Ante la crisis de seguridad que afecta a Chile, producto del aumento de delitos violentos en distintas ciudades del país, la Asociación Chilena de Helicópteros (ACHHEL), resalta que los helicópteros tienen mucho que aportar. Por sus características y prestaciones, este tipo de aeronaves son herramientas adecuadas que las autoridades deben considerar en sus planes de acción y por sobre todas las cosas de prevención.
“Ante la imposibilidad de contar con medios terrestres suficientes para la vigilancia y control de una gran ciudad, el apoyo aéreo resulta fundamental para efectuar monitoreo a gran escala”, dice Loreto Moraga, presidente de ACHHEL. “Por cierto en coordinación con los medios en tierra para la realización de operaciones que, además de eficientes, prevengan daños a terceros inocentes”.
En distintas partes del mundo, los helicópteros cada vez son parte de las fuerzas de protección civil y demuestran el carácter utilitario que tienen. Entre las operaciones que puedan realizar en ayuda a la población están el patrullaje aéreo, reconocimiento de zonas, detección y control del narcotráfico. Además, representan ayudas claves en momentos decisivos como un rescate, traslado de personas en vuelos de ambulancia o coordinar la ayuda ante catástrofes como inundaciones o incendios forestales.
Un helicóptero no sólo tiene que estar al servicio de la protección civil contra la delincuencia, por ejemplo. La multifuncionalidad que posee lo convierte en una herramienta al servicio de la población para ser usada en cualquier momento y lugar.
En el caso específico del combate delictual, la situación en Chile obliga a redoblar los esfuerzos. Para ACHHEL, son dos los ámbitos de acción. El primero, es el más evidente y guarda relación con la persecución de los delitos. El segundo es el trabajo previo que guarda con las acciones de prevención y detección de delincuencia y crimen organizado. En ambos casos, los patrullajes aéreos son totalmente necesarios.
Operación
En Chile, la protección civil está a cargo de Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones (PDI). Ambas instituciones cuentan con aeronaves para realizar distinto tipos de operaciones.
A través de la Prefectura Aérea, Carabineros opera una flota diversa conformada por Airbus EC135, Bell 206, Leonardo AW109E, AW169, MBB Bo105 y BKK117. Recientemente, se cancela un proceso de compra de dos aeronaves que si bien estaban destinadas a la instrucción también podrían desempeñar acciones preventivas contra el delito, por ejemplo, aumentar el patrullaje aéreo.
La PDI por su parte utiliza tres AS350B3 y espera sumar un H135 de segunda mano. Las aeronaves son operadas por la Brigada Aeropolicial, principalmente para apoyar el trabajo investigativo, como por ejemplo la búsqueda de cultivos de droga, y la realización de operaciones especiales de seguridad. Sus operaciones están concentradas desde Arica (en la frontera con el Perú) hasta Chiloé.
La ACHHEL no descarta que otras instituciones como las Municipalidades, por ejemplo, puedan sumarse a la labor preventiva mediante el uso de helicópteros. Hasta ahora, las organizaciones locales colaboran en el combate del delito de manera complementaria con otros aparatos aéreos como las aeronaves piloteadas a distancia (RPAS, por sus siglas en inglés, o drones, como se los conoce popularmente) o globos de vigilancia.
“Estos medios tienen un rango de acción acotado, a diferencia de los helicópteros, que por su costo y potencial de misiones podría ser muy bien aprovechado por un grupo de municipalidades o a nivel de entidades regionales”, señala la presidente de ACHHEL.
Actualmente, ningún gobierno local en Chile tiene helicópteros como herramienta de prevención y combate del delito. Principalmente, se lo puede atribuir a un tema de costos y también a una falta de la visión del Estado en materia de gobierno local y especialmente en seguridad.
Para la ACHHEL, las amplias alternativas que ofrece el mercado aéreo en Chile como en el resto del mundo hacen que adquirir un helicóptero no sea lejano. Plantea que se puede realizar mediante distintas fórmulas desde una compra y operación directa (similar al equipamiento de seguridad ciudadana, pero aérea) o adquirir aeronaves para que sean operadas por la policía o arrendar helicópteros a operadores comerciales.
“La fórmula más eficiente puede requerir de ajustes legales y/o del desarrollo de programas de concesiones de servicios, pero sin duda son opciones que se deben analizar porque lo importante es aprovechar la versatilidad de estos medios”, sentencia Moraga.
Desde su perspectiva, el caso de España es un buen ejemplo del uso del helicóptero para la protección civil. Según cuenta a través del uso de aeronaves comerciales concesionadas se están logrando buenos resultados en materia de seguridad ciudadana y vial con el monitoreo del tránsito, el uso del cinturón de seguridad, el no uso del teléfono móvil o incluso la detección de otros ilícitos en la vía pública.
Helicópteros más adecuados
Definir el helicóptero adecuado responde a un minucioso análisis del tipo de operación a realizar. En términos generales, todos los helicópteros pueden representar algún tipo de contribución en materia de protección civil, dependiendo de sus características y equipamiento.
“La respuesta depende de la definición que cada entidad realice de la o las misiones que se pretendan hacer con una aeronave. Probablemente en grandes zonas urbanas pueda ser suficiente un modelo más ligero porque básicamente se usaría para misiones de vigilancia intensa, pero en territorios aislados, el mismo helicóptero podría tener otros usos de protección civil que demandaran un modelo de otras características”, explica.
Desde su perspectiva, Carabineros de Chile, la PDI y las instituciones de la Defensa, todas cuentan con diversos modelos de helicópteros aptos para cumplir diferentes misiones y que se abocan a las tareas en forma eficiente y segura. En su revisión, también considera a las aeronaves de empresas comerciales y privadas, aunque estas no participan de las labores de protección civil y combate contra la delincuencia.
Desafíos
En su rol gremial, la ACHHEL plantea y defiende un mayor uso de los helicópteros. Sin embargo, al igual como ocurre con la aviación, Chile se enfrenta a un problema de infraestructura que limita la operación o la vuelve más compleja.
“Como ACHHEL desde hace años hemos planteado que para el uso adecuado de helicópteros en misiones de protección civil es importante, además de contar con aeronaves, que el diseño de las autopistas y barrios consideren lugares para hacer evacuación y permitan el aterrizaje de helicópteros. Tanto para vigilancia como para apoyo en emergencias, las grandes ciudades afectadas por la congestión vehicular deben contar con estos lugares que permitan un acceso y respuesta rápida de las aeronaves ante situaciones graves, que hoy en día está dado por la delincuencia”, finaliza Moraga.
En ese sentido, resalta que si bien los helicópteros cada vez más tienen más y mejores prestaciones que facilitan la operación. La falta de infraestructura para posarse en el radio urbano los limita.
Fotografía portada – Simón Blaise O.