Crisis de los OVNIs aumenta tensión entre los Estados Unidos y China

Se trata de un episodio más dentro de una crisis de seguridad inserta en el orden mundial post Guerra Fría. Tal como lo demuestran los hechos del 11 de septiembre de 2001, el uso de lo simple como mecanismo acción -como un globo, por ejemplo- es posible violar la seguridad del adversario para distintos propósitos.

Con cientos de satélites y altas tecnologías de detección de amenazas, es perfectamente lógico, quien quiera estudiar, afectar o dañar a su oponente recurra a lo simple. Su lógica supone que en medio de un constante desarrollo tecnológico el adversario los utilizará para lo cual mi sistema de defensa debe estar preparado. Sin embargo, se puede dejar en un segundo plano las amenazas menores que como la historia reciente nos muestra se convierten en las principales.

Cuatro OVNIs derribados

Desde el 04 de febrero, cuando se derriba el primer globo en Carolina del Sur, otros tres derribos por los pilotos de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF). El 10 de febrero en Deadhorse, Alaska, al día siguiente en Yukon y el 12 de febrero en el lago Huron, ambos en Canadá. Si se toma un mapa, sugiere que los cuatro OVNIs tienen un cierto patrón de vuelo. Siguiendo la curvatura de la Tierra, desde China hasta la costa Este de los Estados Unidos.

Avión F-22 luego de haber derribado el primer globo espía chino con un misil de corto alcance AIM-9X "Sidewinder"

Para los Estados Unidos, la detección de estos OVNIs es una crisis de seguridad. Siguiendo el comportamiento de las nuevas amenazas, elementos “sencillos” logran invadir el espacio aéreo del país antes de una reacción. Para la oposición al Presidente Joe Biden -liderada por los Republicanos-, supone “una lenta respuesta y una deficiencia en la protección del país”.

Sin embargo, lo anterior sea parte de una estrategia intencional del propio gobierno estadounidense para asegurar la demostración del despliegue de fuerza ante la amenaza. No es casualidad que el primer derribo “del globo” por los cazas F-22 sea transmitido por televisión con todo lo el impacto que genera en la población.

Argumentando su acción, el Gobierno de China señala que desde 2022, los Estados Unidos envía más de 10 “globos” sobre su territorio. Añaden en su defensa que se también están preparando para el derribo de otro “globo” sobre el puerto de Qingdao, en la costa Noreste del país frente a Corea del Norte.

Para China Taipei (Taiwán) el uso de los globos como mecanismo de espía no es nuevo. Argumentan que habitualmente, gobierno de Xi Jinping y sus antecesores utilizan este sistema como mecanismos de espionaje.

Vuelta a lo sencillo

Siguiendo con el supuesto de que en un ambiente de alta tecnología e interconexión, donde todo puede ser grabado, recopilado, estudiado -incluso desde un computador-, lo más sencillo parece ser lo más efectivo para evitar la detección. En términos generales, un globo -como se señala a estos objetos que se derriban- son simples en comparación a aviones, helicópteros, aeronaves piloteadas a distancia (RPAS o drones) o los satélites. Por lo tanto, su simplicidad hace que sea un elemento que muy pocos podrían percibir como una mayor amenaza.

En esa lógica es perfectamente factible que estos aparatos sean utilizados para misiones de estudio o de abiertamente espionaje. Nada nuevo en la historia política mundial. Habitualmente, los países realizan labores de inteligencia y contra inteligencia a través de distintos mecanismos. Algunos son más evidentes que otros, como por ejemplo, el uso de aeronaves bajo el disfraz de otras actividades como el estudio del cambio climático o la meteorología. Recientemente, un satélite meteorológico de Airbus (Sentinel-2) sirve para detectar aviones comprados por Irán y evadir las sanciones impuestas.

Marines asignados al Grupo 2 de Eliminación de Artefactos Explosivos recuperan un globo de vigilancia de gran altitud frente a la costa de Myrtle Beach, Carolina del Sur, el 5 de febrero de 2023. Bajo la dirección del presidente de los Estados Unidos y con el pleno apoyo del gobierno de Canadá, aviones de combate de los EE. UU. bajo la autoridad del Comando Norte de los EE. UU. atacaron y derribaron un globo de vigilancia de gran altitud dentro del espacio aéreo soberano de los EE. UU. y sobre las aguas territoriales de los EE. UU. el 4 de febrero. de 2023. El servicio activo, la Reserva, la Guardia Nacional y el personal civil planificaron y ejecutaron la operación, y los socios de la Guardia Costera de los EE. UU., la Administración Federal de Aviación y la Oficina Federal de Investigaciones garantizaron la seguridad pública durante la operación y los esfuerzos de recuperación. (EE.UU. Navy Photo by Mass Communication Specialist 1st Class Tyler Thompson)

Mayor involucramiento internacional y economía de guerra

En la escalada de la tensión, la amenaza de China sobre el espacio aéreo estadounidense está conformando a un nuevo alineamiento de los países. Al igual como ocurre con la guerra Ucrania en Europa del Este, el derribo de los OVNIs sobre Canadá ya coloca a este país como aliado de los Estados Unidos frente a China y, probablemente, lleve a otros países a tomar una posición en el corto plazo.

Después de una década de relativa no alineación de países, la guerra en Ucrania vuelve a conformar bandos entre los países. A favor de Ucrania, alineado con los Estados Unidos y los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), o favor de Rusia, lo que convierte en un detractor o bien en un posible adversario.

Hasta ahora, esta nueva clasificación de los países se manifiesta en el hemisferio Norte, pero encuentra cierta resistencia en América Latina y otras zonas del mundo. Esta realidad nuevamente confirma el nuevo sistema “unimultipolar” con un país hegemón (Estados Unidos), pero con distintos países o Estados con amplia influencia capaz de desafiarlo.

No se descarta que la reacción ante una amenaza como la violación del espacio aéreo estadounidense o la necesidad de armamento apunte a reforzar la economía de guerra. Tal como ocurre con la guerra en Ucrania, la necesidad de defensa ante una amenaza como Rusia está impulsando las compras de armamento como aviones, tanques, misiles, etc.

Como resultado, los millonarios pedidos de las industrias de la defensa en los Estados Unidos y Europa para los próximos años aseguran puestos de trabajo y la reactivación económica. Un escenario ideal para revertir los efectos generado por la crisis que los mismos Gobiernos provocan en marzo de 2020 bajo la justificación del COVID-19. No se descarta una correlación de los acontecimientos como parte de una conformación de un nuevo intento de orden internacional.

Aumentar la expectación popular

Al igual que las terroríficas noticias que los medios transmiten sobre COVID-19 que buscan mantener la tensión permanente de la población, la crisis “de los globos” -o ahora la de los OVNIs- buscan el mismo fin. En este caso, volver a concientizar a la gente de que existe una potencial amenaza que en algún momento hay que enfrentar para lo cual es necesario tomar conciencia y estar preparados.

Nuevamente, no se trata de algo nuevo. Se trata de una técnica antigua que cada cierto tiempo se repite con uno que otro matiz en distintos países para alimentar el necesario sentimiento nacionalista en la población. El mismo gobierno de los Estados Unidos la utiliza para la “Guerra contra el Terrorismo” en 2001, bajo la cual justifica su invasión a Afganistán y, posteriormente, a Iraq para terminar con Saddam Hussein.

Respecto a la violación del espacio aéreo ocurre algo similar. Los anuncios oficiales se dan en paralelo al “Super Bowl”, el evento más televisado en los Estados Unidos y que gana adeptos en otras partes del mundo, por lo que cualquier transmisión de riesgo busca un impacto inmediato en la gente. En esa misma línea, se deja de hablar de globos para cambiarlo por el término OVNI y se divulgan imágenes de la caída de un meteorito en el Canal de la Mancha, lo que en su conjunto alimenta un mayor interés popular por los supuestos fenómenos.

Fotografía portada - NBC News

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