Durante 2022, la demanda de viajes América Latina y el Caribe alcanza un 97% de recuperación siendo la más alta a nivel a nivel mundial. El llamado “turismo de venganza” (referido a la alta demanda de viajes tras el fin de las cuarentenas) es uno de los factores que impulsan la recuperación, independiente del contexto económico mundial y las altas tarifas. Sin embargo, se trata de un fenómeno temporal que está por terminar ante un panorama más adverso.
Para la industria aérea, uno de los factores que preocupa para este año es el problema de la inflación. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el peso de los alimentos en la canasta de consumo (representa el 25% de la canasta) viene siendo altamente afectado por la inflación. Para la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), el alza de los precios en productos básicos puede llevar a las personas (y las familias) a postergar sus decisiones de viaje ante un escenario de contracción económica.
“A nivel operativo afectan de manera importante la reducción en las expectativas de crecimiento económico global, altas tasas de inflación, devaluación de las monedas de la región frente al dólar, un altísimo costo del principal insumo para proveer el servicio del transporte aéreo que es el combustible, entre otros aspectos”, señala José Ricardo Botelho, director ejecutivo de ALTA.
Según el FMI, la inflación de América Latina y el Caribe es la más alta en dos décadas. Para 2023, se proyecta que Venezuela tenga una inflación de 98,0%, Argentina de 88,9%, Colombia de un 8,0%, Uruguay de 7,2%, Chile de 5,0% al igual que Brasil. El resto de los países tendrá una inflación entre 4,0% y 1,9%.
Al problema de la inflación se agrega los altos costos que enfrenta la industria aérea, determinado principalmente por el precio del combustible que representa entre el 37% y 50% de los costos de una compañía aérea. En 2022, el combustible de tiene precios históricamente altos. Al 27 de diciembre, el valor del jet fuel reporta un alza de 138% por encima de 2021. Los altos costos son transferidos a los usuarios lo que se manifiesta en tarifas aéreas más altas.
Como consecuencia, los pasajeros más sensibles al precio serán los primeros en desistir de viajar, especialmente, si la situación empeora o no se percibe una mejora en el corto plazo. Así, las líneas aéreas se enfrentan en la disyuntiva de arriesgar una baja de los pasajes en medio de altos costos o buscar otros mecanismos para enfrentar el actual escenario con acciones comerciales que permitan retener o aumentar la demanda.
Pese a que la disminución del precio de petróleo (de US$190 en abril a US$128 a fines de diciembre) es una buena noticia, en el corto plazo no cambia mucho el panorama. Cabe recordar que las líneas aéreas compran el combustible con anticipación, por lo que la baja del valor del combustible no se traspasa directamente en los pasajes.
“La potencial caída en la demanda de los servicios de transporte aéreo originada por una recesión económica, mezclada con los retos económicos para la operación, especialmente inflación, devaluación y altos costos, pueden ser barreras a la recuperación de esta industria que en el 2022 perdió US$ 2000 millones en América Latina y el Caribe”, añade Botelho.
Con el fin de no perjudicar la recuperación alcanzada en la región y rescatando el valor esencial que tiene el transporte aéreo para las personas y los países, ALTA señala que es la oportunidad para trabajar en conjunto con los Gobiernos en una agenda conjunta pro desarrollo. Entre los temas a abordar están el alza de los impuestos a los viajes, las tasas aeronáuticas, los mecanismos de incentivo a la demanda, infraestructura, además de terminar con las restricciones que algunas autoridades insisten en colocar a los viajes pese a que está demostrado que no son efectivas para detener una enfermedad endémica como el COVID-19.
“El transporte aéreo en LAC dejó de ser un servicio de lujo o un medio para la llegada de turistas. Se trata de un servicio esencial que permite a la población movilizarse de manera segura y eficiente. Por ello para ALTA es prioridad el trabajo con las autoridades para fomentar contextos más competitivos en nuestros países para que la industria pueda desarrollarse y, con ello, seguir democratizando el acceso a este servicio esencial”, puntualiza el director de ALTA.
Resultados de tráfico en la región
En noviembre 2022, las líneas aéreas miembros de ALTA transportan 29,2 millones de pasajeros en la región, lo que representa un 97% de los pasajeros de noviembre de 2019, lo que refleja un avance significativo en la senda de la recuperación. América Latina y el Caribe sigue como la región con mayor recuperación del mundo, superando a Norteamérica (92%), Medio Oriente (88%), Europa (81%), África (80%) y el Sudeste Asiático (74%).
En vuelos internacionales, los países que más crecen en ese mes son República Dominicana (22%), Colombia (17%) y México (11%). Más atrás están Chile (89%) y Argentina con (78%) lo que representa un avance importante, especialmente para el caso chileno después de las extensas e inefectivas restricciones.
En tramos domésticos, Colombia y México alcanzan en noviembre una importante recuperación con un alza de 13% respecto a noviembre 2019, mientras Argentina y Chile avanzan con 97% y 96%, respectivamente. Un caso que destaca es la positiva recuperación del Perú que para las estadísticas de ALTA supera por primera vez los niveles de 2019.
El tráfico doméstico pago (RPK, por sus siglas en inglés) presentan una mayor recuperación con un 2,9% por encima de 2019. La capacidad, medida en asientos disponibles por kilómetro (ASK) también muestra un alza de 4,9% respecto a los niveles previos a la crisis.
En noviembre, el factor de ocupación de las líneas aéreas de ALTA alcanza un 82%, lo que representa 0,2 puntos por encima de los niveles de 2019. La organización destaca el tráfico fuera de la región con una ocupación promedio de 83,5% que equivale 2,3 puntos por encima de 2019.
Fotografía portada – Ricardo Delpiano