Con el fin de continuar optimizando sus operaciones, Aerolíneas Argentinas envía una solicitud a las empresas arrendadoras de aeronaves (lessors, como se las denomina en la industria) para adquirir en los próximos dos años nuevos equipos. La renovación considera a las flotas de corta, media y larga distancia con contratos de que están próximos a vencer.
El interés de Aerolíneas Argentinas es conseguir acuerdos para reemplazar en el corto plazo los seis Boeing 737-700 y dos Airbus A330-200 que tienen vencimientos de arriendo en 2025 y 2023. Sin embargo, lo más interesante de la búsqueda de la línea aérea es la incorporación posible de los Embraer E190-E2 y del A330-900, además de más unidades B737 MAX. Todas las familias de aeronaves mencionadas son reemplazos lógicos de la actual flota.
Actualmente, Aerolíneas Argentinas cuenta con una flota conformada por ocho A330-200, ocho B737-700, 29 B737-800, siete B737 MAX 8 y 26 E190. De estos últimos, sólo nueve continúan detenidos.
Renovación de la flota de corto alcance
Si bien Aerolíneas Argentinas puede avanzar en la estandarización de su flota de fuselaje angosto en una familia de aeronaves, la estrategia de la empresa es mantener dos flotas. Una conformada por los E190 para rutas de menor densidad y otra basada en los B737-700/-800 y B737 MAX 8 para rutas medias.
La única intención de simplificar la flota de corto alcance ocurre bajo la administración Mario Dell’Acqua, bajo el gobierno de Mauricio Macri. En ese periodo, se busca reemplazar todos los E190 de la entonces ex Austral (hoy integrada a Aerolíneas Argentinas) por B737 MAX. Para esa administración, los aviones de fabricación brasilera poseen costos por asiento mayores para un mercado “que no está preparado para estos aviones”.
De los 26 E190 que utiliza Aerolíneas Argentinas, 22 están comprados directamente a Embraer y otros cuatro están en arriendo. La posibilidad de adquirir material de nueva generación representa una oportunidad para asegurar slots antes de otros operadores y optimizar en el corto plazo las rutas de menor densidad. No se descarta que como parte del proceso, la empresa pueda recurrir a negociaciones directas con el fabricante para una compra directa o permuta.
En el caso de los B737-700, la renovación pasa por la situación de certificación del B737 MAX 7, su natural reemplazo. Si bien hay oportunidad para estandarizar los equipos en torno al MAX 8, para Aerolíneas Argentinas esta subflota es fundamental para ciertas operaciones en rutas medias especialmente desde Buenos Aires (AEP) como la que actualmente se realiza a Bogotá, por ejemplo.
Independiente de lo anterior, la búsqueda de más B737 MAX también está en línea para avanzar en la estandarización del resto de la flota B737. En ese caso, la búsqueda de nuevos equipos se pueden referir modelo MAX 8 para reemplazar B737-800 más antiguos y menos eficientes.
A330-900
Luego de que Aerolíneas Argentinas retira los A340-200/-300, los A330-200 se convierten en el “caballo de batalla” de sus operaciones de larga distancia. Si bien hay una reducción en la cantidad de asientos en comparación con el modelo anterior, la compañía gana eficiencias con aeronaves modernas que incluyen equipos nuevos de fábrica.
Por la operación que realiza, Aerolíneas Argentinas es un cliente potencial del A330-900. Desde su aparición en el mercado, la aeronave ofrece capacidad, alcance y economía ideal para las rutas de larga distancia que atiende desde Buenos Aires (EZE). Prácticamente, representa la oportunidad de recuperar la capacidad anterior del A340 con mayor eficiencia.
El mix entre el A330-200 y A330-900 puede ser una transición inicial hacia una flota de fuselaje ancho altamente eficiente. También abre espacio para una modernización completa en torno al A330neo, incluyendo a la versión -800, para algunas rutas específicas que pueden aparecer en el futuro. Inicialmente, las rutas candidatas para una eventual operación con A330-900 son Buenos Aires (EZE) – Roma (FCO), Buenos Aires (EZE) – Madrid, y Buenos Aires – Nueva York (JFK).
Fotografía portada – Airbus