A pesar del daño producido por las inefectivas restricciones colocadas por el Gobierno de Chile a partir de marzo 2020, Chile se mantiene como uno de los dos únicos mercados en América Latina con una alta tasa de viajes per cápita. Para los próximos años, se proyecta que el país continúe creciendo más allá de las turbulencias económicas propias de cada ciclo.
De acuerdo con la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), Chile tiene en febrero una tasa de 1,21 viajes aéreos per cápita. Si bien ya no ocupa el primer lugar como años anteriores, es junto con Panamá, los únicos países en tener una tasa superior a 1,0. Ambos superan a países con mayor cantidad de población como Brasil, Colombia o México.
En las Américas, Chile y Panamá tienen una tasa de viajes per cápita similar a países desarrollados. Los países con la mayor tasa de viajes por avión son Canadá (2,62) y los Estados Unidos (2,60). Más atrás se encuentra Panamá (1,26) y Chile (1,21). El resto tienen tasas inferiores a 0,78 (correspondiente a Colombia).
La cifra es positiva considerando que el tráfico aéreo de pasajeros en Chile todavía no se recupera de los daños provocados por las restricciones colocadas a partir de marzo 2020. De acuerdo con cifras de la Junta Aeronáutica Civil (JAC) para abril 2023, el tráfico de pasajeros mantiene una caída de 9,1% respecto a abril 2019. Recién en ese mes, el tráfico doméstico recién logra recuperar lo transportado en el último año previo a la crisis, mientras la demanda internacional sigue con desafíos.
Más rutas, pero menos frecuencias
En la revisión de la situación aérea en la región, IATA señala que Chile logra recuperar la cantidad de rutas que opera en 2019. Sin embargo, ello no quita que existan desafíos, especialmente, ante las amenazas de la incertidumbre económica que presenta el país con el aumento del costo de la vida, el deterioro de las proyecciones económicas y la capacidad de consumo.
En abril de 2023, Chile tiene 112 rutas, cinco más que en 2019. Sin embargo, existen menos frecuencias. Al cierre del cuarto mes, se operan 9.912 frecuencias en comparación con las 10.270 de abril 2019. La reducción de la cantidad de frecuencias evidencia que el sector todavía presenta desafíos para avanzar en la recuperación.
Desde 2013
En 2013, Chile logra por primera vez tener un viaje en avión por habitante. Esta relación refleja el crecimiento económico alcanzado por el país en los últimos años, pero por sobre todo la capacidad de su sistema aeronáutico de generar las instancias adecuadas para que los operadores aéreos sumen nuevos pasajeros.
El crecimiento en la cantidad de viajes per cápita responde a cuatro grandes factores: 1) Crecimiento sostenido de la economía del país que genera una capacidad de pago de su población para acceder a nuevos medios de transporte antes le son ajenos; 2) Nuevos modelos de negocios por parte de las líneas aéreas, permiten maximizar la operación y los rendimientos de éstas, mientras al mismo tiempo son capaces de sumar a nuevos pasajeros a la red, gracias mayor oferta de pasajes y precios; 3) Incorporación de nuevos mecanismos de pago, como el crédito y la mayor accesibilidad para adquirir un ticket aéreo; 4) Capacidad de sectores productivos para generar más puestos de trabajo y una demanda específica.
Gracias a la estabilidad institucional hasta 2019 y la mantención de factores mencionados, la tasa de viajes per cápita logra mantenerse. Además, desde 2016 se suma la dinámica competitiva generada por las líneas aéreas de bajo costo (LCC, por sus siglas en inglés) con la transformación de SKY y el posterior ingreso de JetSMART.
Las bases sobre las cuales se sustenta el transporte aéreo de Chile son el libre acceso a los mercados, libertad tarifaria y la mínima intervención del Estado. Esto, permite la competitividad en la aviación con beneficios no sólo para el sector, sino para los ciudadanos.
Fotografía portada – Simón Blaise O.