El conocimiento de un borrador de un decreto mediante el cual el Presidente Andrés Manuel López Obrador busca cerrar todas las operaciones de carga y correo del aeropuerto de Ciudad de México (MEX o AICM, como se lo conoce en México) al nuevo aeropuerto Felipe Ángeles (NLU o AIFA) levanta polémica en México. Sin consulta previa, y en un plazo de 90 días hábiles a partir de la publicación del decreto, los 16 operadores de carga deben modificar sus vuelos al nuevo terminal.
La medida afecta a los operadores de carga nacional e internacional con servicios regulares y no regulares a Ciudad de México. La única excepción a la medida serán aquellos operadores aéreos que presten servicios de carga y de pasajeros, siempre y cuando que la carga transportada sea en las mismas aeronaves.
El gobierno de López Obrador apela a la saturación del AICM para determinar el traslado forzado de las operaciones exclusivas de carga. Sin embargo, la medida supondrá una reducción en los vuelos de apenas 3%, según confirma Rogelio Jiménez Pons, subsecretario de Infraestructura de Comunicaciones y Transportes (SICT). El funcionario agrega la movilización de las operaciones (estimadas en 570.000 toneladas de carga por año) también responde a atender los atascos en las calles y las largas esperas.
“El desarrollo de la zona de carga en el AICM tiene más de 70 años y nunca hubo un plan maestro de crecimiento, han sido parches sobre parches, de tal manera que hay procedimientos que se pueden tardar hasta tres o cuatro horas más de lo convencional”, señala al diario El País (19/01/2023).
Las líneas aéreas con operación de aeronaves exclusivamente cargueras en el AICM como MAS Air, Estafeta Carga, Cathay Pacific Cargo, Lufthansa Cargo, Qatar Airways Cargo, entre otras, deberán desembolsar alrededor de MXP9,7 millones (US$514.000) en los traslados. Dependiendo de su tamaño y operaciones que realiza, por empresa el monto está estimado entre MXP600.000 a MXP1 millón (US$31.700 a US$52.000) aproximadamente.
Preocupación de CANAERO
Para la Cámara Nacional de Aerotransportes (CANAERO), la decisión gubernamental es vista con preocupación por el impacto económico y social que afectará a la industria de la carga aérea en México. Además, señala que la fecha de 90 días hábiles es inalcanzable y pone en riesgo la seguridad operaciones aéreas. Como alternativa proponen un plazo mínimo de 360 días hábiles.
Además postulan que una decisión precipitada de mover la carga del AICM a otros aeropuertos generaría un problema logístico para las empresas aéreas que utilizan aviones cargueros con transporte mercancías en bellies (bodegas en aviones de pasajeros) y mayores costos para importadores y exportadores que deberán incurrir en la contratación de servicios adicionales de transporte y logística, además de destinar más tiempo para el envío de la carga por las vías saturadas de la Ciudad de México, y entre los dos aeropuertos (AICM-AIFA-AICM).
Un punto importante que plantea la preocupación del gremio es que la propuesta presidencial viola la propia normativa mexicana. La legislación aduanera de México prohíbe que varias mercancías no pueden salir de la Aduana sin contar con su respectiva documentación, por lo que los traslados de mercancías que no llegan a su destino final en la Ciudad de México podrían verse comprometidas al moverlas de un aeropuerto a otro.
Finalmente, CANAERO recuerda que la degradación a Categoría 2 por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos impide a los operadores mexicanos sumar nuevas rutas. Por lo tanto, el traslado sólo es factible para líneas aéreas cargueras extranjeras -pese a que se incurren en los costos anteriormente mencionados- y no para las mexicanas. Las compañías mexicanas deberán solicitar una modificación de su operación o tramitar una nueva lo que está impedido por la degradación impuesta por los Estados Unidos.
AIFA sin una infraestructura adecuada
El presidente del Colegio de Ingenieros Mexicanos de Aeronáutica (CIMA), Jesús Navarro, señala que mover las operaciones de carga de un aeropuerto a otro es un trabajo complejo. No sólo es mover las operaciones aéreas sino que implica disponer de infraestructura adecuada para el manejo de perecederos, productos químicos y farmacéuticos, animales vivos, lo que exige instalaciones suficientes como bodegas refrigeradas.
También alerta que hace falta de instalación de Aduanas con la suficiente agilidad para que se puedan liberar los productos y contar con soluciones apropiadas para mantener en funcionamiento la cadena logística. Esto, incluye el traslado de todo tipo de productos entre aeropuertos sin que se vean perjudicados.
Para el Frente por la Defensa de la Aviación Nacional (FDAN), mover la carga del AICM al AIFA o a Toluca requiere más análisis. Aseguran que el nuevo aeropuerto en Santa Lucía no cuenta con la infraestructura necesaria para responder la demanda de operaciones cargueras.
Fotografía portada – Aeromexico Cargo