Pese a que Colombia no necesita un operador para su competitivo mercado aéreo, el Presidente Gustavo Petro, señala que entre los proyectos para la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) está un potenciamiento de SATENA como línea aérea. Según las declaraciones del Mandatario la intención es ponerla “a un nivel para competir con el resto de las líneas aéreas”.
SATENA es un operador público ya que depende principalmente de la FAC. Su rol se define de carácter social ya que realiza operaciones aéreas de integración, atendiendo rutas y destinos que no son servidos por el resto de los operadores privados. Por lo mismo, no hay mayor conflicto de interés ni de prácticas de competencia desleales con el resto de los operadores privados.
Hasta el inicio de los vuelos a Caracas, SATENA sólo opera vuelos domésticos. El mayor enfoque que buscaría la administración de Petro habría comenzado con la designación de esta compañía para operar los vuelos a Venezuela antes que las otras líneas aéreas que todavía esperan permisos por parte del Instituto Nacional de Aviación Civil de Venezuela.
“Un desarrollo empresarial que haya en la Fuerza Aérea cuya empresa es SATENA que hoy por hoy dadas las circunstancias es la de propiedad colombiana. Que se desarrolle toda la plenitud como una aerolínea de aviación”, señala Petro, según consta W Radio (17/11/2022).
Según la visión del Presidente de Colombia, para potenciar a SATENA y reducir sus pérdidas, es ampliar sus operaciones de manera de darle rentabilidad. Para ello, sugiere la operación de rutas en las que ya operan otras empresas aéreas. En ese sentido, proyecta operaciones hacia otros países de América Latina y menciona incluso la posibilidad de llegar a Europa.
“Una manera para que SATENA no trabaje a pérdidas y pueda incluso ampliar las líneas o más frecuencias a lugares apartados de Colombia, es dándole rentabilidad en otras líneas, no solo a Venezuela sino a América Latina, Europa o más allá”, agrega el Mandatario.
Mayor injerencia estatal y supuestos
El interés de potenciar SATENA se enmarca en un mayor énfasis del Estado como reflejo de la visión política del gobierno de turno. En ese sentido, la intención pareciera seguir experimentos (con distinto grado de éxito) de otros países sin existir la necesidad de ello.
Colombia es uno de los países mejor conectados de la región tanto a nivel doméstico e internacional. Por la amplia oferta aérea en ambos segmentos, es uno de los más competitivos y con los distintos modelos de negocios de los operadores ofrecen alternativas de servicios a los usuarios. El auge de las compañías de bajo costo (LCC, por sus siglas en inglés) aumenta la dinámica competitiva del país.
La opción de Petro trabaja sobre supuestos que no aseguran el objetivo que persigue. Si bien operación de rutas troncales puede favorecer una mayor rentabilidad, no implica que per se llegue. La rentabilidad depende de la gestión de la compañía y uso de los recursos. Existen compañías de gran tamaño que son rentables como otras que no lo son. Asimismo, hay líneas aéreas de nicho que tienen un modelo sostenible de negocios.
Otro supuesto es el éxito de la gestión estatal. Generalmente la gestión pública en empresas no es sinónimo de buenos resultados, especialmente en líneas aéreas. Quizás el caso de Emirates puede ser la excepción.
Como muchas compañías estatales, los aportes y su administración no han dejan de estar sometidas a cuestionamientos públicos. Los casos más cercanos son los de Aerolíneas Argentinas, South African Airways, Conviasa, entre otras. También están casos históricos como el Varig o Alitalia que tras años de inyección de recursos no llegan a ser viables.
Algunos aspectos criticados o sometidos a debate son los malos manejos financieros, denuncias de corrupción, rol del transportista o el debate de la conveniencia de que el Estado sostenga una empresa aérea cuando puede ser una actividad que la puede realizar un privado con mejores resultados. En Colombia, este último punto podría convertirse en un tema de discusión considerando las intenciones del actual gobierno en SATENA.
Desafíos inmediatos
De proseguir, SATENA enfrenta desafíos para enfrentarse a distintos mercados domésticos e internacionales. Su eventual ingreso a otras rutas la llevará a competir con operadores con distintos modelos de negocios.
El primer desafío es la definición de un modelo de negocios y el tipo de operación. Se trata de un tema no fácil de resolver y puede generar conflicto entre una operación eficiente, sostenible y el rol que el Estado busca. Si bien en teoría no debiera haber conflicto, intereses políticos pueden provocar que si exista, por ejemplo, en los servicios que se entregan a los usuarios.
Una vez definido el modelo de negocios, SATENA deberá incurrir en asegurar una capacidad operativa (flota) para funcionar manera eficiente y competitiva. Actualmente, la empresa administrada por la FAC cuenta con siete ATR 42, dos ATR 72-600, dos Embraer ERj145. En ocasiones anteriores, también se habla de un Boeing 737-700 ex Delta. Todas sus aeronaves son de alto costo por asiento (CASK) lo que obliga a cobrar precios altos o bien operar de manera subsidiaria o deficiente.
La adquisición de flota en el corto plazo obliga recurrir a material de segunda mano a través de compra directa o arriendo de aeronaves (lessors). A mediano plazo y de existir las condiciones, se podría a recurrir a equipos más modernos de última generación. Asociado al tema de flota, está todo lo relacionado con el mantenimiento, servicios de atención, proveedores, entre otros aspectos.
Finalmente, está la gestión. En una línea aérea como cualquier empresa, la gestión es clave para el éxito o el fracaso. Esto incluye mecanismos de control, transparencia y la adopción de mejores prácticas, especialmente, si se trata de empresas públicas.
Fotografía portada - Simón Blaise O.