Una nueva “tormenta perfecta” es lo que parece conformarse nuevamente en la zona central de Chile. La multiplicidad de incendios forestales simultáneos en la zona centro sur del país que ya afectan a ciudades como Chillán, Tomé o alrededores de Concepción, amenaza con un escenario dantesco que recuerda a los grandes siniestros del verano 2016-2017.
Los episodios de ese verano son considerados -en parte- un punto de inflexión para el combate de incendios forestales en Chile. Por primera vez, el país enfrenta una emergencia de gran magnitud que obliga a disponer de capacidad adicional. En un principio se cree que anticipa un posible cambio en el mecanismo de disposición de capacidad de combate de incendios forestales -aspecto que finalmente no ocurre-, pero si obliga a los gobiernos de turno a disponer de un plan para atender cada una de las temporadas de siniestros.
Las opiniones públicas en el país suelen hablar de temporada de incendios forestales al periodo comprendido entre noviembre a abril de cada año, intervalo de meses que coincide con las estaciones de primavera, verano y principios de otoño. Independiente de que los incendios forestales pueden darse en cualquier época del año, se suele identificar a este periodo como “temporada” por la confluencia de distintos factores que hacen más probable la ocurrencia de un siniestro.
De acuerdo con datos de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), el 90% de los incendios forestales en Chile son provocados por la acción humana. Si bien no todos son catalizadores, la sumatoria de otros factores como las altas temperaturas, los vientos, la geografía del lugar y otros ítems acelerantes (como escombros, por ejemplo), contribuyen a la tragedia y propagación del fuego que amenaza no sólo hectáreas de flora y fauna, sino que también asentamientos urbanos y vidas.
Plan 2022 – 2023 puesto a prueba
A principios de octubre, el Gobierno de Chile anuncia el plan para el combate de incendios forestales 2022-2023. Con énfasis más en la prevención que en la acción, considera la cantidad no menor de 63 aeronaves de las cuales 37 son helicópteros. El presupuesto asignado para este propósito es de CLP83 mil millones.
CONAF dispone de seis aviones propios del modelo Air Tractor AT-802. El resto de las aeronaves se adquieren a través de licitaciones con empresas privadas en un modelo que parecer ser altamente lucrativo para las compañías, pero en ciertas ocasiones -como ocurre en 2017- y en la actualidad, parece ser puesto a prueba.
La distribución de las capacidades se asigna según el riesgo o amenaza así como con la vulnerabilidad. La amenaza guarda relación con la actividad humana, mientras la vulnerabilidad se relaciona con las condiciones geográficas, meteorológicas, climáticas, presencia de combustibles, etc.
En su momento, en CONAF y entidades del Estado señalan que esperan atender la temporada de incendios con una capacidad “robusta y eficiente”. Sin embargo, la confluencia de incendios está obligando a recurrir de capacidad adicional y a distribuir la existente como la reubicación de aeronaves en la zona centro sur del país.
Si bien el análisis previo y de temporadas anteriores es fundamental para determinar el requerimiento de capacidad, no hay un 100% de certeza de que esta sea la que realmente se necesita. Hay temporadas en que la cantidad de aeronaves suele ser superior para la cantidad de siniestros, mientras otros escenarios ocurren lo contrario. Incluso países con mayor capacidad y recursos como los Estados Unidos, España o Grecia que disponen de gran cantidad de aviones y helicópteros para combatir incendios forestales quedan sobrepasados cuando confluyen factores adicionales como la meteorología. Así, al igual que en Chile, los siniestros se vuelven incontrolables con las lamentables consecuencias para el ecosistema y las personas.
De acuerdo con datos de CONAF, la temporada 2022-2023 es la que tiene la mayor cantidad de superficie afectada por incendios forestales. Hasta la fecha, están comprometidas 107.177 hectáreas (He), en comparación con las 45.208 he de 2021-2022, las 24.835 he de 2020-2021, las 38.640 de 2019-2020. Sólo la superan las superficies dañadas en 2016-2017. La baja cantidad de hectáreas dañadas en 2020, 2021 y 2022 está determinada por la menor actividad humana provocada por los confinamientos obligados impuestos por la autoridad.
En la Corporación destacan la efectividad del trabajo que se realiza, pese a la aparición de críticas. “La estrategia de CONAF es abordar los incendios lo más rápido posible con una distribución especial en las regiones. Esto considera una llegada rápida con un primer ataque”, explica Fernando Parada, jefe de Recursos Aéreos de CONAF a Aero-Naves en octubre 2022. “Alrededor del 85% de los incendios lo apagamos en menos de cinco hectáreas. El problema -de apagar incendios- se genera en el 1% de los siniestros por ser de magnitud o conflictivos, por ejemplo, que esté en una zona urbana”.
Aeronaves menores y helicópteros los más efectivos
Mientras más grande el avión es mejor, es un mito que debe terminar. Por las características geográficas de Chile, los aviones de gran capacidad son más una herramienta visual atractiva que algo verdaderamente efectivo. Si bien no se descarta la complementariedad en el combate, la efectividad sigue estando marcada por aeronaves menores y los helicópteros.
“Los helicópteros livianos que trabajan en tándem son muy efectivos en lugar de una zona aeronave de gran capacidad”, dice Patricio Lobos, gerente de Protección contra Incendios Forestales. “Cuando tenemos siniestros mayores tenemos helicópteros pesados”.
Para esta ocasión, el plan de temporada considera a los helicópteros livianos como el Airbus H125 (AS350 B3), por ser rápido, con buena capacidad de carga y prestaciones, incluso para operar en altura. También están los helicópteros medianos está el Bell 212 y 412 que permiten llevar 10 personas, mientras que en los pesados está el AS332 Super Puma y los Boeing CH-47 Chinook que son los que tienen mayor capacidad de lanzamiento en esta ocasión.
Sin embargo, no se consideran los Erickson S-64 SkyCrane que están presentes en otras ocasiones a través de licitaciones. Esta aeronave puede realizar múltiples lanzamientos de hasta 10.000 litros y cargar desde fuentes de agua con profundidades de menos de un metro en 45 segundos. Tampoco está incluido el Kamov por ser helicóptero ruso con motor ucraniano por lo que su operación es poco viable considerando el conflicto en curso, habiendo solo una unidad presente contratada por privado.
En cuanto aviones destacan los Air Tractor AT-802 y Dromader. También entre las de mayor capacidad está un Lockheed C-130 Hercules. La ventaja de estos equipos es que pueden operar desde todo tipo de pistas, incluso las del tipo no preparadas. Para la presente ocasión no se contemplan equipos con mayores prestaciones.
La distribución de las aeronaves se realiza entre las regiones de Valparaíso y la Araucanía. Sin embargo, también su presencia puede extenderse hasta Punta Arenas.
Llegada del 10 Tanker y un Chinook adicional
Ante el incremento de la emergencia desde la tarde el jueves, el gobierno de Chile recurre a la contratación de un avión de gran capacidad para apoyar el combate de incendios. Por ser disponer una de las aeronaves de mayor capacidad en el mercado, se selecciona a la empresa Air Tanker la que sumaría un Mc Donnell Douglas DC-10. El Boeing 747-400SF de extinción de incendios de la empresa Super Tanker no está disponible en el mercado.
“Se han hecho una serie de gestiones durante las últimas horas”, dice Carolina Tohá, ministra del Interior de Chile en un punto de prensa del viernes 03 de febrero. “Tiene una capacidad de 36 mil litros de agua, una capacidad de actuación muy significativa”.
Considerando la realidad geográfica y la comprobada menor eficacia de estos aviones de gran tamaño en comparación con helicópteros y aviones más pequeños, no se descarta que la contratación a último minuto esté en parte determinada por dar una señal potente a la población en capacidad de gestión de la emergencia. No obstante, se reconoce que en situación de crisis toda capacidad de ayuda adicional es un aporte bienvenido.
El DC-10 opera por primera vez en Chile en la temporada de incendios de 2018-2019. Si bien el contrato de esa ocasión es por una aeronave, un incidente en Concepción que la deja fuera de vuelo obliga a enviar un segundo aparato.
La capacidad de este avión es de 35.000 litros que son cargados en tres tanques ubicados en la línea central del fuselaje. Sus depósitos cuentan con deflectores internos para evitar el desplazamiento del fluido (y el consiguiente cambio en el centro de gravedad) durante el vuelo. Los tres tanques pueden ser llenados simultáneamente en tierra en ocho minutos con la logística adecuada y requiere al menos 2.000 metros de pista para operar dentro de los márgenes de seguridad.
De acuerdo con las declaraciones de la secretaria de Estado, para el combate de incendios forestales el avión se basará en el aeropuerto Carriel Sur de Concepción / Talcahuano por contar con la infraestructura más adecuada y cercanías a los siniestros. De esta manera, puede realizar el mayor número de misiones durante el día.
Asimismo, también se confirma el arribo de un helicóptero Boeing CH-47 Chinook adicional con capacidad de descarga de 10.000 litros. En Chile, actualmente existen dos helicópteros de este modelo en operación en el combate. La aeronave, operada por Coulson Aviation, forma parte de la cooperación internacional brindada por Argentina, país que también aporta maquinaria y brigadistas.
Fotografía portada – Álvaro Marín
*Actualizado lunes 09:40 horas.