Airbus da inicio a la fase de pruebas de campo de una nueva tecnología de asistencia al piloto. Por las características que promete, se espera que el nuevo equipamiento sea un avance sustancial en materias de seguridad y eficacia operacional.
Denominado como DragonFly (libélula, en inglés) y desarrollado por Airbus UpNext, filial del fabricante para desarrollar avances tecnológicos, se trata de un sistema que optimiza el al aterrizaje automático, desvío de automático de emergencia en crucero y asistencia en rodaje. El objetivo es estudiar la pertinencia y la viabilidad de continuar explorando las operaciones autónomas las que se suponen más seguras y eficientes.
Inspiración en la naturaleza
DragonFly pretende incorporar el concepto natural de la biomímesis. El concepto hace alusión a la observación, comprensión y empleo de soluciones ante problemas humanos impuestos por la naturaleza.
“Los sistemas que se están probando se han diseñado para identificar características en el paisaje que permitan a una aeronave "ver" y maniobrar con seguridad de forma autónoma dentro de su entorno, del mismo modo que se sabe que las libélulas tienen la capacidad de reconocer puntos de referencia”, señala Isabelle Lacaze, responsable del demostrador DragonFly de Airbus UpNext.
No es novedad que la empresa europea se inspire en la naturaleza para sus proyectos aeroespaciales. Los winglets o dispositivos de punta de alas son ejemplos de ello. Su diseño no sólo es estético sino que está creado para permitir, entre otras funciones, una mayor eficiencia aerodinámica.
Ensayos y financiamiento
En los vuelos de prueba realizados en el aeropuerto de Toulouse con un A350-1000, Airbus señala que los nuevos avances tecnológicos logran auxiliar en forma eficaz a los pilotos controlando la aeronave ante una simulación de pilotos incapacitados en vuelo. DragonFly, considerando la geografía, meteorología y las condiciones de su entorno, logra confeccionar un nuevo plan de vuelo y comunicar la acción tomada, tanto con el control de tránsito aéreo como con el centro de control de la línea aérea.
También se estudia la función de asistencia al rodaje aplicando alertas sonoras en la cabina de mando en reacción a obstáculos detectados en la calle de rodaje. A esto, se suma al control de velocidad asistido y una guía hacia la pista utilizando un mapa del aeropuerto en el que se está operando.
En adición a las capacidades antes mencionadas, Airbus UpNext se encuentra actualmente lanzando un nuevo proyecto para acondicionar terreno para la nueva generación de algoritmos basados en visión por computadora para progresar en la asistencia al aterrizaje y al rodaje.
“Estas innovaciones pavimentan el camino para el aterrizaje automático (de ser necesario) o se pueden personalizar de acuerdo con las habilidades de vuelo del piloto para liberarlo de procesos adicionales en caso de emergencia o situación crítica”, señala Airbus.
Los ensayos son posibles a cabo gracias a la colaboración de filiales de Airbus y socios externos como Cobham, Collins Aerospace, Honeywell, Onera y Thales. El proyecto de DragonFly también está financiado en por la Dirección General de Aviación Civil francesa (DGAC) en el contexto nacional de estimulación francés que forma parte del plan europeo Next Generation y del plan Francia 2030.
Este tipo de pruebas buscan responder a los grandes desafíos que enfrenta la aviación, en especial, la transición ecológica. Además, se busca fomentar la aparición de nuevos actores en el sector de las tecnologías de futuro y acompañar las transiciones de los sectores de excelencia franceses como son la aeronáutica y el espacio.
Fotografía portada - Airbus