Turquía prueba a su primera aeronave de combate no tripulada de nueva generación

En un paso decisivo para su industria aérea y para el combate aéreo, Turquía prueba con éxito su aeronave de combate no tripulada Bayraktar Kizilelma. Se trata de una aeronave piloteada a distancia (RPAS, por sus siglas en inglés, o drones, como se los con) de nueva generación construida por Baykar Techonologies que se espera sea la columna vertebral de defensa de la Fuerza Aérea y de la Armada de Turquía.

El primer vuelo tiene lugar el 14 de diciembre desde el aeropuerto de Corlu, a unos 85 kilómetros al oeste de Estambul. La operación dura 18 minutos para aterrizar en el mismo aeropuerto sin registrar ningún tipo de inconveniente, lo que es celebrado como un logro por el país.

“Nuestro país ha entrado en el dominio de los aviones de combate no tripulados, lo que marca el comienzo del futuro de la guerra aérea”, señala Selcuk Bayraktar, el jefe de Tecnología de Baykar.

Inicialmente, Turquía planifica operar por primera vez el Kizilelma en 2023. El adelanto inesperado del ensayo entrega una importante señal al mundo de las capacidades y desarrollo alcanzado por el país y su industria aérea.

Proyecto Kizilelma

A través de Baykar Technologies, Turquía viene trabajando desde hace varios años en conseguir una aeronave de combate no tripulada de nueva generación y altamente eficiente. Aprovechando el escenario de la guerra en Ucrania, se presenta a Kizilelma como una nueva aeronave de gran capacidad a la que se le denomina como “la pesadilla de Rusia”.

El aparato tiene una capacidad de ataque similar al MQ-9 Reaper de los Estados Unidos, pero con un motor que le permite superar la velocidad del sonido. Según afirma la compañía turca, su producto tiene una velocidad superior a RPAS estadounidenses como el MQ-20 Avenger. La capacidad permite cargar 1,5 toneladas de artillería y operar hasta una altura de 40.000 pies (FL400) muy superior a lo inicialmente informado.

El desarrollo del Kizilelma marca un punto de inflexión tanto para Turquía como para el sistema internacional. La razón responde a que el dron tiene una capacidad de ataque que antes sólo está reservada a los Estados Unidos. Su desarrollo reafirma que el país americano pierde poder en el mercado aéreo, ya que otros países están en condiciones de ofrecer un producto altamente competitivo y adecuado para atender los distintos tipos de amenazas.

Considerando que las RPAS o drones constituirán el futuro del combate aéreo, Turquía está asegurando una posición de liderazgo en la industria de la defensa. Sólo el desarrollo del Kizilelma demuestra el progreso como país al pasar del prototipo al primer vuelo en un periodo no mayor de diez meses.

Fotografía portada –

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