Incendio de neumáticos evidencia la falta de fiscalización en los alrededores del aeropuerto de Santiago

En la mañana del lunes 15 de mayo, un incendio de neumáticos en un acopio ilegal en los alrededores del aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago vuelve a poner el foco en la falta de fiscalización de la zona. Si bien las operaciones aéreas no se ven afectadas, la presencia de microbasurales provoca una emergencia que obliga al despliegue de bomberos y del Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC Chile).

Los microbasurales no son una novedad en los alrededores del aeropuerto de Santiago. Desde hace años son un problema resultante de un abandono en la zona que también se traduce en problemas de seguridad con asaltos a personas y vehículos. Recientemente, los basureros clandestinos también cobran relevancia con la presencia de aves que en las últimas semanas si afectan las operaciones aéreas generando desvíos de aviones y suspensión temporal de los vuelos.

El panorama tampoco es favorable para garantizar la seguridad alrededor de la terminal aérea. Ante el aumento de la delincuencia y la sensación de ausencia de autoridad en Chile, el abandono del sector -incluyendo la falta de fiscalización- se convierte en un lugar ideal para que antisociales ataquen a transeúntes y vehículos.

Los spotters o personas que registran el movimiento de aeronaves en los aeropuertos son testigos de los problemas de la zona. Por las cercanías a las pistas, el camino perimetral al recinto de Arturo Merino Benítez es el lugar perfecto para realizar su actividad en un espacio público de libre tránsito. Sin embargo, reconocen que la falta de fiscalización y el abandono de la zona los lleva a alejarse y adoptar otras medidas preventivas como ir sólo a casos puntuales -como la llegada de un avión en particular- o a ir en grupo.

También lamentan el enfoque erróneo de la autoridad. Tras la última gran vulneración a la seguridad del aeropuerto de Santiago, las fiscalizaciones de Carabineros de Chile aumentan, pero en un sentido incorrecto. Interpretan la medida como una especie “saludo a la bandera” de parte de las autoridades en un intento dar una apariencia de seguridad o de acción ante los hechos acaecidos, pero que no atienden los problemas de fondo.

En el aeropuerto reconocen el trabajo de los spotters a tal punto de que en ocasiones anteriores el propio SSEI entrega los teléfonos de emergencia para que algunos miembros puedan reportar casos que representen un riesgo a la seguridad del aeropuerto. Se trata de un ejercicio de cooperación indirecta que en otros países se aplica de manera abierta y habitual. En muchos aeropuertos de los Estados Unidos, por ejemplo, el programa “Airport Watch” permite que entusiastas de la aviación acreditados puedan realizar fotografías y estar en contacto con la Policía para reportar una emergencia.

Puntos estratégicos

Son varios los puntos donde se ubican los basurales clandestinos en los alrededores del aeropuerto. Habitualmente, están al costado del antiguo camino a Lampa y también por el camino a Noviciado donde también se ha visto una proliferación de asentamientos irregularidades.

Uno de los puntos más complejos es el camino Lo Boza que cruza la senda de aproximación final a las pistas 17L/17R del aeropuerto. En ciertas fechas como las cercanas al 18 de septiembre (Fiestas Patrias), no sólo la basura -y sus consecuencias- genera complicaciones también son las propias personas que frecuentan esos espacios para irresponsablemente elevar volantines.

Otro sector que reporta una presencia de microbasurales es el que está comprendido entre los caminos Lo Echervers y Lo Boza. Desde las aproximaciones al aeropuerto de Santiago es posible observar su presencia, así como ciertas horas quemas ilegales de basura, cuya realización demuestra la ausencia de fiscalización.

Un problema complejo

La situación ocurrida en los alrededores del aeropuerto de Santiago no sólo evidencia la falta de fiscalización de las autoridades competentes. Refleja también la ausencia de coordinación entre las distintas instituciones del Estado, incluyendo las de aeronáutica, municipalidades y Carabineros de Chile, para resguardar los espacios públicos.

La DGAC tiene la misión de salvaguardar los recintos aeronáuticos. Probablemente, en ese rol se entiende la labor del SSEI al concurrir en primera instancia a la emergencia de manera tal de la nube contaminante no afecte la normalidad de las operaciones aéreas.

Desde la unidad, señalan que la seguridad del aeropuerto no se ve comprometida ni degradada por la salida de un carro del SSEI. Como parte de la dotación, las unidades disponen varios vehículos que garantizan la atención ante cualquier emergencia aérea.

En lo que respecta a la fiscalización, la ubicación del aeropuerto de Santiago hace compleja la dotación de vehículos de Carabineros para resguardar esa zona, especialmente, si se considera las funciones y emergencias que atienden habitualmente en las comunas aledañas como Pudahuel o Renca que son consideradas complejas en materia de seguridad. La presencia policial en el aeropuerto está enfocada principalmente en la seguridad exterior de las terminales más que en los caminos perimetrales.

La seguridad es un tema complejo que afecta al aeropuerto de Santiago en el último tiempo. Pese a distintos y graves hechos acaecidos, incluso uno que termina con el fallecimiento de un funcionario en servicio activo, pareciera que hasta ahora las autoridades chilenas sólo consiguen realizar acciones reactivas y no de carácter preventivo como la sociedad civil espera.

Fotografía portada - Simón Blaise O.

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