Ante el cese de operaciones de Viva Air y Ultra Air, el gobierno de Gustavo Petro propone cambios en el pago de los pasajes aéreos. De acuerdo con las declaraciones del ministro de Transportes de Colombia, Guillermo Reyes, el mecanismo consistiría en un tipo de póliza que garantice a los pasajes que si algo ocurre y el vuelo no se completa, se le reembolse el dinero.
Ante la propuesta, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) declara que cualquier método que difiera el pago de los tiquetes aéreos para el momento del vuelo va en contra de las prácticas mundiales de la industria. Además, atenta contra la viabilidad financiera del sector y, principalmente, afecta al consumidor porque tendrá un impacto en el precio.
IATA explica que las líneas aéreas planean sus operaciones futuras, gestionando sus ingresos basados en los factores de ocupación de los vuelos que han puesto a disposición del público y de los tiquetes que han vendido. De esta forma, se garantiza la posibilidad de ofrecer precios más asequibles al pasajero y permite maximizar el flujo del dinero que soporta las operaciones de las líneas aéreas. El prepago de los tiquetes ayuda a las compañías aéreas a hacer frente a pagos anticipados como, por ejemplo, el del combustible.
La propuesta de práctica obligaría al sector a tomar medidas preventivas. Entre estas está un alza importante en los precios, simplemente, por el hecho de que las empresas se protegerán y asegurarán liquidez para los servicios.
Desde el organismo que representa a casi 300 líneas aéreas en todo el mundo, alertan múltiples consecuencias para los pasajeros y para las líneas aéreas. Si estas se afectan, ponen en riesgo toda la cadena de proveedores comprometiendo empleos en distintas industrias, además, de comprometer la conectividad de Colombia que se reduciría significativamente si las líneas aéreas desaparecen o se van del país.
De aplicarse esta medida, implica la eliminación de las tarifas promocionales o de descuento que benefician las compras anticipadas, así como lo servicios adicionales. Por lo tanto, los pasajeros de menores ingresos o más sensibles al precio serían los más afectados.
Al existir menos demanda, se eliminan las rutas menos rentables. Las compañías que queden en el mercado serán sólo las más fuertes, por lo tanto, la competencia prácticamente se reduce o desaparece.
“Cabe destacar que la seguridad y la protección al consumidor son dos temas de relevancia para la industria. Como IATA, trabajamos permanentemente en el beneficio de nuestros usuarios y en la viabilidad económica de nuestras aerolíneas”, dicen desde la Asociación. “Nos ponemos a disposición de las autoridades para buscar mecanismos que faciliten que sus funciones de vigilancia puedan ser realizadas de manera eficiente y preventiva, para evitar que las situaciones que se han presentado recientemente en el mercado vuelvan a suceder”.
Actualmente, Colombia cuenta con normas de protección al consumidor. Las mismas normas permiten que se gestionen soluciones ante la situación particular que vive el mercado aéreo con la salida de dos operadores puntuales. Cabe recordar que esta situación no afecta al resto de las líneas aéreas que siguen operando con total normalidad.
IATA aprovecha la situación para trabajar en conjunto por una agenda de aviación y desarrollo para Colombia. En ese sentido, llama a las autoridades a reintroducir a la brevedad algunas medidas como la reducción del IVA a los tiquetes y combustibles, medidas de apoyo al sector para fortalecer el turismo, la conectividad y a la democratización de la aviación.
Fotografía portada - Ricardo J. Delpiano