Retiro de los Hawker Hunter desde bases aéreas FACh ¿Una decisión correcta?

Los aviones Hawker Hunter son sin duda una de las aeronaves que más ha marcado la historia de la Fuerza Aérea de Chile (FACh). Su fama o estigma, está concentrada en el rol que le toca desempeñar en el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, siendo protagonistas del bombardeo al Palacio de la Moneda y la casa presidencial en Tomas Moro. Lo anterior da pie a que su acción sea aprovechada por la clase política, grupos de interés y medios de comunicación para acrecentar los sentimientos que representan los Hawker Hunter en los distintos sectores, dejando al olvido su larga vida operativa la cual cuenta con distintos hitos.

Considerando que este año se conmemoran los 50 años del golpe de Estado de 1973 -fecha que es aprovechada políticamente-, la FACh decide retirar algunas unidades que aún se mantienen en las bases aéreas como monumentos. La acción realizada con grúas durante la semana sorprende y genera reacciones inmediatas a través de redes sociales.

Principalmente, la reacción se da en sectores políticos de derecha vinculados al mundo militar. La decisión tomada por el alto mando de la Institución es interpretada como un ejercicio de debilidad que atenta contra la historia reciente de Chile.

En el lado político contrario, no se conocen reacciones similares -al menos públicamente-. Probablemente, por la débil señal que significa el retiro de estos aviones de los lugares donde se encuentran emplazados en comparación con contribuciones más importantes que pueden realizar al país considerando la participación de la FACh durante el periodo comprendido entre 1973 y 1990.

Hasta la semana pasada, los Hawker Hunter que permanecen en pedestales se ubican distintas bases aéreas a lo largo del país. Por lo tanto, están en recinto militares, es decir, bajo resguardo. Solamente existe un Hawker Hunter expuesto en lugar público en la ciudad de Antofagasta en el llamado "Parque del avión". Hasta el año 2018 se encontraba otro ejemplar en la localidad de Mejillones, el cual posteriormente fue removido. En la actualidad sólo un ejemplar se encuentra en exhibición en el Museo Aeronáutico y del Espacio en el llamado "Hangar de Reactores" junto con el resto de las aeronaves como parte de la historia aeronáutica chilena, sin embargo el ejemplar que se emplazaba en el frontis del edificio ha sido removido. Para muchos un museo es el lugar más adecuado para los aviones.

FACh en la ambigüedad

Hasta el momento, no se conoce una orden directa ni de Gobierno ni de la propia FACh referida al retiro de las aeronaves. Al menos, esta no se conoce públicamente o no se quiere revelar con el objetivo no ahondar más en la polémica y evitar a toda costa una incómoda situación mayor al interior de las unidades, el propio alto mando y personal retirado.

Sólo el diario La Tercera (10/05/2023), publica una tibia respuesta de la FACh. “Obedece a una reasignación de las aeronaves que se encuentran en una exposición estática”, indican. El diario también publica que no hay una orden directa del Ministerio de Defensa, aunque mencionan que se “invita” a las Fuerzas Armadas a entregar señales simbólicas.

Opiniones divididas

Más allá de su participación en un hecho puntual como es el bombardeo al Palacio de la Moneda el 11 de septiembre de 1973, los aviones representan una parte de la historia de Chile. En ese sentido, el valor que adquieren va más allá del uso otorgado sea este alabado, despreciado o indiferente por distintos sectores de la sociedad.

Bajo la lógica del retiro de los Hawker Hunter, no se podrían exhibir ningún tipo de aeronaves en cualquier museo del mundo, simplemente, por la acción cometida. En los Estados Unidos o Europa y muchos países en el mundo es común ver aeronaves exhibidas independiente del rol que les compete. No exento de polémica uno de los casos más emblemáticos es la exhibición en el museo Udvar-Hazy de Estados Unidos del "Enola Gay", avión B-29 Superfortress que lanzó una de las bombas atómicas sobre Japón.

El debate generado entorno a los Hunter y su rol dentro de acontecimientos históricos comienza a tomar un carácter interesante con distintas miradas, donde incluso se puede plantear una re significación de los objetos y su relación con el contexto donde está expuesto.

Para quienes están en contra de la medida, tal como muchas otras aeronaves que pertenecen a la FACh como a otras Fuerzas Armadas, la preservación de los Hawker Hunter en el lugar en que están desde hace décadas debe mantenerse por ser parte de la historia de la institución ocupando lugares similares a otras aeronaves que siguen exhibidas en distintas bases aéreas de las instituciones castrenses.

Para los que están a favor de la medida, el retiro de los Hawker Hunter es una decisión correcta. A pesar de ser piezas históricas de la aeronáutica chilena que merecen ser preservadas, su participación en el golpe de Estado de 1973 “mancha” su reputación. Por el rol desempeñado y los sucesos que se desencadenan en los años siguientes, no merecen estar emplazados en lugares que pertenecen al Estado de Chile y que son financiados por toda la población.

"En 1973, al menos seis “Hunter”, de dotación del Grupo Nº7 y Nº9, fueron destinados a una misión que, hasta la fecha, enciende sentimientos encontrados, tanto en los pocos protagonistas que sobreviven y aquellos que se sienten víctimas de su acción. Los verdaderos responsables hoy son pares en sus trabajos o negocios, pero dejaron esa brecha o más bien la herida abierta, de la cual cada cierto tiempo recuerdan remover, para sacar ganancias”, escribe el historiador Sergio Pulgar.

Concordancia en un lugar correcto

Tomando los ejemplos de Europa o de Norteamérica e incluso de Chile, hay concordancia de que el lugar correcto de los cuestionados aviones está en los museos. Su ubicación sería una forma de no sólo recordar la historia tanto aeronáutica como política para que sirvan de aprendizaje para las futuras generaciones.

La ubicación en los museos también sería una señal adecuada considerando el cambio de relaciones cívico-militares en Chile. Sería también una forma de seguir adelante, sin la necesidad de caer en un ocultamiento forzado ni en la negación totalitaria de la historia.

Breve historia los Hunter en Chile

Como parte del desarrollo de la aeronáutica en Chile, al asumir el Presidente Eduardo Frei Montalva en 1964 manifiesta la necesidad de renovar el material aéreo de la FACh por estar muy anticuado en comparación a otros países de la región. Para ello, se elabora un plan de cinco años para comprar nuevos aviones cazas, siendo la opción preferida los Northrop Grumman F-5.

Sin embargo, la aspiración chilena se ve afectada en 1966 cuando los Estados Unidos manifiesta la imposibilidad de entregar esos aviones por razones relacionadas con la guerra en Vietnam. Tampoco puede entregar los Douglas A4-B considerados como una alternativa. Entre las alternativas que aparecen de manera inmediata están los Hawker Hunter un caza bombardero británico.

Tras las evaluaciones técnicas correspondientes y con todos los antecedentes, el Consejo Superior de Defensa aprueba mediante Decreto Supremo Nº25 del 20 de octubre de 1966, la compra de 21 aviones Hawker Hunter para la FACh.

Los aviones comienzan a llegar a fines de 1967 a Chile. El contrato considera una grúa para armar los aviones, repuestos y equipos de apoyo terrestre. El primer aparato de los Hunter se arma en el Grupo Nº7 de la FACh en el ex aeropuerto Los Cerrillos. El primer vuelo en Chile ocurre el 29 de noviembre de 1967. Registros de la época hablan de un ensamblaje récord, aunque demora más tiempo del habitual por el cuidado y aprendizaje del proceso.

Los otros aviones se reciben en 1968 siguiendo el mismo mecanismo. Cuando finalmente llegan los F-5, los Hunter se envían al Grupo Nº8 en la base de Cerro Moreno. En 1975, dos años después del golpe de Estado, el Grupo Nº9 es trasladado a la base por lo que toda la ubicación de estas aeronaves queda en el Norte de Chile.

Producto de la conocida "Enmienda Kennedy" y el boicot internacional que afecta el mando de Augusto Pinochet durante la década de los 70 y 80, el comandante en Jefe de la FACh, general del Aire, Fernando Matthei, consigue reunir una gran cantidad de partes, componentes y piezas para los cazabombarderos británicos. La mayoría d estas proceden de países como India o Sudáfrica. Dicha acción permite mantener en operación los aviones y mantener el poderío armado de defensa aérea de Chile.

En 1982, Chile recibe la última partida de Hunter. Dos de estos aviones están preservados en el Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio en Santiago. Por lo cual no guardan relación con los seis ejemplares que participan en el golpe de Estado de 1973.

La FACh retira los Hawker Hunter en 1995. La salida se da 15 años más de lo previsto tras una autorización del fabricante. Al momento de su retiro, los aviones se encuentran en condiciones de vuelo, pero no califican para brindar seguridad a los pilotos sin una actualización altamente costosa para el país.

Fotografía portada - Simón Blaise O.

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