Boeing se ha visto en la obligación de reducir la tasa de producción de sus B787 Dreamliner, al menos para los meses más inmediatos. La razón responde a problemas en la cadena de suministro que está demorando la entrega de piezas y componentes de las aeronaves.
El fabricante estadounidense hace oficial la reducción de la producción el 23 de diciembre, la que ya es efectiva en la planta de Charleston en Carolina de Sur. Sin embargo, señala que no considera cambios en sus perspectivas de producción y de mercado.
Boeing viene manteniendo un ritmo bajo de producción desde el reinicio de esta en agosto 2022. En julio, la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) da el visto bueno para que se pueda reanudar la fabricación de aviones tras aprobar un plan de trabajos e inspección que se debe cumplir para poder certificar los aviones.
Durante la detención de la producción, los operadores afectados no registran mayores inconvenientes por la reducción de las operaciones internacionales como consecuencia de las restricciones de viaje. Sin embargo, con la rápida reactivación de la demanda luego de que los Gobiernos terminan con las medidas impuestas bajo justificación del COVID-19, varias líneas aéreas reportan la falta de equipos.
Como resultado, algunos operadores se ven en la obligación de cancelar frecuencias y servicios en algunas rutas, especialmente aquellas que no aportan la rentabilidad suficiente para mantenerlas. American Airlines es una de las compañías que se ve complicada por esta situación y, que en el caso de Chile, determina la suspensión temporal de los vuelos Dallas Fort Worth – Santiago hasta fines de octubre 2022.
Boeing espera ir normalizando la tasa de producción en los próximos meses. Bajo ese escenario, la tasa de producción está fijada en cinco aeronaves por mes.
Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano