal (FAA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos. Es una de las pocas mujeres que trabaja en la base de mantenimiento de American Airlines en Santiago de Chile.

Con 26 años como mecánica aeronáutica, a Loreto se la puede considerar una pionera de la aviación chilena moderna. No sólo por trabajar en una empresa estadounidense en su país, sino por ser una imagen de inspiración y superación para muchas mujeres que quieren ser parte de la industria aérea.

Inicios difíciles

Loreto llega al mundo de la aviación en la década de 1990. Siempre en un rubro técnico, su arribo se da en una industria en el que el rol de la mujer está segregado a ciertas labores como oficinas o tripulantes de cabina (TCP). Pensar en una mujer mecánica es en ese tiempo casi imposible o una anécdota.

Sus estudios los realiza en una escuela técnica al oriente de Santiago, cerca del aeródromo Eulogio Sánchez de Tobalaba. Si bien estar cerca de un aeródromo podría considerarse como un “gatillador de su carrera”, cuenta que no es así. Desde un principio se siente atraída por la mecánica de los automóviles y los aviones a los que sólo divisaba en una televisión de blanco y negro.

“Fui la única mujer de mi generación. El colegio me ayudaba a conseguir la práctica a quienes tienen las mejores calificaciones”, cuenta. “En mi caso, fue también porque era mujer. Por mi cuenta prácticamente era imposible conseguirla”.

Su primer trabajo lo hace en una importante línea aérea chilena. Pese a sus 16 años y calificarla como una “verdadera escuela”, confiesa que no lo pasa bien. El motivo es por asuntos de género al ingresar a un mundo estrictamente machista y sin consciencia de lo que implica trabajar con una mujer.

“Yo empecé a trabajar y lo primero que me decían: Oye, tú ¿qué estás haciendo acá? Esto no es para ti, esto solo es para hombres”, cuenta.

Si bien había otras mujeres en áreas técnicas de mantenimiento, Loreto es la única que trabaja en mecánica.

Valor a tu trabajo

“Lore…están buscando mujeres para American Airlines en Chile. Postula”, le cuenta un amigo de los Estados Unidos. Es el llamado que recibe que le cambia la vida por trabajar en una empresa estadounidense y tener licencia aeronáutica de ese país. Las posibilidades de crecimiento son enormes.

La convocatoria forma parte de la búsqueda que hace American Airlines para dotar de una planta femenina en su nueva base de mantenimiento en el aeropuerto de Santiago.

Desde un primer momento siente la diferencia entre una empresa chilena y una estadounidense. Sincerándose con Aero-Naves expresa que al postular nadie le pregunta de dónde viene o quién es o qué haces. Tampoco te preguntan las habilidades en puestos anteriores. Asegura que van directo a evaluar tu desempeño profesional porque si postulas es porque asumen que puedes trabajar en ese puesto. Si es mujer u hombre, simplemente, no está en el asunto.

El proceso de postulación no es fácil porque antes de entrar en la línea aérea debe sacar la licencia FAA. Para obtenerla, necesita pasar la primera entrevista en la que evalúan el inglés (técnico) y la experiencia. Luego vienen los exámenes orales y prácticos. En toda esta etapa reconoce que American Airlines la ayuda a finalizar el proceso.

“Cuando ingresé, American no exigía licencia FAA, ahora sí”, señala Loreto. “Pero una vez dentro de la empresa sabíamos que la tenemos que conseguir por trabajar en aviones con matrícula “November” (N) de los Estados Unidos”.

El mecánico soy yo…

El trabajo en American Airlines es muy distinto a los de la línea aérea chilena, también porque los tiempos han cambiado. El tema de inclusión está inserto en el día a día, entonces dice que los comentarios sexistas ya no están presentes y no hay una distinción por ser mujer. Lo que importa es el desempeño como profesional.

En su labor como mecánica de aeronaves, Loreto debe revisar las partes del avión en la escala en Santiago y ejecutar los trabajos asignados. Si bien hay procedimientos, ningún día es igual lo que hace que exista dinámica.

También hay anécdotas. Uno de los primeros que recuerda es al ingreso en American y forma parte del cambio cultural.

“Me tocó recibir un vuelo y una señora tenía atascada su maleta en el bin (compartimiento superior). Pide ayuda y la TCP solicita un mecánico”, narra. “Me acerco a la señora y le digo en qué la puedo ayudar. Me dice es que tú eres mujer tráiganme a un mecánico. Mi respuesta es que el mecánico soy yo”.

Otras situaciones anecdóticas que cuenta ocurren cuando despacha vuelos. En plataforma con los fonos puestos y en comunicación con la cabina de mano, muchos capitanes todavía se sorprenden porque es una mujer quien les avisa listo para soltar frenos.

Perseverancia

Loreto reconoce que desempeñarse en la aviación en aviación es apasionante, pero no es fácil, más todavía cuando se está en una industria dominada por hombres. También cuenta que como se trabaja con máquinas que llevan personas a veces es súper estresante porque cualquier error u omisión puede implicar un riesgo.

Ante situaciones difíciles, siempre es mejor relajarse, pensar y luego actuar, es el consejo que da, especialmente a las nuevas generaciones que se incorporan. También mucha perseverancia y paciencia porque las cosas no se dan de un día para otro. Entre tanto, siempre considerar los estudios porque uno no termina de aprender.

“Si llegas a la aviación porque quieres tener tickets para volar gratis se va a notar y va a demostrar que no es lo tuyo”, aconseja.

Por el momento, Loreto no tiene grandes expectativas o quizás no las menciona. Confiesa que le gusta su trabajo de mecánica porque le permite estar cerca de lo que más le gusta: los aviones. La jefatura reconoce que no le entusiasma tanto porque es más administrativo, pero quien sabe en el futuro.

“Lo mío es estar encima del avión, ahí trabajando con herramienta en mano cambiando una rueda”, sentencia. “Sí tengo algunas tareas interesantes que van de la mano de mostrar a las mujeres que trabajamos en aviación”.

Fotografía portada - Ricardo J. Delpiano

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