Tras la decisión de JetSMART de cancelar su acuerdo de compra, Ultra Air queda en la deriva. Considerando su delicada situación financiera, reflejado en el riesgo de confiscación gran parte de su flota, la línea aérea colombiana de ultra bajo costo (ULCC, por sus siglas inglés) pide ayuda al Gobierno.
La intención de Ultra Air es que la administración pública le entregue un préstamo para seguir prestando los servicios aéreos que denominan como “esenciales”. Para justificar su postura, agregan que la aviación colombiana está pasando por un “momento difícil” por la coyuntura que afecta a la industria aérea global y por la suspensión unilateral de Viva Air, cuyo retorno todavía no está claro.
Sin el acuerdo con JetSMART y con aviones comprometidos, la ULCC presidida por William Shaw, adelanta que se verá en la obligación de ajustar su operación. Al existir menos aviones, señala que se reducirán las rutas y las frecuencias. Para evitar esta situación, reiteran que es necesario el apoyo del Gobierno.
“Reiteramos nuestra solicitud de apoyo al Gobierno Nacional con el fin de continuar prestando el servicio público esencial de transporte aéreo de pasajeros, que es fundamental para la conectividad y el turismo, renglón primario de la economía de muchas regiones del país”, dice Ultra Air.
Exploración de otras alternativas
En paralelo a la solicitud de fondos al Estado, Ultra Air dice que está trabajando para conseguir nuevos recursos con inversionistas y bancos. Sin embargo, estos procesos están sujetos a una evaluación de la situación de la empresa, al igual que en el caso de compra por parte de JetSMART.
Ambas opciones son viables para Ultra Air. Ante una situación deficitaria, cualquier opción es favorable para atender la situación más inmediata como es, por ejemplo, el pago de los arriendos vencidos de los aviones a fin de asegurar la operación y evitar impactos mayores como compensaciones o devolución de pasajes. Por ahora, la empresa dice que está contactando a los clientes para minimizar los impactos que los cambios -por reducción de capacidad que se asume- generen.
Apostando por una continuidad, la firma asegura que seguirá trabajando con las 350 personas que emplea y los 1.500 trabajadores indirectos. Además, confía que podrá defender “el bajo costo en favor de los colombianos”.
Hasta que no ingrese JetSMART y con la suspensión de Viva Air, Ultra Air es la única empresa que se declara como ULCC/LCC.
Factores que pueden explicar la situación
Se puede decir que Ultra Air como nueva empresa está enfrentando los costos del inicio en medio de un escenario menos favorable en comparación con el año pasado. Prácticamente, desde el segundo trimestre 2022, la industria aérea en Colombia enfrenta un alza del precio de combustible, la inflación, la devaluación del peso colombiano frente al dólar estadounidense. A esto, se agrega la normalización del Impuesto de Valor Agregado (IVA) a los tiquetes aéreos al 19% lo que afecta a la demanda.
No se descarta que la empresa también tenga problemas en su gestión interna lo que puede afectar la toma de decisiones, el rumbo de la compañía y su control de costos.
Fotografía portada - Ultra Air