Las primeras conversaciones de la Cumbre de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP27) han colocado en agenda el tema de las compensaciones por pérdidas y daños al medioambiente. El tratamiento del asunto no es fácil. Desde ya advierte diferencias teniendo como antesala oposiciones anteriores de los llamados “países ricos” como los Estados Unidos o la Unión Europea.
Desde el 06 al 18 de noviembre, alrededor de 200 países estarán en Sharm El-Sheikh, Egipto, en una nueva versión de COP. Tras primeras conversaciones nocturnas, los delegados que participan en la cumbre climática acuerdan poner el tema de las compensaciones por pérdidas o daños medioambientales.
Como primer nivel de las discusiones está si los “países ricos” deben compensar a los “países pobres” por los efectos derivados del cambio climático. Se trata de un tema planteado por muchos países en desarrollo los que buscan que a través de la Organización de Naciones Unidas se instale un fondo de “pérdidas y daños”.
Por el estancamiento de las discusiones todavía no hay avances y tampoco claridad al respecto. Sin embargo, el asunto revista especial importancia porque cualquier pago o compensación involucra a las industrias, infraestructuras y toda la cadena asociada. Como parte del sistema global, la aviación no está ajena.
Compromiso medioambiental de la industria aérea
La aviación llega a COP27 con una agenda avanzada construida con los Estados. Por lo tanto, debiera ser respetada por los Gobiernos. A principios de octubre, en la 41va Asamblea General de la Organización de Aviación de Civil Internacional (OACI), los Estados aprueban un plan conseguir la neutralidad de las emisiones contaminantes a la atmósfera para 2050.
A través del Objetivo Aspiracional a Largo Plazo (LTAG, en adelante, por sus siglas en inglés) se alinean a los Estados en los marcos del Acuerdo de París y en los plazos autoimpuestos por la industria aérea.
Considerando la agenda que se instala de compensaciones por “pérdidas y daños”, la 41va Asamblea General de OACI también entrega un seguro para la industria aérea. Los propios delegados de los Estados dan su apoyo el Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA). Se trata de otro punto importante ya que permite seguir avanzando en los compromisos adoptados en base a medidas de mercado para gestionar la huella de CO2 generada por la aviación. En las sesiones, se acuerda estabilizar las emisiones de la aviación en un 85% al nivel de 2019.
En medio del debate por eventuales compensaciones, la industria de la aviación pide a los Gobiernos evitar un aumento de la carga tributaria al sector. Uno de los argumentos de esta postura es que la mayoría de estos impuestos que se colocan con fines ecológicos se destinan a otros fines o simplemente se transforman en mecanismos para llenar las arcas fiscales sin que se reflejen en políticas en favor para el medioambiente.
Por lo anterior, el sector aéreo pide que los Estados honren, apoyen y defiendan CORSIA en lugar de cualquier otra medida económica nueva. En caso contrario, se afectaría el mecanismo fijado y los esfuerzos colectivos avanzados para descarbonizar el transporte aéreo.
Pérdida y daño
En las recientes conversaciones climáticas generadas en el marco de la ONU, se instala la frase “pérdida y daño” para referirse a los costos incurridos por los daños derivados por el cambio climático como puede ser el aumento del nivel mar, la sequía, etc.
Hasta ahora, el financiamiento en este tema está centrado en reducir las emisiones de CO2 como un esfuerzo para frenar el cambio climático. Un tercio de los fondos recaudados van a proyectos que ayudan a las comunidades a adaptarse a futuros impactos. Lo que se propone en la agenda COP27 es distinto y apunta a compensar los costos que los países no pueden evitar.
Los activistas ecológicos argumentan que son los “países ricos” los que causan la mayor parte de los daños derivados del cambio climático. Por lo tanto, deben pagar. Los Estados Unidos y la Unión Europea se oponen por distintas razones y responsabilidades. En ocasiones anteriores, bloquean iniciativas para instalar un fondo en la ONU acordando en cambio un diálogo, pero sin objetivos claros.
Fotografía portada - Lufthansa