El desarrollo espacial de Chile está en su mejor momento dice la Asociación Chilena del Espacio (ACHIDE). El envío del satélite FASat-Delta y la creación del Sistema Nacional Satelital colocan el país en un punto de inflexión clave para el futuro.
No obstante, hay mucho camino por delante que se debe abordar como país. El más importante es trabajar en las estrategias y, muy especialmente, en la institucionalidad que acompañará al desarrollo espacial que se busca.
“Tenemos que adoptar estas decisiones ahora”, sentencia Loreto Moraga, presidente de ACHIDE. En caso contrario, existirá una asimetría entre el desarrollo satelital fijado, la generación de profesionales que se dedicará al tema espacial y la situación país. “Si no trabajamos en ello, se van a construir los satélites de aquí al 2040 y todos los equipos de las universidades van a quedar absolutamente ociosos o van a terminar en el extranjero para otras agencias espaciales o empresas privadas”.
El punto inflexión que se hace mención es un tema urgente, pero no lo califica como algo negativo. Al contrario, dice que el momento es una “gran oportunidad” país tanto plantear los objetivos como las estrategias. También es una excelente oportunidad para revisar la historia a fin de no repetir los errores u omisiones que se pueden haber cometido.
Una necesidad urgente
Un avance importante en materia espacial es la creación de un Consejo Asesor Presidencial. Sin embargo, no es suficiente dentro del contexto de la economía espacial y porque urge integrar a los actores privados que hoy están presentes en el espacio como al mundo de la academia.
“Necesitamos una un punto público una entidad pública, con patrimonio, personal propio y con personalidad jurídica que tenga la denominación de agencia espacial”, dice Moraga. Junto con eso, Chile debe establecer una directriz para competir en los asuntos espaciales.
A diferencia de décadas anteriores, los países emergentes pueden participar y ser atractivos en materia espacial. Para ello no es necesario llegar al nivel de las superpotencias. Si se deben definir las fortalezas que se tienen, identificar las debilidades y trabajar en la especialización. Sólo de esa manera un país pequeño como Chile puede ser competitivo en la escena global.
Al respecto, enfatiza que todas las decisiones y estrategias tienen que ser tomadas por una autoridad competente. De esta forma, se podrán asignar los recursos que requiere el sector espacial y que estos lleguen a donde realmente se necesita.
Un ejemplo de la especialización que puede lograr Chile es la minería. Para ello, ACHIDE está trabajando junto con la Cámara Minera de Chile y el Instituto Chileno de Astronomía para trabajar en el futuro.
“Es ejemplo de una decisión que estratégica, pero que hemos adoptado básicamente solos, sin ninguna directriz que venga de una política pública. Entonces, lo primero es tener esa esa estrategia general”, expone.
Junto con asociarse con organizaciones sectoriales, ACHIDE también está en contacto con el Ministerio de Ciencias y con la Comisión de Desafíos del Futuro del Senado para ir encaminando una política espacial nacional. La intención es que esté actualizada para fines del presente año.
FASat-Delta, un hito
Para ACHIDE, el FASat-Delta es un hito en el desarrollo espacial de Chile. Más allá de colocar un equipo en el espacio pagado con recursos públicos, es un paso muy importante para lograr un desarrollo satelital que va a implicar una transferencia tecnológica y un uso amplio dentro del Estado para distintos fines públicos y privados.
“Ha sido el primer paso en concreto de un programa que tiene un concepto ambicioso de proyección de la actividad satelital dentro de un concepto de desarrollo que es mucho más amplio que nosotros siempre hemos visto”, añade la presidente de ACHIDE.
El desarrollo del Sistema Nacional Satelital (SNS) contempla varias de etapas de desarrollo. El FASat-Delta es sólo una parte. Después vienen otros satélites que construirán en Chile por chilenos, el desarrollo de un Centro Nacional Espacial y otros centros en regiones. En paralelo, se necesita la capacitación del personal y todo el desarrollo de infraestructura que se necesita.
El FASat-Delta está encaminando todo el programa que busca Chile. También entrega las pautas y tiempos de las cosas que se deben a ejecutar considerando el que SNS tiene un objetivo amplio más allá de 2040. En esa línea se insiste con la necesidad de contar con una institucionalidad adecuada para acompañar todo el desarrollo por venir.
“Están pasando muchas cosas en materia espacial, principalmente con países chicos o emergentes. Vemos que ahora es el momento y si no lo hacemos ahora nos vamos a quedar como simples testigos. Vamos a hacer espectadores de nuevo como cuando el hombre llegó a la Luna”, puntualiza Moraga.
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