Como parte de los esfuerzos para la descarbonización de la aviación, Lufthansa y Swiss, introducirán una nueva tecnología que disminuye las emisiones CO2 en vuelo. Se trata de la instalación de una lámina protectora AeroSHARK desarrollada por Lufthansa Technik y BASF que reduce en un 1% las emisiones contaminantes.
Inspirada en la piel del tiburón (con pequeñas crestas y ligeramente estriada), la película que se aplica al fuselaje reduce la resistencia de este al aire. De esta manera, se consigue un desempeño aerodinámico superior posible por estructura superficial de nervaduras microscópicas llamadas “riblets”.
Swiss calcula que si se aplican 950 metros cuadrados (m2) en un Boeing 777-300ER en patrones específicos y alineados con el flujo de aire alrededor de las superficies del fuselaje, supone un ahorro anual de aproximadamente 400 toneladas de combustible y más de 1.200 toneladas de dióxido de carbono. Por su parte, Lufthansa Cargo señala que en el Boeing 777F que es ligeramente más corto, ahorra unas 370 toneladas de combustible y aportando con una reducción de otras 1.170 toneladas de CO2 al año.
Aprobación de EASA
En enero 2023, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, por sus siglas en inglés) concede a Lufthansa Technik el denominado Certificado de Tipo Suplementario (STC) permitiendo la modificación de los B777-300ER y B777F con las láminas AeroSHARK. De esta manera, es posible colocar esta tecnología en las flotas de Swiss y Lufthansa Cargo, respectivamente.
"La aprobación de AeroSHARK para las variantes del Boeing 777 es un paso importante en la distribución de esta nueva tecnología para una mayor sostenibilidad en el transporte aéreo", comenta Soeren Stark, CEO de Lufthansa Technik. "Con nuestro socio BASF, ahora podemos ayudar a nuestros clientes a hacer que subflotas enteras sean más respetuosas con el medioambiente. Además, tenemos la intención de aplicar la nueva tecnología a otros tipos de aviones”.
Proyecciones
Swiss y Lufthansa Cargo tienen contemplado colocar estas láminas aerodinámicas en los 12 B777-300ER y 11 B777F que operan respectivamente. Serían las primeras compañías aéreas de pasajeros y carga en el mundo en optimizar una subflota completa con las láminas “riblet”. Cuando todos los B777 de ambas flotas cuenten con las láminas, las empresas esperan reducir la huella de carbono en 25.000 toneladas anuales.
Lufthansa Technik y BASF mantienen la idea de continuar desarrollando AeroSHARK a futuro para diversos tipos de aviones y mayores superficies. De esta manera, esperan que próximamente puedan vender esta tecnología a otras empresas para así aportar a la reducción de emisiones.
Si bien la industria aeronáutica parece estar aún lejos de ser carbono neutral para el 2050, esta tecnología representa un avance más para alcanzar esta meta. Su aporte está en que ayuda en la reducción de emisiones en las actuales aeronaves las que continuarán volando por los próximos 10 a 20 años. Estudios iniciales indican que la tecnología basada en la piel del tiburón podría reducir aún más las emisiones de CO2 pasando de un 1% a un 3%.
Aunque los porcentajes pueden ser considerados marginales, la sumatoria de ahorros entre todas las operaciones que se realizan si entregan aportes significativos. Adicionalmente, esta tecnología puede combinarse con otras prácticas o herramientas desarrolladas por la industria como la optimización de operaciones o el uso progresivo de combustibles sostenibles de aviación (SAF).
Fotografía portada - Lufthansa Technik