Hablar de SATENA es hablar de la integración de Colombia. Creada hace seis décadas, la línea aérea estatal refleja en parte lo que mejor sabe hacer la aviación: conectar a las personas y sus territorios.
Aprovechando el contexto de F-Air Colombia 2023, SATENA nuevamente presenta un libro con el que recoge sus logros. Tal como ocurre en sus bodas de oro, es un viaje por la historia de la línea aérea. A través de textos e imágenes traen al presente los distintos hitos de integración aérea del país.
Operación anfibia
Colombia tiene similitud con el resto de América Latina. Es un país grande con una diversa geografía que impone desafíos de integración. La aviación es la herramienta más eficiente para conectar cada rincón del país. SATENA es el complemento del sistema aeronáutico colombiano a donde otra empresa no puede atender.
El 12 de abril de 1962, el gobierno central encarga al Comando de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) la labor de organizar un servicio especial de transporte aéreo para las regiones subdesarrolladas del país. Para ello, el Presidente Alberto Lleras firma el decreto 940 con el que crea el Servicio Aéreo a Territorios Nacionales (SATENA).
Los comienzos van de la mano de dos Douglas C-47 Skytrain, un C-54 SkyMaster, dos De Havilland Canada DHC-2 Beaver y dos PBY Catalina. La flota está orientada a atender la capital con la región amazónica conectando Bogotá con Leticia, Leticia – Tarapacá – El Encanto – Puerto Leguízamo. La cooperación de los Estados Unidos permite sumar en los años siguientes otros C-47 y C-54 hasta completar 12 aeronaves.
La década de 1960 es de atención a la conectividad a las comunidades remotas. El principal cambio llega hacia 1968 cuando a través de la Ley 80 la línea aérea pasa a funcionar como establecimiento público unido al Ministerio de Defensa. El cambio la lleva a contar con un patrimonio estatal independiente.
Un enfoque regional
En las décadas de 1970 y 1980 son de cambios. Entre los más importantes están los incrementos de capacidad y la modernización de la flota con la adquisición de aeronave turbohélices Avro HS748 con capacidad para 48 pasajeros.
A mediados de la década de 1980, se ingresa a la era del jet con la operación de dos Fokker F28. Con capacidad para 65 pasajeros, es la aeronave con mayor capacidad por muchos años hasta que en 2011 recibe los Embraer E170LR que permiten transportar más de 70 personas, siendo también las aeronaves más modernas que ha tenido la compañía.
Además de los Avro y los Fokker, destacan también los CASA C212 Aviocar. Con estas aeronaves, SATENA desempeña roles claves en labores de búsqueda, rescate y transporte de personas en regiones del Cauca y Huila.
Siempre con su enfoque regional, la década de 1990 está acompañada de aires de modernización. En 1996 se incorporan los seis Dornier Do328 con capacidad para 32 pasajeros que terminan de incorporarse en 1998.
Aprovechando la llegada de nuevos aviones, también se cambia la imagen corporativa y se habilita el sistema de reservas. Con esta herramienta, puede mejorar la atención al público y organizar la capacidad lo que representa un progreso sumamente importante como compañía aérea.
La mantención de un enfoque de nicho y las mejoras internas impactan positivamente en el rol social de la empresa. Para el cambio de siglo, SATENA llega a tener un 6,5% de participación de mercado doméstico en Colombia, según datos de 2001.
De los Fokker a los Embraer
Las buenas cifras en el transporte de pasajeros llevan al Estado a pensar más allá. Entre 2002 y 2003, SATENA ejecuta el proyecto denominado “Reposición Equipo Fokker F-28”, determinado por la suspensión de operaciones. En ese momento, se opta por la adquisición temporal de un Embraer ERJ145LR con capacidad para 50 pasajeros.
La aeronave demuestra su eficiencia y rendimiento, además de una plena capacidad de adaptación al tipo de operación de la línea aérea. Con una positiva evaluación se compran dos aviones adicionales.
Por mandato del CONPES se adquiere a través de SATENA un Boeing 737-700 BBJ para uso presidencial y una tercera aeronave jet Embraer ERJ-145-LR, con endeudamiento interno. También se implementa el sistema de información gerencial integrado que permite la modernización informática de la entidad.
En 2005, SATENA en desarrollo de su programa de modernización y ampliación de la flota aérea. Se compra un tercer ERJ145LR mediante crédito interno con la banca local. En paralelo, continúa el proceso de modernización de su sistema de información comercial e implementa el tiquete forma continua OPTAT, amplía el número de agencias con acceso al sistema de reservas e incrementa los canales de distribución. Esto, le permite alcanzar un crecimiento en ventas superior al 4% en pasajeros y del 15% en ingresos.
Para celebrar los casi de 45 años de funcionamiento y servicio a la comunidad, SATENA adquiere dos E170 de 76 pasajeros, que se incorporan en diciembre 2006 y enero 2007. Con esta nuevas aeronaves, más los cinco E145LR y los seis Do328, se consolida como la línea aérea regional de Colombia. El crecimiento de capacidad la lleva alcanzar una cuota de mercado del 12% y un aumento sostenido del 20% anual en el tráfico de pasajeros en esos últimos seis años.
Hacia fines de década, la integración país que logra SATENA se manifiesta en 43 destinos atendidos, 130 rutas, más de 40.000 vuelos anuales y más de un millón de pasajeros transportados.
Superando desafíos
A finales del 2010, SATENA sufre una crisis financiera, que consiste en deudas bancarias y millonarias pérdidas. Pese a que el aporte social está asegurado, la situación económica de la empresa no entrega un futuro viable.
Por esto motivo, el Gobierno Nacional propone una ley para capitalizar la empresa al colocar en venta el 49% de propiedad en un proceso abierto a dos años. Dicha gestión no llega a concretarse, lo que obliga a realizar ajustes de manera interna lo que incluye la salida de la flota.
La crisis implica limitar los ambiciosos planes que se tienen para la línea aérea. Pese a los desafíos, hasta la fecha SATENA no pierde su enfoque estrictamente regional y dedicado a la integración del país.
Al 2023, opera en 38 destinos en Colombia y uno internacional con la reanudación de los vuelos a Caracas. Al cierre del último año, logra transportar a más de 1 millón de pasajeros y ofrece una capacidad de 1,2 millones de sillas con una ocupación del 86,8%.
La llegada de Gustavo Petro a la Presidencia de Colombia supuestamente está acompañada de planes para SATENA. Entre estos, destaca un mayor rol de la compañía en el mercado aéreo colombiano más una presencia internacional de la que todavía no se tiene mucha claridad y menos viabilidad.
Lo que sí se parece confirmarse, es la adquisición de capacidad adicional que incluye aeronaves menores para operar en comunidades remotas en el golfo de Urabá, la región pacífica norte y el Amazonas. Actualmente, cuenta con una flota conformada por ocho ATR 42-500/-600, dos ATR 72-600 y tres ERJ145.
La integración de Colombia y el enfoque regional continúan destacando a la línea aérea. Además, SATENA realiza labores de asistencia humanitaria en situaciones de emergencia como transporte de insumos médicos y repatriación de ciudadanos, colaboración en casos de ayuda ante desastres naturales y conflictos armados.
Pese a los desafíos, la mantención de las operaciones a través del tiempo y el enfoque regional de integración hacen que SATENA sea hoy un símbolo aeronáutico de identidad nacional. Las aeronaves portan el logotipo de la Corocora que representa la fuerza y la libertad.
Fotografía portada – Creative Commons