A dos meses de que se termine el plazo para conseguir la certificación sin incorporar un sistema adicional de advertencia en cabina, Boeing amenaza con cancelar la producción de los B737 MAX 7 y MAX 10. La razón estaría en los impactos financieros que la demora en la certificación por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) y la incorporación de sistema adicional en cabina podrían tener, por el mayor costo que representaría para los clientes.
“Si la fecha límite de la Ley de Certificación, Seguridad y Responsabilidad de Aeronaves (ACSAA) no se modifica más allá del 27 de diciembre de este año y no logramos la certificación, podríamos optar por descontinuar el MAX 7 y/o MAX 10, lo que resultará en un futuro cargos por ganancias y otros impactos financieros”, indica Boeing en el documento 10Q trimestral.
El fabricante estadounidense asegura que en el caso de que no se decida continuar con la producción de alguno o ambos modelos, los clientes podrían sustituirlos por los MAX 8 o MAX 9. Sin embargo, no está claro si esa decisión sea viable ya que implica otras consecuencias más allá de las complicaciones para los clientes.
Pese a sus declaraciones, Boeing no tiene la seguridad de que los clientes del MAX 7 o MAX 10 ejerzan sus derechos por las otras versiones disponibles. El impacto no es tan significativo con el primer modelo, por el bajo de unidades pedidas y por ser las versiones sustitutas más eficientes por el menor costo por asiento (CASK) que ofrecen. Para la mayoría de los operadores, la sustitución podría ser beneficiosa.
Lo anterior no ocurre en el caso de terminar con el MAX 10. Este modelo está reportando un crecimiento en los pedidos a medida que las líneas aéreas continúan expandiéndose en rutas medias. La aeronave es el competidor más cercano que Boeing tiene para enfrentar a Airbus con su A321LR y A321XLR, pese a que las prestaciones de la oferta estadounidense son inferiores. No disponer del B737 MAX 10 prácticamente llevaría a Boeing a no tener una aeronave adecuada para rutas medias superior a los 190 asientos (capacidad del B737 MAX 9).
Boeing necesita que ambos modelos sean certificados con la misma normativa de los aviones actualmente en servicio (B737 MAX 8 y MAX 9). En caso contrario, los operadores tendrán dos certificaciones distintas para una misma familia de aeronaves lo que implica más costos.
“Con la seguridad como nuestro enfoque principal, continuamos trabajando para cumplir con todos los requisitos reglamentarios actuales para respaldar la certificación y también participamos en discusiones con las partes interesadas sobre una posible extensión de la fecha límite del 27 de diciembre de 2022 de la ACSAA”, agrega Boeing.
Pese a los comentarios, el fabricante destaca los avances en el proceso de certificación a cargo de la FAA. Confían en que los MAX 7 y MAX 10 se certifiquen bajo la misma normativa que los MAX 8 y MAX 9 luego de que regresan al servicio. Las estimaciones de Boeing consideran que la puesta en servicio del MAX 7 en 2023 y del MAX 10 en 2023 o 2024.
Actualmente, Boeing tiene pedidos firmes por 250 B737 MAX 7 y otros 600 B737 MAX 10. Sin embargo, en el caso de este último modelo las órdenes que todavía no están firmadas elevan la cartera de pedidos a alrededor de 900 unidades.
Fotografía - Boeing