Con el fin de hacer realidad nuevos vuelos espaciales tripulados, Boeing consigue un nuevo avance en su programa Starliner. Por primera vez, la aeronave recibe personas en su interior, aunque todavía no se realizan vuelos tripulados.
Después de una serie de retrasos, este año es significativo para el programa antes de iniciar los ensayos con vuelos tripulados. El primer hito ocurre en mayo con el acoplamiento exitoso del Starliner a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés). Ahora, se consigue la apertura de la escotilla de la aeronave sin tripulación para ingresar en ella y flotar. Se trata de la primera ocasión en que la nave espacial recibe personas en órbita.
Los siguientes pasos son preparar los ensayos de vuelos espaciales tripulados. Para febrero de 2023 está prevista la primera misión, mientras una segunda misión contempla la rotación de la tripulación en la ISS.
Las pruebas a ejecutar son claves. Para ello, se realizarán con astronautas y pilotos de prueba experimentados. Sus funciones serán monitorear los sistemas de la aeronave, realizar operaciones de vuelo manual de la cápsula, probar el desempeño de los sistemas ambientales, de propulsión y de guía. También está previsto que realicen acciones manuales para garantizar que los sistemas de control de vuelo de respaldo funcionen como corresponde.
Uno de los aspectos relevantes para los futuros viajes espaciales comerciales es la comodidad interior. Las pruebas de vuelo tripuladas evaluarán la temperatura, la humedad y acústica a bordo.
El programa Starliner busca proporcionar transporte y carga a la ISS. También su desarrollo para uso mixto de viajes espaciales en órbita terrestre baja. El propósito es una alianza público-privada para construir y operar nuevos sistemas de transporte tripulados al espacio seguros y confiables.
Fotografía portada - NASA